/ lunes 14 de septiembre de 2020

El “cachito” de la suerte y las cuentas de la 4T

A pesar del entusiasmo que no decae en el presidente Andrés Manuel López Obrador, el día de hoy será la rifa (simbólica) de un avión que no se sorteará, porque ha quedado claramente difundido y aceptado que nadie puede sortear lo que no es suyo, mucho menos vender lo que no es de su propiedad.

En la fotografía que aparece promocionando el sorteo del avión presidencial, mediante el sistema de la Lotería Nacional, lo que se oferta es un Boeing 787-8, sin embargo, el propio López Obrador se encargó de señalar que el verdadero premio consiste en cien entregas de 20 millones de pesos cada una, para los números que salgan premiados.

Hasta hoy no hay cuentas claras del dinero público que el gobierno de la 4T está disponiendo para dar cobertura y avalar el multiplicado sorteo del avión, que mandó construir y adaptar uno de los expresidentes de México que trae pleito enconado con Andrés Manuel. Del dinero responderá, sin duda, el señor presidente López Obrador, por haber instruido el desvío de esos recursos públicos, sin el claro sustento presupuestal que la ley impone.

El destacado articulista de Milenio, Ricardo Raphael, señaló ayer que de los 6 millones de boletos para la rifa sólo se vendieron dos millones de boletos; ahora la Lotería tendrá que desembolsar mil millones de pesos para cumplir con la entrega que prometió AMLO de cien premios de 20 millones de pesos cada uno, que significa un déficit para la Lotería Nacional, que están pensando cubrir con dinero que sustraerán del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.

Hasta aquí, una mentira más del gobierno de la 4T y nada de recursos del sorteo aludido para combatir la pandemia o para equipar hospitales con el mismo propósito. La historia de México, a la que tanto se refiere el señor Presidente en sus conferencias mañaneras, registrará con letras rojas el final fallido del sorteo, con un déficit estimado en 834 millones de pesos. Todo esto sin incluir los 697 millones de pesos que perdió Banobras por la conclusión anticipada en la compra del avión.

La rifa del avión presidencial confirma que México tiene un mal gobierno, para el peor momento.

A pesar del entusiasmo que no decae en el presidente Andrés Manuel López Obrador, el día de hoy será la rifa (simbólica) de un avión que no se sorteará, porque ha quedado claramente difundido y aceptado que nadie puede sortear lo que no es suyo, mucho menos vender lo que no es de su propiedad.

En la fotografía que aparece promocionando el sorteo del avión presidencial, mediante el sistema de la Lotería Nacional, lo que se oferta es un Boeing 787-8, sin embargo, el propio López Obrador se encargó de señalar que el verdadero premio consiste en cien entregas de 20 millones de pesos cada una, para los números que salgan premiados.

Hasta hoy no hay cuentas claras del dinero público que el gobierno de la 4T está disponiendo para dar cobertura y avalar el multiplicado sorteo del avión, que mandó construir y adaptar uno de los expresidentes de México que trae pleito enconado con Andrés Manuel. Del dinero responderá, sin duda, el señor presidente López Obrador, por haber instruido el desvío de esos recursos públicos, sin el claro sustento presupuestal que la ley impone.

El destacado articulista de Milenio, Ricardo Raphael, señaló ayer que de los 6 millones de boletos para la rifa sólo se vendieron dos millones de boletos; ahora la Lotería tendrá que desembolsar mil millones de pesos para cumplir con la entrega que prometió AMLO de cien premios de 20 millones de pesos cada uno, que significa un déficit para la Lotería Nacional, que están pensando cubrir con dinero que sustraerán del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.

Hasta aquí, una mentira más del gobierno de la 4T y nada de recursos del sorteo aludido para combatir la pandemia o para equipar hospitales con el mismo propósito. La historia de México, a la que tanto se refiere el señor Presidente en sus conferencias mañaneras, registrará con letras rojas el final fallido del sorteo, con un déficit estimado en 834 millones de pesos. Todo esto sin incluir los 697 millones de pesos que perdió Banobras por la conclusión anticipada en la compra del avión.

La rifa del avión presidencial confirma que México tiene un mal gobierno, para el peor momento.