/ miércoles 21 de octubre de 2020

El gobierno de AMLO pende de un hilo de la reelección de Trump

Las próximas dos semanas serán cruciales para los electores norteamericanos, que habrán de decidir por quién votar para gobernar a la nación más poderosa y rica del mundo. Entre la audacia, inteligencia y mañosería que caracteriza al actual presidente Donald Trump, o la educación, buenos modales y diplomacia de la política que ha mostrado su principal oponente, Joe Biden, el voto favorecerá a quien satisfaga mayoritariamente los intereses de los norteamericanos.

Según los últimos sondeos, la derrota habrá de acompañar al reeleccionista Trump, debido al mal manejo del combate al Covid-19, que afectó la imagen de “súper hombre” que siempre mostró ser el multimillonario y actual inquilino de la Casa Blanca. Si fuera una pelea de box por el campeonato mundial, podría decirse que el gancho al hígado que le propinó Biden a Trump en el primer debate, consistente en mandarlo a dar una justificación a los deudos de los muertos del coronavirus, fue un nocaut.

Trump, al dar a conocer su contagio de Covid-19 y al internarse por órdenes de su médico personal en el hospital militar presidencial, revirtió las encuestas que estaban a su favor para volverlas en su contra, con un 40% de aprobación y 58% de desaprobación por el manejo de la crisis por la pandemia.

A lo anterior se suma la muerte en Minneapolis del afroestadounidense George Floyd, a partir de la cual las protestas por los maltratos policiacos a los americanos de raza negra han ubicado a Trump entre los promotores de un racismo que había quedado superado desde la década de los 60, cuando ocurrió el magnicidio de Martin Luther King, generando un clima de desconfianza, irritación y manifestaciones en contra de la injusticia racial.

Las estrategias que restan votos han sido bien aprovechadas por su oponente Biden, quien destacando en su discurso el aumento del desempleo, la caída en la economía y la beligerancia en el carácter de Donald Trump, quien no soporta cuestionamientos de la prensa ni de los actores políticos opositores, ha llegado a la derrota antes de la votación, sin poder demostrar ahora ser el más capaz para gobernar a su país.

Se afirma que Biden aventaja con 11 puntos porcentuales y está listo con el 51% de los encuestados para derrotar a Donald Trump de forma contundente, sin que exista alguna duda u objeción.

Las próximas dos semanas serán cruciales para los electores norteamericanos, que habrán de decidir por quién votar para gobernar a la nación más poderosa y rica del mundo. Entre la audacia, inteligencia y mañosería que caracteriza al actual presidente Donald Trump, o la educación, buenos modales y diplomacia de la política que ha mostrado su principal oponente, Joe Biden, el voto favorecerá a quien satisfaga mayoritariamente los intereses de los norteamericanos.

Según los últimos sondeos, la derrota habrá de acompañar al reeleccionista Trump, debido al mal manejo del combate al Covid-19, que afectó la imagen de “súper hombre” que siempre mostró ser el multimillonario y actual inquilino de la Casa Blanca. Si fuera una pelea de box por el campeonato mundial, podría decirse que el gancho al hígado que le propinó Biden a Trump en el primer debate, consistente en mandarlo a dar una justificación a los deudos de los muertos del coronavirus, fue un nocaut.

Trump, al dar a conocer su contagio de Covid-19 y al internarse por órdenes de su médico personal en el hospital militar presidencial, revirtió las encuestas que estaban a su favor para volverlas en su contra, con un 40% de aprobación y 58% de desaprobación por el manejo de la crisis por la pandemia.

A lo anterior se suma la muerte en Minneapolis del afroestadounidense George Floyd, a partir de la cual las protestas por los maltratos policiacos a los americanos de raza negra han ubicado a Trump entre los promotores de un racismo que había quedado superado desde la década de los 60, cuando ocurrió el magnicidio de Martin Luther King, generando un clima de desconfianza, irritación y manifestaciones en contra de la injusticia racial.

Las estrategias que restan votos han sido bien aprovechadas por su oponente Biden, quien destacando en su discurso el aumento del desempleo, la caída en la economía y la beligerancia en el carácter de Donald Trump, quien no soporta cuestionamientos de la prensa ni de los actores políticos opositores, ha llegado a la derrota antes de la votación, sin poder demostrar ahora ser el más capaz para gobernar a su país.

Se afirma que Biden aventaja con 11 puntos porcentuales y está listo con el 51% de los encuestados para derrotar a Donald Trump de forma contundente, sin que exista alguna duda u objeción.