/ viernes 10 de agosto de 2018

El abuso de poder político y la acumulación de dinero público

Después de escuchar el mensaje que el secretario de Gobernación llevó al antecesor de la maestra Elba Esther Gordillo Morales, el profesor Carlos Jonguitud, disciplinado y dispuesto a obedecer la orden presidencial para dejar la dirigencia nacional del SNTE, preguntó al enviado de Los Pinos quién lo relevaría en la dirigencia del sindicato y al escuchar la respuesta, las lágrimas del dirigente aparecieron en sus ojos y en silencio soportó estoicamente la noticia.

Es de reconocerse que los maestros afiliados al SNTE han sido hombres y mujeres dispuestos a pelear por causas justas y legítimas, por lo que el Gobierno de la República ha tenido en el sindicato más grande de México y de Latinoamérica uno de los bastiones políticos para preservar la solidez de las instituciones públicas y la lealtad a los valores patrios por los que ha transitado el Estado mexicano, desde la constitución del sindicato, el 15 de marzo de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial y el periodo de gobierno del general Manuel Ávila Camacho.

La institucionalidad del SNTE tiene su origen en su conformación, pues al surgir del decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación, donde consta el respaldo del gobierno al SNTE, la reciprocidad del sindicato era de esperarse, por la participación que el propio gobierno le ha dado en la aplicación de las políticas oficiales, en que se sustenta la educación pública, laica, gratuita, obligatoria, auspiciada por el gobierno de México, tal como lo prescribe el artículo tercero de la Constitución Política.

La representación de los docentes ante la parte patronal y el gobierno mexicano suscribieron en 1946 un convenio laboral en donde se establecieron las condiciones generales de trabajo y ese documento se convirtió después en el contrato colectivo del magisterio con el gobierno.

Las corrientes sindicales que se autonombran “democráticas”, cuyas siglas se identifican como secciones sindicales de la CNTE, rompieron el monopolio sindical del magisterio y en la disputa por el poder, se impidió la Reforma Educativa propuesta por el gobierno del presidente Peña Nieto y lo que se espera de ahora en adelante, será un nuevo modelo educativo que saldrá del pacto entre el presidente electo Andrés Manuel López Obrador con las dos organizaciones magisteriales que ostentan la representación nacional.


Después de escuchar el mensaje que el secretario de Gobernación llevó al antecesor de la maestra Elba Esther Gordillo Morales, el profesor Carlos Jonguitud, disciplinado y dispuesto a obedecer la orden presidencial para dejar la dirigencia nacional del SNTE, preguntó al enviado de Los Pinos quién lo relevaría en la dirigencia del sindicato y al escuchar la respuesta, las lágrimas del dirigente aparecieron en sus ojos y en silencio soportó estoicamente la noticia.

Es de reconocerse que los maestros afiliados al SNTE han sido hombres y mujeres dispuestos a pelear por causas justas y legítimas, por lo que el Gobierno de la República ha tenido en el sindicato más grande de México y de Latinoamérica uno de los bastiones políticos para preservar la solidez de las instituciones públicas y la lealtad a los valores patrios por los que ha transitado el Estado mexicano, desde la constitución del sindicato, el 15 de marzo de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial y el periodo de gobierno del general Manuel Ávila Camacho.

La institucionalidad del SNTE tiene su origen en su conformación, pues al surgir del decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación, donde consta el respaldo del gobierno al SNTE, la reciprocidad del sindicato era de esperarse, por la participación que el propio gobierno le ha dado en la aplicación de las políticas oficiales, en que se sustenta la educación pública, laica, gratuita, obligatoria, auspiciada por el gobierno de México, tal como lo prescribe el artículo tercero de la Constitución Política.

La representación de los docentes ante la parte patronal y el gobierno mexicano suscribieron en 1946 un convenio laboral en donde se establecieron las condiciones generales de trabajo y ese documento se convirtió después en el contrato colectivo del magisterio con el gobierno.

Las corrientes sindicales que se autonombran “democráticas”, cuyas siglas se identifican como secciones sindicales de la CNTE, rompieron el monopolio sindical del magisterio y en la disputa por el poder, se impidió la Reforma Educativa propuesta por el gobierno del presidente Peña Nieto y lo que se espera de ahora en adelante, será un nuevo modelo educativo que saldrá del pacto entre el presidente electo Andrés Manuel López Obrador con las dos organizaciones magisteriales que ostentan la representación nacional.