/ lunes 25 de octubre de 2021

El futuro nos alcanza

Siempre he manifestado la frase que siempre me repetía un jefe: Ha de saber, De la Llave, que lo único permanente es el cambio”; lo que es una manera de hacer hoy, mañana no lo es, con sus excepciones.

Por su parte, el ingeniero Jorge Neri Morales (persona muy querida) lo decía de manera diferente. Él citaba: “el destino nos alcanza”; de esta manera era la vida en la segunda parte del siglo XX. Al principio eran dichos, posteriormente comprobé que era parte de la vida.

Los ejemplos más claros los tenemos en el comportamiento de los mercados; estos son de tiempos y circunstancias. En los años 60 y 70 la moda para los jóvenes, preferentemente mujeres, era trabajar en un banco; era símbolo de nivel intelectual y social. Todavía en los 80 y parte de los 90 lo era, sin embargo, el estatus estaba en las casas de bolsa; solo para citar un ejemplo lo que son los mercados.

Lo mismo sucede en la política. En el periodo de referencia, el PRI era ganador, aunque a sus militantes y sus cabezas operativas nunca les dieran nada, pero hacer labor social dentro de él era gratificante. Durante mucho tiempo este partido fue símbolo de poder, lamentablemente han sido siempre los mismos, cambiando solamente los protagonistas, de ahí que se encuentre como está.

Pero en materia económica los mercados mandan, ¿pero qué es el mercado?, se preguntarán. La respuesta más sencilla: “Lugar donde se reúnen oferentes y demandantes para comprar o vender productos o servicios”. El vivo ejemplo, el mercado Jáuregui, en Xalapa. Para todo producto también hay un mercado. Dentro del mismo sitio público hay áreas de abarrotes, carnicerías, fruterías, verdulerías, etc., es decir, cada producto tiene su mercado.

La forma del trato, precio, entrega, empaque y servicio al comprador son accesorios a la venta; a eso los especialistas le llaman marketing, y al estudio de lo que hace la competencia se conoce como bench marketing. Así los mercados han venido cambiando.

En la era bursátil todos querían tener acciones, los mexicanos invertían lo que tenían, desde su sueldo hasta el producto al vender sus bienes.

Fue un auge sin precedentes la que tuvo la Bolsa Mexicana de Valores a finales de los 80 y principios de los 90, tiempos en que florecieron las sucursales bursátiles y donde algunos eran millonarios en forma rápida; de la misma manera se quedaron pobres, porque la codicia no tiene límites, nunca se conformaron con lo ganado, deseaban más, con sus excepciones de gente que conocía este mercado de alto riesgo y volátil.

Otros ejemplos del cambio son las agencias automotrices. Los dueños son los ricos de la localidad, anteriormente compraban las unidades o pagaban un interés por tenerlos en piso y daban los créditos; ahora son comisionistas, dan los créditos las armadoras, bancos, arrendadores y entidades crediticias.

En la segunda parte del siglo XX aparece el mayor invento tecnológico que ha dado lugar a un nuevo modelo de mercadeo: el Internet, que es la comunicación en tiempo real, no limitada en datos.

Es la autopista de la información en ambos o múltiples sentidos, intercambia imágenes, películas, no importa el tamaño; es un facilitador o herramienta sin precedentes del mercado.

Los mayores representantes de este avance son Microsoft, Apple, Google y Facebook (con sus filiales WhatsApp, Twitter, Instagram), así como las apps. Dentro del streaming aparecen empresas como Netflix, Prime Video, Spotify, HBO Max, Disney+, Star+ y Cinépolis, bajo el esquema de suscripción.

Todas estas empresas son globalizadas, las primeras con gran influencia en la vida diaria; algunas son parte de las redes sociales, las últimas están dedicadas al ocio.

Netflix el más representativo; su última serie la vieron 111 millones de personas, solo para tener una idea de su mercado, para lo cual debieron haber asistido con un suscriptor. Está pronosticado que el régimen de propiedad se acaba, ahora será el consumismo en los mercados futuros, de acuerdo con el especialista Tien Tzuo, de la empresa millonaria de software Zuora.

Asegura que en menos de diez años viene la era de suscripciones con pago mensual, así como Tim Cook, CEO de Apple, lo anunció, mismo concepto que tiene del mercado futuro la automotriz Volkswagen, según estudio de Ferdinand Dudenhoffer, del Instituto Car de la Universidad de Duisburg-Essen, quien asegura que en el futuro los clientes apostarán más por las suscripciones que por la compra de coches nuevos.

Lo anterior nos lleva a concluir que está pronosticado la terminación del régimen de propiedad por el del consumo como forma de mercado.

Para muestra está el avance del streaming, que seguramente sepultará a la TV abierta; este concepto incorporará noticiarios y formas de comunicación en tiempo real.

