/ domingo 17 de enero de 2021

El cascabel al gato

Como en aquel cuento de los ratones que discuten cómo evitar que el gato mate a tantos de ellos y determinan que lo mejor es colocarle un cascabel en el cuello para que cuando se acerque éste suene, los alerte y de esa manera puedan huir, aunque a la hora de tomar la decisión de quién irá a ponerle ese cascabel nadie quiere hacerlo, igual sucede con muchos políticos que aspiran a ser alcaldes y comienzan a prometer que van a resolver graves problemas de sus municipios.

Estos problemas son muchos e inmensos, aunque hay algunos comunes, por ejemplo, los tiraderos municipales a cielo abierto de la basura doméstica y la falta de adecuados relleno sanitario, que representa un dolor de cabeza y que por décadas siguen sin atenderse por la autoridad local, con raras excepciones como Orizaba, y se ha dejado crecer tanto que ya provoca graves problemas de contaminación, tanto ambiental por los fétidos olores o la dispresión de bacterias por los vientos que se presentan; y, peor aún, la contaminación de los mantos freáticos de donde se extrae agua que contienen gérmenes y productos químicos altamente riesgosos para la salud, cuyo vital líquido se distribuye a la población como “agua potable”.

Véase los casos de Tierra Blanca con elevados índices de enfermos renales, o los casos de cáncer que aumentan cada vez más en cualquier población del estado o el país. En la zona sur se localiza el tiradero público más contaminante de Latinoamérica, y en este caso interviene el gobierno de la República por el peligro hacia la población.

Es sólo un caso, en los otros no interviene la Federación debido a que se trata de un problema local que debe resolverlo esa instancia y, también, el gobierno del estado. Sobre este asunto, los futuros candidatos a las presidencias municipales que van a iniciar campaña del 4 de mayo al 2 de junio próximos, seguramente llevarán propuestas de solución, van a ofrecer que, ahora sí, van a resolverlo, pero eso requiere de conocimiento e enorme inversión, y la mayoría de las veces carecen de ambas cosas. Es una bomba de tiempo. Se sufre del problema en Xalapa, Coatepec, Córdoba, Veracruz, Boca del Río, Poza Rica, Tuxpan, Pánuco, Coatzacoalcos, Minatitlán, en fin, prácticamente los 212 municipios de la entidad. Y sólo se trata de un asunto de urgente solución. Hay otros, muchos. Por citar un caso, el agua potable. Cada vez escasea más, y no hay forma de que la dotación sea la adecuada y, según los escenarios, se irá agudizando.

No hay inversiones de la magnitud necesaria para derivar ese líquido de los grandes ríos que corren por el estado hacia las ciudades y lastimosamente esos enormes volúmenes de esa agua van a parar al mar, pero en algunos municipios la situación es peor; Veracruz, por poner un ejemplo, otorgó un contrato muy sospechoso a las empresas Odebrecht y Aguas de Barcelona para que éstas distribuyan y cobren esa agua a los usuarios porteños-medellinenses por un periodo de 30 años, a condición de inversiones multimillonarias para mejorar el servicio.

Nada de esto ha sucedido. Ni hay esas inversiones ofrecidas, y que por ley debería hacerse cumplir, ni mejora en el servicio. Si caso, la empresa ha invertido en mantenimiento y reparaciones, y a cambio ha elevado significativamente las tarifas del agua, sin que los alcaldes hayan asumido la defensa de los ciudadanos, ni tampoco los diputados locales y federales, salvo declaraciones incendiarias de que van a luchar por retirar esa concesión al Grupo MAS. No hay acciones jurídicas, es decir, sólo han sido defensas discursivas que no sirven para nada. No hay quien quiera ponerle el cascabel al gato, y el gato sigue devorando a los sufridos porteños y medellinenses. Ya se verá si los ciudadanos son tan cándidos para seguir creyendo en sus ofrecimientos. Esperemos.

