/ miércoles 1 de junio de 2022

El agua y los cubanos

Ya no es noticia que padecemos una escasez muy importante de agua, primeramente por el cambio climático, que ha cambiado los ciclos naturales de las temporadas de lluvia, calor y frío, pero además por la brutal depredación de la vegetación, que está propiciando falta de lluvias y sequedad de ríos y lagunas.

Tan sólo la laguna del Farallón, antes rica en peces, hoy está totalmente seca y sin ningún tipo de vida, dejando a los pescadores en total desgracia. En nuestros alrededores, la tala inmoderada e ilegal han convertido los bosques del Cofre de Perote y del Pico de Orizaba en parajes yermos, sin que ninguna autoridad frene la tala controlada por grupos delictivos, personajes poderosos y diversos políticos, lo que ha hecho que los afluentes acuíferos que nutren las ciudades estén casi o totalmente secos, y por otro lado la permisividad de los gobiernos para no frenar la contaminación de ríos y mares, haciendo la vista gorda para que drenajes viertan sus contenidos contaminantes a los ríos y al mar, haciendo que el agua de los ríos sea poco o nada utilizable para potabilizar y el mar con una merma y contaminación de la pesca y la insalubridad para poder disfrutar de sus olas, además de la gran cantidad de basura no degradable que llena los afluentes y termina en las playas y el mar. Es un aspecto que los gobernantes no han enfrentado, sea por miedo o porque reciben dividendos por el disimulo, pero lo que es cierto es que de continuar así, en breve no tendremos agua en muchas ciudades del estado y del país.

Por otro lado, leí las alabanzas del superdelegado en Veracruz, haciendo eco a las necedades del tlatoani y diciendo que los médicos mexicanos no quieren ir a las zonas rurales y por eso vendrán guerrilleros cubanos, no a dar consultas y tratamientos de especialistas, pues sería ridículo un cardiólogo, anestesiólogo, cirujano u otro en un lugar donde no hay medicamentos, vías de comunicación, instalaciones médicas ni infraestructura, además de que no se ha comprobado que sean médicos, pero lo que sí es que vienen super pagados y a adoctrinar sobre sus ideas a la población que desnutrida, desinformada, sin educación y de fácil convencimiento, para que sigan apoyando el absurdo proyecto del actual gobierno.

Hay convocatorias a plazas médicas, pero con sueldos no revelados pero seguramente míseros, sin seguridad de bases y no vaya a ser que les hagan como a los de la contratación de pandemia, que tras 4-6 meses de arduo trabajo, simplemente los despidieron sin las gracias ni gratificaciones de ley. Cierto, en Cuba hay muy buenos médicos, pero esos no salen de la isla: son muy ingeniosos pues suplen sus carencias con lo que tienen a la mano y no siempre con buenos resultados. Los extranjeros que se especializan en Cuba, no es gratis, pagan fuertes cantidades en dólares, pues no les dan nada gratis. Así que si llegan esos cubanos a México, han de ser como los que vinieron en lo fuerte de la pandemia, que ni sabían hacer nada, ni hacían nada ni servían para nada, pero sí pasearon, comieron, durmieron en buena cama y cobraron bien.

Ya no es noticia que padecemos una escasez muy importante de agua, primeramente por el cambio climático, que ha cambiado los ciclos naturales de las temporadas de lluvia, calor y frío, pero además por la brutal depredación de la vegetación, que está propiciando falta de lluvias y sequedad de ríos y lagunas.

Tan sólo la laguna del Farallón, antes rica en peces, hoy está totalmente seca y sin ningún tipo de vida, dejando a los pescadores en total desgracia. En nuestros alrededores, la tala inmoderada e ilegal han convertido los bosques del Cofre de Perote y del Pico de Orizaba en parajes yermos, sin que ninguna autoridad frene la tala controlada por grupos delictivos, personajes poderosos y diversos políticos, lo que ha hecho que los afluentes acuíferos que nutren las ciudades estén casi o totalmente secos, y por otro lado la permisividad de los gobiernos para no frenar la contaminación de ríos y mares, haciendo la vista gorda para que drenajes viertan sus contenidos contaminantes a los ríos y al mar, haciendo que el agua de los ríos sea poco o nada utilizable para potabilizar y el mar con una merma y contaminación de la pesca y la insalubridad para poder disfrutar de sus olas, además de la gran cantidad de basura no degradable que llena los afluentes y termina en las playas y el mar. Es un aspecto que los gobernantes no han enfrentado, sea por miedo o porque reciben dividendos por el disimulo, pero lo que es cierto es que de continuar así, en breve no tendremos agua en muchas ciudades del estado y del país.

Por otro lado, leí las alabanzas del superdelegado en Veracruz, haciendo eco a las necedades del tlatoani y diciendo que los médicos mexicanos no quieren ir a las zonas rurales y por eso vendrán guerrilleros cubanos, no a dar consultas y tratamientos de especialistas, pues sería ridículo un cardiólogo, anestesiólogo, cirujano u otro en un lugar donde no hay medicamentos, vías de comunicación, instalaciones médicas ni infraestructura, además de que no se ha comprobado que sean médicos, pero lo que sí es que vienen super pagados y a adoctrinar sobre sus ideas a la población que desnutrida, desinformada, sin educación y de fácil convencimiento, para que sigan apoyando el absurdo proyecto del actual gobierno.

Hay convocatorias a plazas médicas, pero con sueldos no revelados pero seguramente míseros, sin seguridad de bases y no vaya a ser que les hagan como a los de la contratación de pandemia, que tras 4-6 meses de arduo trabajo, simplemente los despidieron sin las gracias ni gratificaciones de ley. Cierto, en Cuba hay muy buenos médicos, pero esos no salen de la isla: son muy ingeniosos pues suplen sus carencias con lo que tienen a la mano y no siempre con buenos resultados. Los extranjeros que se especializan en Cuba, no es gratis, pagan fuertes cantidades en dólares, pues no les dan nada gratis. Así que si llegan esos cubanos a México, han de ser como los que vinieron en lo fuerte de la pandemia, que ni sabían hacer nada, ni hacían nada ni servían para nada, pero sí pasearon, comieron, durmieron en buena cama y cobraron bien.