/ domingo 15 de mayo de 2022

El apetito por el Acuario

Sólo el gobernador Cuitláhuac García Jiménez pudo haber ordenado la clausura temporal del Acuario de Veracruz el miércoles pasado, a través de la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA), bajo causas confusas, que, incluso, podrían ser constitutivas de delitos de despojo, uso indebido de atribuciones, incumplimiento de un deber legal y abuso de autoridad, según estudiosos del Derecho, entre ellos el prestigioso abogado Fidel Ordóñez. Ese acto, de manera colateral afecta la actividad económica del puerto, turismo y comercio, principalmente. La causa inicial fue debido una fiesta de aniversario con uso de luces y sonido que los directivos organizaron indebidamente en 2019 dentro de las instalaciones donde se encuentra la pecera oceánica, cuyos videos fueron ampliamente difundidos, cuyo caso se llevó a tribunales y tardó tiempo en resolverse; las otras, por una segunda inspección que habría realizado la PMA en enero de 2022, donde habrían encontrado presunto tráfico de especies marinas y descargas inadecuadas de aguas residuales en la parte trasera de la Plaza donde éste se localiza, y la tercera, y la más cercana a la realidad, es la línea discursiva sobre indicios “de malos manejos”, que manejó el mandatario estatal, y por lo cual no descartó la realización de una auditoría financiera, declaración que se concatena con la del presidente de la Comisión Permanente de Vigilancia del Congreso local, Luis Arturo Santiago Martínez, de haberse iniciado una revisión en el manejo administrativo de dicho Fideicomiso --creado hace casi 30 años y operado por un patronato desde la época del ex gobernador Dante Delgado Rannauro, y del cual también forma parte el gobierno del estado--, y, a priori, no descartó “que se pueda revocar la concesión del inmueble, por estar muy deteriorado (el recinto)”. El patronato, en un posicionamiento público, rechazó la acusación de tráfico o venta de ejemplares, y apuntó que, “a pesar de no ser de su competencia (tal solicitud es una atribución que sólo corresponde a la Semarnat, quien autorizó esa Unidad de Manejo Animal, más conocida como UMA, o a la Profepa, para efectos de vigilancia), presentaremos (a la PMA) la información que piden”, se sobreentiende que acerca de ese señalamiento específico. ¿Qué hay detrás de todo este sainete? Más que obedecer a intereses políticos, que tampoco podría descartarse, la explicación podría estar en los ingresos que obtiene el Acuario, considerado el mejor de México y Latinoamérica; al año, registra un flujo promedio anual de 800 mil visitantes, a veces mayor, cercano al millón, lo que le permite importantes entradas de dinero que ocupa en mantener en impecables condiciones sus instalaciones, alimentar a casi 4 mil ejemplares de 170 especies marinas, pagar a personal altamente especializado para su manejo y gastos de operación y administración. El gobernador García, entrevistado el sábado, se dijo preocupado por la muerte de un manatí dentro de ese recinto, hecho que no fue reportado. Esa es otra discrepancia en la exposición mediática sobre los motivos que originaron esa clausura temporal, realizada según todos los indicios sin sustento legal, lo cual genera la inquietud de estar fraguándose la extinción del Fideicomiso para concretar el despojo del inmueble por el gobierno del estado. Grave situación, pues, en caso de existir anomalías, estas podrían corregirse o sancionarse por otras vías legales, sin necesidad de afectar a ese santuario marino que es de los mayores atractivos de Veracruz, el cual no solamente genera ingresos al comercio y turismo, también empleos y beneficios para otros prestadores de servicios del puerto. Urge reabrirlo.

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opedro2006@gmail.com

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Sólo el gobernador Cuitláhuac García Jiménez pudo haber ordenado la clausura temporal del Acuario de Veracruz el miércoles pasado, a través de la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA), bajo causas confusas, que, incluso, podrían ser constitutivas de delitos de despojo, uso indebido de atribuciones, incumplimiento de un deber legal y abuso de autoridad, según estudiosos del Derecho, entre ellos el prestigioso abogado Fidel Ordóñez. Ese acto, de manera colateral afecta la actividad económica del puerto, turismo y comercio, principalmente. La causa inicial fue debido una fiesta de aniversario con uso de luces y sonido que los directivos organizaron indebidamente en 2019 dentro de las instalaciones donde se encuentra la pecera oceánica, cuyos videos fueron ampliamente difundidos, cuyo caso se llevó a tribunales y tardó tiempo en resolverse; las otras, por una segunda inspección que habría realizado la PMA en enero de 2022, donde habrían encontrado presunto tráfico de especies marinas y descargas inadecuadas de aguas residuales en la parte trasera de la Plaza donde éste se localiza, y la tercera, y la más cercana a la realidad, es la línea discursiva sobre indicios “de malos manejos”, que manejó el mandatario estatal, y por lo cual no descartó la realización de una auditoría financiera, declaración que se concatena con la del presidente de la Comisión Permanente de Vigilancia del Congreso local, Luis Arturo Santiago Martínez, de haberse iniciado una revisión en el manejo administrativo de dicho Fideicomiso --creado hace casi 30 años y operado por un patronato desde la época del ex gobernador Dante Delgado Rannauro, y del cual también forma parte el gobierno del estado--, y, a priori, no descartó “que se pueda revocar la concesión del inmueble, por estar muy deteriorado (el recinto)”. El patronato, en un posicionamiento público, rechazó la acusación de tráfico o venta de ejemplares, y apuntó que, “a pesar de no ser de su competencia (tal solicitud es una atribución que sólo corresponde a la Semarnat, quien autorizó esa Unidad de Manejo Animal, más conocida como UMA, o a la Profepa, para efectos de vigilancia), presentaremos (a la PMA) la información que piden”, se sobreentiende que acerca de ese señalamiento específico. ¿Qué hay detrás de todo este sainete? Más que obedecer a intereses políticos, que tampoco podría descartarse, la explicación podría estar en los ingresos que obtiene el Acuario, considerado el mejor de México y Latinoamérica; al año, registra un flujo promedio anual de 800 mil visitantes, a veces mayor, cercano al millón, lo que le permite importantes entradas de dinero que ocupa en mantener en impecables condiciones sus instalaciones, alimentar a casi 4 mil ejemplares de 170 especies marinas, pagar a personal altamente especializado para su manejo y gastos de operación y administración. El gobernador García, entrevistado el sábado, se dijo preocupado por la muerte de un manatí dentro de ese recinto, hecho que no fue reportado. Esa es otra discrepancia en la exposición mediática sobre los motivos que originaron esa clausura temporal, realizada según todos los indicios sin sustento legal, lo cual genera la inquietud de estar fraguándose la extinción del Fideicomiso para concretar el despojo del inmueble por el gobierno del estado. Grave situación, pues, en caso de existir anomalías, estas podrían corregirse o sancionarse por otras vías legales, sin necesidad de afectar a ese santuario marino que es de los mayores atractivos de Veracruz, el cual no solamente genera ingresos al comercio y turismo, también empleos y beneficios para otros prestadores de servicios del puerto. Urge reabrirlo.

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