Escriba a:

opedro2006@gmail.com

Como en aquel cuento de los ratones que discuten cómo evitar que el gato mate a tantos de ellos y determinan que lo mejor es colocarle un cascabel en el cuello para que cuando se acerque éste suene, los alerte y de esa manera puedan huir, aunque a la hora de tomar la decisión de quién irá a ponerle ese cascabel nadie quiere hacerlo, igual sucede con muchos políticos que aspiran a ser alcaldes y comienzan a prometer que van a resolver graves problemas de sus municipios.

Estos problemas son muchos e inmensos, aunque hay algunos comunes, por ejemplo, los tiraderos municipales a cielo abierto de la basura doméstica y la falta de adecuados relleno sanitario, que representa un dolor de cabeza y que por décadas siguen sin atenderse por la autoridad local, con raras excepciones como Orizaba, y se ha dejado crecer tanto que ya provoca graves problemas de contaminación, tanto ambiental por los fétidos olores o la dispresión de bacterias por los vientos que se presentan; y, peor aún, la contaminación de los mantos freáticos de donde se extrae agua que contienen gérmenes y productos químicos altamente riesgosos para la salud, cuyo vital líquido se distribuye a la población como “agua potable”.

Véase los casos de Tierra Blanca con elevados índices de enfermos renales, o los casos de cáncer que aumentan cada vez más en cualquier población del estado o el país. En la zona sur se localiza el tiradero público más contaminante de Latinoamérica, y en este caso interviene el gobierno de la República por el peligro hacia la población.

Es sólo un caso, en los otros no interviene la Federación debido a que se trata de un problema local que debe resolverlo esa instancia y, también, el gobierno del estado. Sobre este asunto, los futuros candidatos a las presidencias municipales que van a iniciar campaña del 4 de mayo al 2 de junio próximos, seguramente llevarán propuestas de solución, van a ofrecer que, ahora sí, van a resolverlo, pero eso requiere de conocimiento e enorme inversión, y la mayoría de las veces carecen de ambas cosas. Es una bomba de tiempo. Se sufre del problema en Xalapa, Coatepec, Córdoba, Veracruz, Boca del Río, Poza Rica, Tuxpan, Pánuco, Coatzacoalcos, Minatitlán, en fin, prácticamente los 212 municipios de la entidad. Y sólo se trata de un asunto de urgente solución. Hay otros, muchos. Por citar un caso, el agua potable. Cada vez escasea más, y no hay forma de que la dotación sea la adecuada y, según los escenarios, se irá agudizando.

No hay inversiones de la magnitud necesaria para derivar ese líquido de los grandes ríos que corren por el estado hacia las ciudades y lastimosamente esos enormes volúmenes de esa agua van a parar al mar, pero en algunos municipios la situación es peor; Veracruz, por poner un ejemplo, otorgó un contrato muy sospechoso a las empresas Odebrecht y Aguas de Barcelona para que éstas distribuyan y cobren esa agua a los usuarios porteños-medellinenses por un periodo de 30 años, a condición de inversiones multimillonarias para mejorar el servicio.

Nada de esto ha sucedido. Ni hay esas inversiones ofrecidas, y que por ley debería hacerse cumplir, ni mejora en el servicio. Si caso, la empresa ha invertido en mantenimiento y reparaciones, y a cambio ha elevado significativamente las tarifas del agua, sin que los alcaldes hayan asumido la defensa de los ciudadanos, ni tampoco los diputados locales y federales, salvo declaraciones incendiarias de que van a luchar por retirar esa concesión al Grupo MAS. No hay acciones jurídicas, es decir, sólo han sido defensas discursivas que no sirven para nada. No hay quien quiera ponerle el cascabel al gato, y el gato sigue devorando a los sufridos porteños y medellinenses. Ya se verá si los ciudadanos son tan cándidos para seguir creyendo en sus ofrecimientos. Esperemos.

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opedro2006@gmail.com