/ lunes 19 de febrero de 2018

El agente del Cisen suspendido y el funcionario operado

El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) opera con tal nombre desde 1989, aunque antes fue Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional, Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales, Dirección Federal de Seguridad y… etcétera, etcétera.

Prácticamente todos los gobiernos del mundo tienen su organismo que se encarga de espiar para tratar de estar al tanto de lo que hacen los políticos, gobernantes, empresarios, periodistas, líderes sociales y religiosos y todo aquel que incida, positiva y negativamente, en la vida pública.

Por eso a ningún político en México le extraña ver a los agentes del Cisen en sus actos. A ninguno —ni a López Obrador— sólo al candidato del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya.

¡Me espían!, se quejó, y suponemos que creyó que con eso levantaría su campaña, pero a estas alturas ya murió el escándalo que pretendió hacer estallar porque vio a alguien extraño en la caravana de la comitiva y resultó ser un agente del referido organismo.

Dicen que el agente debió ser más trucha para responder cuando fue encarado y cuestionado por el candidato panista, pero creo que entonces sí habría escándalo si la respuesta hubiera sido una mentira.

En fin, ahora Anaya anda en otras cosas —recibiendo los reclamos por el reparto de las candidaturas plurinominales, como lo hizo el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, por ejemplo— porque lo que sucedió en Coatzacoalcos con lo del supuesto espionaje no le funcionó y realmente no era algo importante.

Pero el agente del Cisen, que simplemente hacía su trabajo, al menos está suspendido y es posible que ya no regrese.

Creo le dicen el Botas y, si la memoria no falla, tiene un buen número de años haciendo presencia en diversos actos políticos y sociales para reportarlos al Centro de Investigación.

No sé exactamente cuántos años tenga de laborar para la Secretaría de Gobernación, pero sí está claro que lo mismo que venía haciendo para la administración priista de Peña Nieto lo hizo para los gobiernos panistas de Fox y Calderón.

En fin, insistimos, Anaya anda ya en asuntos importantes para su partido y su candidatura, en tanto el agente —un empleado menor en la estructura gubernamental— tiene un presente incierto.

Operaron de emergencia a Manuel Muñoz Gánem, jefe de la Oficina del Gobernador. Fue en Monterrey y se sabe que la intervención quirúrgica fue un éxito, por lo que su estado de salud sería considerado clínicamente bueno.

Muñoz Gánem tiene una amplia trayectoria en el servicio público, en los niveles municipal, estatal y federal. Ha sido alcalde de Tuxpan, diputado local y presidente del Congreso, director y delegado de Turismo y oficial mayor del ISSSTE.

Ahora está al frente de la Oficina del Gobernador, colaborando con su amigo desde la juventud, Miguel Ángel Yunes Linares.

Se le desea pronta recuperación. Seguramente en breve se le verá despachando en su oficina en Palacio de Gobierno.

Por sus frutos los conoceréis, dice una frase en la Biblia. Y los que deciden en los partidos ahora se están dando a conocer por la forma en que reparten las candidaturas plurinominales.

Bien dicen que no hay muertos en política y así es. Ya revivieron al autoexiliado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia, defenestrado líder de los trabajadores mineros. Va por Morena, pero todos andan igual. ¿Qué más sigue en este circo?

El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) opera con tal nombre desde 1989, aunque antes fue Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional, Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales, Dirección Federal de Seguridad y… etcétera, etcétera.

Prácticamente todos los gobiernos del mundo tienen su organismo que se encarga de espiar para tratar de estar al tanto de lo que hacen los políticos, gobernantes, empresarios, periodistas, líderes sociales y religiosos y todo aquel que incida, positiva y negativamente, en la vida pública.

Por eso a ningún político en México le extraña ver a los agentes del Cisen en sus actos. A ninguno —ni a López Obrador— sólo al candidato del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya.

¡Me espían!, se quejó, y suponemos que creyó que con eso levantaría su campaña, pero a estas alturas ya murió el escándalo que pretendió hacer estallar porque vio a alguien extraño en la caravana de la comitiva y resultó ser un agente del referido organismo.

Dicen que el agente debió ser más trucha para responder cuando fue encarado y cuestionado por el candidato panista, pero creo que entonces sí habría escándalo si la respuesta hubiera sido una mentira.

En fin, ahora Anaya anda en otras cosas —recibiendo los reclamos por el reparto de las candidaturas plurinominales, como lo hizo el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, por ejemplo— porque lo que sucedió en Coatzacoalcos con lo del supuesto espionaje no le funcionó y realmente no era algo importante.

Pero el agente del Cisen, que simplemente hacía su trabajo, al menos está suspendido y es posible que ya no regrese.

Creo le dicen el Botas y, si la memoria no falla, tiene un buen número de años haciendo presencia en diversos actos políticos y sociales para reportarlos al Centro de Investigación.

No sé exactamente cuántos años tenga de laborar para la Secretaría de Gobernación, pero sí está claro que lo mismo que venía haciendo para la administración priista de Peña Nieto lo hizo para los gobiernos panistas de Fox y Calderón.

En fin, insistimos, Anaya anda ya en asuntos importantes para su partido y su candidatura, en tanto el agente —un empleado menor en la estructura gubernamental— tiene un presente incierto.

Operaron de emergencia a Manuel Muñoz Gánem, jefe de la Oficina del Gobernador. Fue en Monterrey y se sabe que la intervención quirúrgica fue un éxito, por lo que su estado de salud sería considerado clínicamente bueno.

Muñoz Gánem tiene una amplia trayectoria en el servicio público, en los niveles municipal, estatal y federal. Ha sido alcalde de Tuxpan, diputado local y presidente del Congreso, director y delegado de Turismo y oficial mayor del ISSSTE.

Ahora está al frente de la Oficina del Gobernador, colaborando con su amigo desde la juventud, Miguel Ángel Yunes Linares.

Se le desea pronta recuperación. Seguramente en breve se le verá despachando en su oficina en Palacio de Gobierno.

Por sus frutos los conoceréis, dice una frase en la Biblia. Y los que deciden en los partidos ahora se están dando a conocer por la forma en que reparten las candidaturas plurinominales.

Bien dicen que no hay muertos en política y así es. Ya revivieron al autoexiliado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia, defenestrado líder de los trabajadores mineros. Va por Morena, pero todos andan igual. ¿Qué más sigue en este circo?