/ jueves 3 de diciembre de 2020

El capítulo segundo

La pandemia no era la invitada, sería la apertura del segundo informe del señor presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, aún contra viento y marea, el barco está a flote y el vendaval no ha arrasado con nosotros.

En Estados Unidos, los vecinos del norte, junto con Joe Biden, han anunciado medidas extremas en su política económica interna, toda vez que la recesión golpea sin miramientos a la todavía primera economía global. Aquí en México, hay un estimado de inversión pública y privada de 525 mil millones de pesos que fortalecerán proyectos productivos e infraestructura del desarrollo para el país, el próximo año.

Una legisladora federal lanza quejas como histérica, señalando que vivimos un gobierno neocomunista. Pobre mujer, en principio el comunismo es inexistente e inalcanzable, se escandalizó por un ligero y poco viable cambio en la propiedad comunal de los muy conocidos ejidos, cuando la reforma agraria fue el bastión del reparto de tierras equitativo que rompió con los cacicazgos de antaño. Si el camino fuera una dictadura comunistoide, la cifra de inversión arriba estimada sería igual a nada, ni gobierno ni empresarios tendrían la menor certeza de su correcta aplicación. El escándalo de la legisladora va en otro sentido: déjennos morder un poco al pastel para jalar una lana, pues mi camioneta modelo 2020 es vieja; ya hay modelos 2021.

Importante, la OMS ha llamado a Brasil y México a tomar medidas más drásticas de contención ante la pandemia. Hay razón en ello, sin embargo, voy a comentar uno de tantos detalles: a una dama, amistad mía, su familia que vive en un pueblo grande de la zona de Perote le exige ser madrina de arreglos de boda para este diciembre. Le dicen que la fiesta será muy familiar, por lo cual los invitados no excederán las 300 personas, pero por los colados al evento podrían sumar más de 500 almas dentro de un baño sauna llamado salón de fiestas. Díganme ustedes si así se puede lograr el control de una pandemia. Claro que no.

El presidente Obrador se ha extendido en tolerancia, pues si tomara medidas extremas se decretaría toque de queda nacional, a lo cual la respuesta de sus detractores sería correspondiente a tacharlo de dictador, déspota, prepotente y opresor de la libertad humana. La oposición querría hacer cera y pabilo de la decisión presidencial. Sí, es muy grave tener confirmados más de un millón de casos de contagio y miles de fallecimientos en grandes centros urbanos, pero la actitud de la ciudadanía no ayuda a aminorar las cifras; hay corresponsabilidad en tales asuntos.

Concluir el segundo año de gobierno federal ha sido un azaroso esfuerzo, no sólo oficial sino de todos en general, en nuestras vidas propias, en la economía vapuleada, en la amenaza de tener que volver a cerrar comercios y demás. Antes el triunfalismo asomaba en boca de un José López Portillo: Debemos prepararnos para administrar la riqueza… a decir después: “Nos han robado –golpeando la tribuna y llorando– al decretar la expropiación bancaria”. Solamente aplaudieron los diputados de su bancada. No olvidemos que 2021 es de pluralidad abierta electoral. Nosotros tendremos la mejor palabra al respecto.

La pandemia no era la invitada, sería la apertura del segundo informe del señor presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, aún contra viento y marea, el barco está a flote y el vendaval no ha arrasado con nosotros.

En Estados Unidos, los vecinos del norte, junto con Joe Biden, han anunciado medidas extremas en su política económica interna, toda vez que la recesión golpea sin miramientos a la todavía primera economía global. Aquí en México, hay un estimado de inversión pública y privada de 525 mil millones de pesos que fortalecerán proyectos productivos e infraestructura del desarrollo para el país, el próximo año.

Una legisladora federal lanza quejas como histérica, señalando que vivimos un gobierno neocomunista. Pobre mujer, en principio el comunismo es inexistente e inalcanzable, se escandalizó por un ligero y poco viable cambio en la propiedad comunal de los muy conocidos ejidos, cuando la reforma agraria fue el bastión del reparto de tierras equitativo que rompió con los cacicazgos de antaño. Si el camino fuera una dictadura comunistoide, la cifra de inversión arriba estimada sería igual a nada, ni gobierno ni empresarios tendrían la menor certeza de su correcta aplicación. El escándalo de la legisladora va en otro sentido: déjennos morder un poco al pastel para jalar una lana, pues mi camioneta modelo 2020 es vieja; ya hay modelos 2021.

Importante, la OMS ha llamado a Brasil y México a tomar medidas más drásticas de contención ante la pandemia. Hay razón en ello, sin embargo, voy a comentar uno de tantos detalles: a una dama, amistad mía, su familia que vive en un pueblo grande de la zona de Perote le exige ser madrina de arreglos de boda para este diciembre. Le dicen que la fiesta será muy familiar, por lo cual los invitados no excederán las 300 personas, pero por los colados al evento podrían sumar más de 500 almas dentro de un baño sauna llamado salón de fiestas. Díganme ustedes si así se puede lograr el control de una pandemia. Claro que no.

El presidente Obrador se ha extendido en tolerancia, pues si tomara medidas extremas se decretaría toque de queda nacional, a lo cual la respuesta de sus detractores sería correspondiente a tacharlo de dictador, déspota, prepotente y opresor de la libertad humana. La oposición querría hacer cera y pabilo de la decisión presidencial. Sí, es muy grave tener confirmados más de un millón de casos de contagio y miles de fallecimientos en grandes centros urbanos, pero la actitud de la ciudadanía no ayuda a aminorar las cifras; hay corresponsabilidad en tales asuntos.

Concluir el segundo año de gobierno federal ha sido un azaroso esfuerzo, no sólo oficial sino de todos en general, en nuestras vidas propias, en la economía vapuleada, en la amenaza de tener que volver a cerrar comercios y demás. Antes el triunfalismo asomaba en boca de un José López Portillo: Debemos prepararnos para administrar la riqueza… a decir después: “Nos han robado –golpeando la tribuna y llorando– al decretar la expropiación bancaria”. Solamente aplaudieron los diputados de su bancada. No olvidemos que 2021 es de pluralidad abierta electoral. Nosotros tendremos la mejor palabra al respecto.