/ domingo 9 de mayo de 2021

El espejismo electoral

En Boca del Río, Xalapa y Tuxpan, hubo marchas multitudinarias o concentraciones masivas organizadas por Morena y PVEM a favor de sus candidatos a las alcaldías y diputaciones locales y federales.

Esto como sólo se veía en los viejos tiempos priistas y panistas, “para mostrar músculo”, se decía antes y ahora, y para mandar mensaje de que hay poder de convocatoria y éste se va a reflejar en las urnas. Funcionó en el pasado, y es lo que se pretende hoy, aunque la realidad podrá verse hasta el día de las elecciones, en menos de un mes. En ese mar de gente, los candidatos se sienten animados y hasta piensan que son populares y generan simpatías, lo que puede ser sólo un espejismo; no se duda que asistan vayan por convicción, pero otros son movidos por el interés de hacer mérito, ser vistos por los dirigentes o candidatos, y si estos ganan, poder obtener empleo o, con suerte, algún cargo, aunque sea modesto. Lo que sea, esas concentraciones tienen sus lecturas. A los candidatos opositores les genera inquietud, y explica que desde su óptica hablen de “acarreados”, y lo que conocen bastante bien, y en el imaginario colectivo siembran la percepción de que esos aspirantes a cargos de elección popular tienen fuerza para ganar, y no solamente quienes son testigos de esos actos, sino aquellos que leen las crónicas o ven las fotos y videos. En otro orden, esos actos tienen un significado intrínseco. Los partidos apuestan al aspecto emocional, sumarse “al más fuerte”, sin meterse en camisa de once varas con cuestiones de propuestas como la parte más importante de la oferta política de quienes aspiran a una representación popular. En este caso, el movimiento morenista sabe que tener el poder es una ventaja, y manda la señal de que lo mantendrá.

Eso parece tener en el limbo a los ex partidazos PRI y PAN, que se observan como arrinconados y probablemente hasta temerosos del rechazo de los ciudadanos, por lo que no se atreven al uso de esos rituales que les arrebataron los ahora poderosos partidos Morena, PVEM y PT. En Tuxpan, el ex alcalde priista Aberto Silva Ramos les ha ganado los espacios mediáticos y se mueve como si fuera el único contendiente en el proceso electoral para repetir como presidente municipal, ahora por el PVEM, y este fin de semana en Boca del Río Morena reunió entre 4 mil y 5 mil afiliados y simpatizantes para apoyar a Nena de la Reguera, mamá de la actriz Ana de la Reguera sigue sin aparecer para darle impulso; Lux Baxzi, candidata a diputada federal en el Distrito XII y Lupita Tapia, para el Distrito XVI; y en Xalapa, los morenistas hicieron lo mismo para Ricardo Ahued Bardehuil, que va en caballo de hacienda hacia el Palacio Municipal, a pesar del repudio que genera el actual edil Hipólito Rodríguez Herrero, por su mal desempeño en ese cargo. Así están los hechos, lo que más llama la atención es el repliegue de los Yunes en Veracruz y Boca del Río, sus bastiones de poder, donde contra su costumbre no hacen ruido, ni el candidato que el PAN envió para la presidencia del puerto, Miguel Ángel Yunes Márquez, como de la candidata a diputada federal, María Josefina Gamboa Torales, y lo mismo Juan Manuel de Unanue Abascal que busca la alcaldía boqueña.

opedro2006@gmail.com

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En Boca del Río, Xalapa y Tuxpan, hubo marchas multitudinarias o concentraciones masivas organizadas por Morena y PVEM a favor de sus candidatos a las alcaldías y diputaciones locales y federales.

Esto como sólo se veía en los viejos tiempos priistas y panistas, “para mostrar músculo”, se decía antes y ahora, y para mandar mensaje de que hay poder de convocatoria y éste se va a reflejar en las urnas. Funcionó en el pasado, y es lo que se pretende hoy, aunque la realidad podrá verse hasta el día de las elecciones, en menos de un mes. En ese mar de gente, los candidatos se sienten animados y hasta piensan que son populares y generan simpatías, lo que puede ser sólo un espejismo; no se duda que asistan vayan por convicción, pero otros son movidos por el interés de hacer mérito, ser vistos por los dirigentes o candidatos, y si estos ganan, poder obtener empleo o, con suerte, algún cargo, aunque sea modesto. Lo que sea, esas concentraciones tienen sus lecturas. A los candidatos opositores les genera inquietud, y explica que desde su óptica hablen de “acarreados”, y lo que conocen bastante bien, y en el imaginario colectivo siembran la percepción de que esos aspirantes a cargos de elección popular tienen fuerza para ganar, y no solamente quienes son testigos de esos actos, sino aquellos que leen las crónicas o ven las fotos y videos. En otro orden, esos actos tienen un significado intrínseco. Los partidos apuestan al aspecto emocional, sumarse “al más fuerte”, sin meterse en camisa de once varas con cuestiones de propuestas como la parte más importante de la oferta política de quienes aspiran a una representación popular. En este caso, el movimiento morenista sabe que tener el poder es una ventaja, y manda la señal de que lo mantendrá.

Eso parece tener en el limbo a los ex partidazos PRI y PAN, que se observan como arrinconados y probablemente hasta temerosos del rechazo de los ciudadanos, por lo que no se atreven al uso de esos rituales que les arrebataron los ahora poderosos partidos Morena, PVEM y PT. En Tuxpan, el ex alcalde priista Aberto Silva Ramos les ha ganado los espacios mediáticos y se mueve como si fuera el único contendiente en el proceso electoral para repetir como presidente municipal, ahora por el PVEM, y este fin de semana en Boca del Río Morena reunió entre 4 mil y 5 mil afiliados y simpatizantes para apoyar a Nena de la Reguera, mamá de la actriz Ana de la Reguera sigue sin aparecer para darle impulso; Lux Baxzi, candidata a diputada federal en el Distrito XII y Lupita Tapia, para el Distrito XVI; y en Xalapa, los morenistas hicieron lo mismo para Ricardo Ahued Bardehuil, que va en caballo de hacienda hacia el Palacio Municipal, a pesar del repudio que genera el actual edil Hipólito Rodríguez Herrero, por su mal desempeño en ese cargo. Así están los hechos, lo que más llama la atención es el repliegue de los Yunes en Veracruz y Boca del Río, sus bastiones de poder, donde contra su costumbre no hacen ruido, ni el candidato que el PAN envió para la presidencia del puerto, Miguel Ángel Yunes Márquez, como de la candidata a diputada federal, María Josefina Gamboa Torales, y lo mismo Juan Manuel de Unanue Abascal que busca la alcaldía boqueña.

opedro2006@gmail.com

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