/ martes 14 de septiembre de 2021

El auténtico amor a la patria

El domingo pasado participé en el Encuentro de Jóvenes en Formación Política “Ética y Política en las Juventudes de la Cuarta Transformación”.

Ahí expuse los valores de este movimiento social y político que ha venido a revolucionar la forma de hacer política en nuestro país, promoviendo los valores de la honestidad. Es muy importante que los jóvenes nos involucremos en la vida pública del país. Me emociona que a través de estas actividades sigamos preparándonos y capacitándonos. El éxito de este movimiento que ha encabezado el presidente Andrés Manuel López Obrador estriba en que todos los que estamos involucrados pongamos nuestro grano de arena para la transformación de la mentalidad de nuestra sociedad y particularmente de los jóvenes. En otros tiempos —y también ahora en algunos partidos políticos— los jóvenes se involucraban en la vida pública con un solo afán, enriquecerse a manos llenas. ¿Por qué? Porque seguían el ejemplo que cínicamente se impuso bajo aquel lema de que “un político pobre es un pobre político”, que se atribuye a Carlos Hank González. En los programas de los partidos políticos tradicionales el Código de Ética existía solo en el papel. En la práctica se trataba del avasallamiento, de llenar las alforjas para el resto de la vida. Así, en nuestro país creció una clase política de élite, que no conoció la pobreza porque amasó fortunas a costa del erario, saqueando las arcas gubernamentales. ¿Qué es lo que ha venido a proponer la Cuarta Transformación en el país? Una especie de transmutación de valores. Si antes se elogiaba el robo y el saqueo, el enriquecimiento ilícito, ahora se castiga y desde el Movimiento de Regeneración Nacional tratamos justamente de reeducar a nuestras juventudes con estos valores. Cuando puedan, estimados lectores, les recomiendo leer el libro “El ciudadano republicano y la Cuarta Transformación” (Océano 2019), de Ulrich Richter Morales. Ahí se expone, con mucha claridad, el interés del presidente López Obrador por los cambios constitucionales que ha venido proponiendo en el país, como la revocación de mandato y la democracia participativa. En el mundo al revés en el que vivíamos, las propuestas legislativas del jefe de las instituciones del país pretenden poner las cosas en orden, en su justa dimensión y regresarle el poder al pueblo, como orgullosamente decimos en nuestros lemas democráticos. México ya vivió, en la gesta heroica por la independencia, iniciada un 16 de septiembre de 1810, su lucha por la transmutación del orden establecido. Al tomar las armas, nuestros héroes patrios dieron el primer paso, que se ha venido consolidando a lo largo de los años. Hoy, la Cuarta Transformación ha venido a ser una gesta independentista, que ha quitado al país el yugo opresor de las políticas neoliberales, de la cultura del robo y el saqueo. Hoy, como lo ha planteado el Presidente López Obrador, debemos destacar entre nuestros jóvenes particularmente, los valores de la reconstrucción del tejido social, la importancia de la participación en la vida pública y la recuperación de la vida cívica con nuevos valores. Si antes era un orgullo ser ladrón, ahora debe quedar muy claro que el robo se castiga como traición a la patria. Los mexicanos debemos de seguir luchando por una auténtica independencia.

El domingo pasado participé en el Encuentro de Jóvenes en Formación Política “Ética y Política en las Juventudes de la Cuarta Transformación”.

Ahí expuse los valores de este movimiento social y político que ha venido a revolucionar la forma de hacer política en nuestro país, promoviendo los valores de la honestidad. Es muy importante que los jóvenes nos involucremos en la vida pública del país. Me emociona que a través de estas actividades sigamos preparándonos y capacitándonos. El éxito de este movimiento que ha encabezado el presidente Andrés Manuel López Obrador estriba en que todos los que estamos involucrados pongamos nuestro grano de arena para la transformación de la mentalidad de nuestra sociedad y particularmente de los jóvenes. En otros tiempos —y también ahora en algunos partidos políticos— los jóvenes se involucraban en la vida pública con un solo afán, enriquecerse a manos llenas. ¿Por qué? Porque seguían el ejemplo que cínicamente se impuso bajo aquel lema de que “un político pobre es un pobre político”, que se atribuye a Carlos Hank González. En los programas de los partidos políticos tradicionales el Código de Ética existía solo en el papel. En la práctica se trataba del avasallamiento, de llenar las alforjas para el resto de la vida. Así, en nuestro país creció una clase política de élite, que no conoció la pobreza porque amasó fortunas a costa del erario, saqueando las arcas gubernamentales. ¿Qué es lo que ha venido a proponer la Cuarta Transformación en el país? Una especie de transmutación de valores. Si antes se elogiaba el robo y el saqueo, el enriquecimiento ilícito, ahora se castiga y desde el Movimiento de Regeneración Nacional tratamos justamente de reeducar a nuestras juventudes con estos valores. Cuando puedan, estimados lectores, les recomiendo leer el libro “El ciudadano republicano y la Cuarta Transformación” (Océano 2019), de Ulrich Richter Morales. Ahí se expone, con mucha claridad, el interés del presidente López Obrador por los cambios constitucionales que ha venido proponiendo en el país, como la revocación de mandato y la democracia participativa. En el mundo al revés en el que vivíamos, las propuestas legislativas del jefe de las instituciones del país pretenden poner las cosas en orden, en su justa dimensión y regresarle el poder al pueblo, como orgullosamente decimos en nuestros lemas democráticos. México ya vivió, en la gesta heroica por la independencia, iniciada un 16 de septiembre de 1810, su lucha por la transmutación del orden establecido. Al tomar las armas, nuestros héroes patrios dieron el primer paso, que se ha venido consolidando a lo largo de los años. Hoy, la Cuarta Transformación ha venido a ser una gesta independentista, que ha quitado al país el yugo opresor de las políticas neoliberales, de la cultura del robo y el saqueo. Hoy, como lo ha planteado el Presidente López Obrador, debemos destacar entre nuestros jóvenes particularmente, los valores de la reconstrucción del tejido social, la importancia de la participación en la vida pública y la recuperación de la vida cívica con nuevos valores. Si antes era un orgullo ser ladrón, ahora debe quedar muy claro que el robo se castiga como traición a la patria. Los mexicanos debemos de seguir luchando por una auténtica independencia.