/ miércoles 24 de octubre de 2018

Drogas y su consumo no medicinal

El descubrimiento y uso de las drogas es de larga data. El opio desde hace unos tres mil años se ha usado en Oriente Medio y China, en Europa a partir del siglo XVI; la morfina en el siglo XIX y la heroína se sintetizó en 1874 y la comercializó la compañía Bayer; la cannabis de donde deriva la marihuana se utilizó también en Asia Central y China desde hace 4000 años; el uso de las hojas de coca se calcula también en unos cinco mil años entre lo que hoy es Colombia; Perú y Bolivia, aunque como cocaína se logra obtener en Europa a mediados del siglo XIX y a partir de los 70 empieza a dispararse su consumo en Estados Unidos; el tabaco ya se conocía entre los mayas desde dos mil años a.C; por cierto fueron los españoles los que llevaron a Europa tanto las hojas de coca como las de tabaco. Las drogas sintéticas, no derivadas de ninguna de las anteriores, sino obra de químicos en laboratorio, tienen menos de 40 años; pero no por jóvenes menos dañinas. Ahora en muchos lados y, especialmente en México, existe una discusión —lo que ya es bueno— sobre qué hacer con el consumo y tráfico de drogas. ¿Legalizar la marihuana, que es la de mayor demanda en México y la menos dañina? Esto es lo que han recomendado expertos en la materia. En Estados Unidos más de una docena de Estados, incluyendo la capital, han aprobado el uso de la marihuana, unos sólo para fines terapéuticos y otros también para recreación con diversas modalidades; en Canadá la autorización es total. La solución no es simple. Seguramente disminuirían los muertos derivados de la lucha por las plazas y trasiego de esta droga en el país; empero seguiría habiendo homicidios por el tráfico hacia la Unión Americana de marihuana, a los estados donde la producción aún es ilegal. Y como las demás drogas seguirían siendo ilegales tanto aquí como allende el Bravo, la violencia y muertes continuarían aquí.

Por otra parte, el gran temor es que el libre consumo de marihuana sea la puerta de entrada sobre todo entre los jóvenes, a la adicción a drogas aún más dañinas y altamente adictivas como las sintéticas o las derivadas del opio. El debate apenas empieza. Aunque necesitamos que se abra oficialmente y sin conclusiones preconcebidas. Desde luego, nuestro problema mayor sigue siendo la creciente demanda de drogas de todo tipo en Estados Unidos. Entonces, mientras la demanda exista nuestros problemas derivados del narcotráfico no tendrán fin.

evaz2010@hotmail.com


El descubrimiento y uso de las drogas es de larga data. El opio desde hace unos tres mil años se ha usado en Oriente Medio y China, en Europa a partir del siglo XVI; la morfina en el siglo XIX y la heroína se sintetizó en 1874 y la comercializó la compañía Bayer; la cannabis de donde deriva la marihuana se utilizó también en Asia Central y China desde hace 4000 años; el uso de las hojas de coca se calcula también en unos cinco mil años entre lo que hoy es Colombia; Perú y Bolivia, aunque como cocaína se logra obtener en Europa a mediados del siglo XIX y a partir de los 70 empieza a dispararse su consumo en Estados Unidos; el tabaco ya se conocía entre los mayas desde dos mil años a.C; por cierto fueron los españoles los que llevaron a Europa tanto las hojas de coca como las de tabaco. Las drogas sintéticas, no derivadas de ninguna de las anteriores, sino obra de químicos en laboratorio, tienen menos de 40 años; pero no por jóvenes menos dañinas. Ahora en muchos lados y, especialmente en México, existe una discusión —lo que ya es bueno— sobre qué hacer con el consumo y tráfico de drogas. ¿Legalizar la marihuana, que es la de mayor demanda en México y la menos dañina? Esto es lo que han recomendado expertos en la materia. En Estados Unidos más de una docena de Estados, incluyendo la capital, han aprobado el uso de la marihuana, unos sólo para fines terapéuticos y otros también para recreación con diversas modalidades; en Canadá la autorización es total. La solución no es simple. Seguramente disminuirían los muertos derivados de la lucha por las plazas y trasiego de esta droga en el país; empero seguiría habiendo homicidios por el tráfico hacia la Unión Americana de marihuana, a los estados donde la producción aún es ilegal. Y como las demás drogas seguirían siendo ilegales tanto aquí como allende el Bravo, la violencia y muertes continuarían aquí.

Por otra parte, el gran temor es que el libre consumo de marihuana sea la puerta de entrada sobre todo entre los jóvenes, a la adicción a drogas aún más dañinas y altamente adictivas como las sintéticas o las derivadas del opio. El debate apenas empieza. Aunque necesitamos que se abra oficialmente y sin conclusiones preconcebidas. Desde luego, nuestro problema mayor sigue siendo la creciente demanda de drogas de todo tipo en Estados Unidos. Entonces, mientras la demanda exista nuestros problemas derivados del narcotráfico no tendrán fin.

evaz2010@hotmail.com