/ domingo 18 de octubre de 2020

El “Cártel de las Medicinas”, el último invento de la 4T

El súbito surgimiento de un nuevo cártel criminal dedicado únicamente al robo de equipo y medicinas al gobierno federal –hasta ahora ninguna empresa del ramo ha denunciado algo parecido- es el corolario de dos largos años de un desabasto criminal de medicamentos en todo el país, bajo la excusa de una corrupción nunca demostrada y el boicot de algunas farmacéuticas. La realidad es otra.

En menos de dos semanas, el “Cártel de las Medicinas”, el último invento de la 4T, dio tres golpes espectaculares. Demasiada mala suerte para un país cuyo sistema de salud ha colapsado y donde las protestas sociales por falta de medicamentos van en aumento. La justificación por ahorrar ha terminado por costar vidas de niños inocentes y elevar costos en la compra de los medicamentos.

Lo cierto es que el desabasto de medicinas en México es responsabilidad del gobierno. La voluntad por limpiar los procesos de compra y distribución de medicamentos debe reconocerse en todo momento, sin embargo, estos vicios se han sustituido por desorganización e ignorancia, provocando una anarquía burocrática que ha resultado peor que la propia enfermedad.

Los tres casos rayan en lo inverosímil, no sólo por las inconsistencias de los hechos, sino por la propia narrativa oficial. Han pasado dos semanas del robo de los medicamentos para niños con cáncer y ni la empresa argentina Kemex –la empresa favorita del gobierno federal- ni su filial mexicana Novag Infancia, encargada de almacenar, distribuir y resguardar los medicamentos, han dado su versión.

El viernes 9 de octubre, cinco días después de haber ocurrido el supuesto atraco, los padres de familia fueron citados en Palacio Nacional para notificarles sobre lo sucedido pero nunca se les mostró una carpeta de investigación y menos aun que la compra se hubiera hecho a la empresa argentina, lo que provocó que días después presentaran una denuncia en contra del Presidente, funcionarios federales y quien resulte responsable por el robo de medicamentos oncológicos y el desabasto que afecta a miles de personas enfermas de cáncer.

Ante las dudas fundadas de que el medicamento ni siquiera haya existido o que efectivamente se trató de un autorobo, los responsables tuvieron la genial idea de arrojar a la calle un montón de bolsas negras con las cajas de medicamentos oncológicos, tratando de echar por tierra ambas versiones; las autoridades confirmaron de inmediato que se trataba del mismo lote de medicinas.

Al día siguiente de la denuncia, cuando el escándalo escalaba la opinión pública internacional, ocurrió un nuevo golpe del Cártel de las Medicinas: se robaron 20 máquinas para dializar con un valor de 5 millones de pesos y que serían enviadas al estado de Tabasco. A pesar de que el sistema de videovigilancia de la Ciudad de México es capaz de rastrear a un ladrón en tiempo real, fue hasta varias horas después cuando localizaron el tráiler asaltado ya completamente vacío.

Para concluir la tragicomedia policiaca de los medicamentos, el viernes pasado el IMSS denunció el atraco de un camión que transportaba 101 piezas de la vacuna Vaxigrip contra la influenza, equivalente a 10 mil 100 dosis.

La detención este fin de semana de los supuestos responsables de los atracos no arroja ninguna información para conocer la verdad, acaso sólo alimenta las dudas de la autoría intelectual.

El gobierno de la 4T ha provocado la tormenta perfecta en el mercado farmacéutico en México: no hay ahorro en la compra de medicinas, continúa el desabasto y es incapaz de garantizar el proceso de compra y distribución. La escasez ha provocado un creciente mercado negro y el surgimiento del nuevo enemigo público: el Cártel de las Medicinas.

Diputado federal del PRI

Facebook.com/HectorYunes

Instagram: hectoryuneslanda

Twt: @HectorYunes

El súbito surgimiento de un nuevo cártel criminal dedicado únicamente al robo de equipo y medicinas al gobierno federal –hasta ahora ninguna empresa del ramo ha denunciado algo parecido- es el corolario de dos largos años de un desabasto criminal de medicamentos en todo el país, bajo la excusa de una corrupción nunca demostrada y el boicot de algunas farmacéuticas. La realidad es otra.

En menos de dos semanas, el “Cártel de las Medicinas”, el último invento de la 4T, dio tres golpes espectaculares. Demasiada mala suerte para un país cuyo sistema de salud ha colapsado y donde las protestas sociales por falta de medicamentos van en aumento. La justificación por ahorrar ha terminado por costar vidas de niños inocentes y elevar costos en la compra de los medicamentos.

Lo cierto es que el desabasto de medicinas en México es responsabilidad del gobierno. La voluntad por limpiar los procesos de compra y distribución de medicamentos debe reconocerse en todo momento, sin embargo, estos vicios se han sustituido por desorganización e ignorancia, provocando una anarquía burocrática que ha resultado peor que la propia enfermedad.

Los tres casos rayan en lo inverosímil, no sólo por las inconsistencias de los hechos, sino por la propia narrativa oficial. Han pasado dos semanas del robo de los medicamentos para niños con cáncer y ni la empresa argentina Kemex –la empresa favorita del gobierno federal- ni su filial mexicana Novag Infancia, encargada de almacenar, distribuir y resguardar los medicamentos, han dado su versión.

El viernes 9 de octubre, cinco días después de haber ocurrido el supuesto atraco, los padres de familia fueron citados en Palacio Nacional para notificarles sobre lo sucedido pero nunca se les mostró una carpeta de investigación y menos aun que la compra se hubiera hecho a la empresa argentina, lo que provocó que días después presentaran una denuncia en contra del Presidente, funcionarios federales y quien resulte responsable por el robo de medicamentos oncológicos y el desabasto que afecta a miles de personas enfermas de cáncer.

Ante las dudas fundadas de que el medicamento ni siquiera haya existido o que efectivamente se trató de un autorobo, los responsables tuvieron la genial idea de arrojar a la calle un montón de bolsas negras con las cajas de medicamentos oncológicos, tratando de echar por tierra ambas versiones; las autoridades confirmaron de inmediato que se trataba del mismo lote de medicinas.

Al día siguiente de la denuncia, cuando el escándalo escalaba la opinión pública internacional, ocurrió un nuevo golpe del Cártel de las Medicinas: se robaron 20 máquinas para dializar con un valor de 5 millones de pesos y que serían enviadas al estado de Tabasco. A pesar de que el sistema de videovigilancia de la Ciudad de México es capaz de rastrear a un ladrón en tiempo real, fue hasta varias horas después cuando localizaron el tráiler asaltado ya completamente vacío.

Para concluir la tragicomedia policiaca de los medicamentos, el viernes pasado el IMSS denunció el atraco de un camión que transportaba 101 piezas de la vacuna Vaxigrip contra la influenza, equivalente a 10 mil 100 dosis.

La detención este fin de semana de los supuestos responsables de los atracos no arroja ninguna información para conocer la verdad, acaso sólo alimenta las dudas de la autoría intelectual.

El gobierno de la 4T ha provocado la tormenta perfecta en el mercado farmacéutico en México: no hay ahorro en la compra de medicinas, continúa el desabasto y es incapaz de garantizar el proceso de compra y distribución. La escasez ha provocado un creciente mercado negro y el surgimiento del nuevo enemigo público: el Cártel de las Medicinas.

Diputado federal del PRI

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