Siempre he manifestado la frase que siempre me repetía un jefe: Ha de saber, De la Llave, que lo único permanente es el cambio”; lo que es una manera de hacer hoy, mañana no lo es, con sus excepciones.

Por su parte, el ingeniero Jorge Neri Morales (persona muy querida) lo decía de manera diferente. Él citaba: “el destino nos alcanza”; de esta manera era la vida en la segunda parte del siglo XX. Al principio eran dichos, posteriormente comprobé que era parte de la vida.

Los ejemplos más claros los tenemos en el comportamiento de los mercados; estos son de tiempos y circunstancias. En los años 60 y 70 la moda para los jóvenes, preferentemente mujeres, era trabajar en un banco; era símbolo de nivel intelectual y social. Todavía en los 80 y parte de los 90 lo era, sin embargo, el estatus estaba en las casas de bolsa; solo para citar un ejemplo lo que son los mercados.

Lo mismo sucede en la política. En el periodo de referencia, el PRI era ganador, aunque a sus militantes y sus cabezas operativas nunca les dieran nada, pero hacer labor social dentro de él era gratificante. Durante mucho tiempo este partido fue símbolo de poder, lamentablemente han sido siempre los mismos, cambiando solamente los protagonistas, de ahí que se encuentre como está.

Pero en materia económica los mercados mandan, ¿pero qué es el mercado?, se preguntarán. La respuesta más sencilla: “Lugar donde se reúnen oferentes y demandantes para comprar o vender productos o servicios”. El vivo ejemplo, el mercado Jáuregui, en Xalapa. Para todo producto también hay un mercado. Dentro del mismo sitio público hay áreas de abarrotes, carnicerías, fruterías, verdulerías, etc., es decir, cada producto tiene su mercado.

La forma del trato, precio, entrega, empaque y servicio al comprador son accesorios a la venta; a eso los especialistas le llaman marketing, y al estudio de lo que hace la competencia se conoce como bench marketing. Así los mercados han venido cambiando.

En la era bursátil todos querían tener acciones, los mexicanos invertían lo que tenían, desde su sueldo hasta el producto al vender sus bienes.

Fue un auge sin precedentes la que tuvo la Bolsa Mexicana de Valores a finales de los 80 y principios de los 90, tiempos en que florecieron las sucursales bursátiles y donde algunos eran millonarios en forma rápida; de la misma manera se quedaron pobres, porque la codicia no tiene límites, nunca se conformaron con lo ganado, deseaban más, con sus excepciones de gente que conocía este mercado de alto riesgo y volátil.

Otros ejemplos del cambio son las agencias automotrices. Los dueños son los ricos de la localidad, anteriormente compraban las unidades o pagaban un interés por tenerlos en piso y daban los créditos; ahora son comisionistas, dan los créditos las armadoras, bancos, arrendadores y entidades crediticias.

En la segunda parte del siglo XX aparece el mayor invento tecnológico que ha dado lugar a un nuevo modelo de mercadeo: el Internet, que es la comunicación en tiempo real, no limitada en datos.

Es la autopista de la información en ambos o múltiples sentidos, intercambia imágenes, películas, no importa el tamaño; es un facilitador o herramienta sin precedentes del mercado.

Los mayores representantes de este avance son Microsoft, Apple, Google y Facebook (con sus filiales WhatsApp, Twitter, Instagram), así como las apps. Dentro del streaming aparecen empresas como Netflix, Prime Video, Spotify, HBO Max, Disney+, Star+ y Cinépolis, bajo el esquema de suscripción.

Todas estas empresas son globalizadas, las primeras con gran influencia en la vida diaria; algunas son parte de las redes sociales, las últimas están dedicadas al ocio.

Netflix el más representativo; su última serie la vieron 111 millones de personas, solo para tener una idea de su mercado, para lo cual debieron haber asistido con un suscriptor. Está pronosticado que el régimen de propiedad se acaba, ahora será el consumismo en los mercados futuros, de acuerdo con el especialista Tien Tzuo, de la empresa millonaria de software Zuora.

Asegura que en menos de diez años viene la era de suscripciones con pago mensual, así como Tim Cook, CEO de Apple, lo anunció, mismo concepto que tiene del mercado futuro la automotriz Volkswagen, según estudio de Ferdinand Dudenhoffer, del Instituto Car de la Universidad de Duisburg-Essen, quien asegura que en el futuro los clientes apostarán más por las suscripciones que por la compra de coches nuevos.

Lo anterior nos lleva a concluir que está pronosticado la terminación del régimen de propiedad por el del consumo como forma de mercado.

Para muestra está el avance del streaming, que seguramente sepultará a la TV abierta; este concepto incorporará noticiarios y formas de comunicación en tiempo real.