Causa de muerte del padre Alvarito Fernández
Está en su apogeo el coronavirus y nadie escapa a la posibilidad de contraerlo. Muchos la libran, otros la ven cerca y desgraciadamente unos mueren.
Ahí está el caso del secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, quien se pasó un fin de semana en un hospital que, a ciencia cierta, nadie supo cuál fue.
En el Centro de Alta Especialidad de Xalapa (CAE) hicieron preparativos para recibirlo, pero finalmente no llegó al principal hospital público de Xalapa, de ahí que haya trascendido que fue atendido en una clínica privada. Ahora, desde su casa, según comentó el funcionario, sigue la recuperación.
Otro funcionario que estuvo mal por el Covid 19 (que no había trascendido su enfermedad, pero ahora se lo informamos) es el director administrativo de la Secretaría de Seguridad Pública, Ulises Rodríguez Landa.
En la SSP dejaron de verlo, pero no le dieron importancia, pues nos comentan que de repente este funcionario, creación del maestro Guillermo Zúñiga, se das sus escapadas.
Se vio mal quien lleva los dineros de la seguridad en Veracruz, pero, nos dicen, ya está recuperado y listo para seguir con sus acostumbradas actividades muy conocidas en el mundo de la política veracruzana.
Una víctima más del coronavirus fue el querido sacerdote Álvaro Fernández, fallecido la semana pasada. Tenía más de 80 años de edad el padre Alvarito, pero su muerte fue sorpresiva para muchos.
Según se comenta en círculos eclesiásticos el estimado sacerdote, que desde la época del arzobispado de monseñor Sergio Obeso Rivera recibió la encomienda de realizar los exorcismos en esta región, fue a la casa de un cercano familiar a darle la bendición dado que encontraba muy mal por el coronavirus. Ahí, nos dicen, contrajo el Covid, que a la postre lo llevó a la muerte. Recordemos que se le despidió en forma privada.
Por lo demás, no pierda de vista lo siguiente: 71% de las muertes por coronavirus en México están ligadas a comorbilidades como hipertensión, obesidad, diabetes y tabaquismo. Es decir, el consumo de refrescos y comida chatarra que por décadas ha deteriorado la salud de mexicanos es el principal agravante y factor de muerte al conjugarse con el Covid.
De acuerdo con el reporte federal de salud, en Veracruz, de las defunciones por coronavirus las comorbilidades fueron hipertensión, 24.69%; obesidad, 20.88%; diabetes, 20.74% y tabaquismo 5.85%.
¿Qué es una mala alimentación?, principalmente el consumo de refrescos y jugos altos en azúcares y comida chatarra. Durante los últimos años especialistas han intentado poner en la agenda la urgencia de revertir las graves cifras de diabetes y obesidad que saturan los servicios de salud, el mismo IMSS reporta que el 52% de los recursos del organismo son destinados a enfrentar enfermedades crónicas, como la diabetes.
Sin embargo, no ha habido eco en estos llamados y las pocas intentonas por poner algún orden en las empresas refresqueras y productos chatarras han sido tiradas al olvido; recordemos que en las escuelas se prohibiría su venta, sin embargo, quedó como una recomendación.
¿Quién es responsable?, ¿el consumidor?, ¿la industria que se enriquece a costa de la salud?, ¿o el gobierno que no ha puesto realmente límites de ventas ni estrategia de educación alimentaria?
Estaremos en contacto martes y jueves.
