/ miércoles 12 de mayo de 2021

El hubiera no existe, pero sí la congruencia

La principal condición para tener credibilidad y autoridad en un político es cumplir con la palabra empeñada mediante las “ofertas” de campaña, que influyen en los electores para emitir el sufragio en favor del candidato, que en su trayectoria acredita “honestidad y ética”, atributos personales que se adquieren demostrando con acciones la fiel realización de los compromisos adquiridos.

Ese es el ideal que hoy en día exige la sociedad para comprometer su voto, puesto que la desilusión, el cansancio y desencanto que se produce después de cada proceso electoral, en donde triunfa el político carismático, pero impreparado y ladrón, que acaba aplicando triquiñuelas para justificar el “incumplimiento del deber” y las promesas fallidas argumentando insuficiencia presupuestal.

El colorido promocional de la publicidad político-electoral contrasta con la obscura pobreza, el desempleo y la criminalidad, que van en aumento, y la marginación en alimentación, salud y vivienda de más de la mitad de los 126 millones de habitantes que registra el INEGI, exhibe la miseria y el subdesarrollo de un país sojuzgado y tercermundista, como aparece en el último censo de población y vivienda.

No se ve cercana la fecha de volver a la “normalidad perdida” y el gobierno de la 4T, en lugar de procurar soluciones, continúa abriendo la brecha entre ricos y pobres, vendando los ojos a la población con “políticas ilusionistas”, para coaccionar los votos de la próxima elección y así poder contar con un Poder Legislativo “a modo” que permita a los actuales funcionarios militantes de Morena continuar indefinidamente en sus puestos.

En política como en todo, el hubiera no existe, sin embargo, vale decir que “si se hubiera” dado continuidad al “Plan de Saneamiento Integral de Xalapa”, con el financiamiento de Banobras y el aval del Gobierno del Estado, como estaba resuelto y aprobado en 2004, las tormentas y abundantes lluvias de estos días no habrían inundado las colonias pobres de la ciudad capital y ésta sería la más saludable del país.

La principal condición para tener credibilidad y autoridad en un político es cumplir con la palabra empeñada mediante las “ofertas” de campaña, que influyen en los electores para emitir el sufragio en favor del candidato, que en su trayectoria acredita “honestidad y ética”, atributos personales que se adquieren demostrando con acciones la fiel realización de los compromisos adquiridos.

Ese es el ideal que hoy en día exige la sociedad para comprometer su voto, puesto que la desilusión, el cansancio y desencanto que se produce después de cada proceso electoral, en donde triunfa el político carismático, pero impreparado y ladrón, que acaba aplicando triquiñuelas para justificar el “incumplimiento del deber” y las promesas fallidas argumentando insuficiencia presupuestal.

El colorido promocional de la publicidad político-electoral contrasta con la obscura pobreza, el desempleo y la criminalidad, que van en aumento, y la marginación en alimentación, salud y vivienda de más de la mitad de los 126 millones de habitantes que registra el INEGI, exhibe la miseria y el subdesarrollo de un país sojuzgado y tercermundista, como aparece en el último censo de población y vivienda.

No se ve cercana la fecha de volver a la “normalidad perdida” y el gobierno de la 4T, en lugar de procurar soluciones, continúa abriendo la brecha entre ricos y pobres, vendando los ojos a la población con “políticas ilusionistas”, para coaccionar los votos de la próxima elección y así poder contar con un Poder Legislativo “a modo” que permita a los actuales funcionarios militantes de Morena continuar indefinidamente en sus puestos.

En política como en todo, el hubiera no existe, sin embargo, vale decir que “si se hubiera” dado continuidad al “Plan de Saneamiento Integral de Xalapa”, con el financiamiento de Banobras y el aval del Gobierno del Estado, como estaba resuelto y aprobado en 2004, las tormentas y abundantes lluvias de estos días no habrían inundado las colonias pobres de la ciudad capital y ésta sería la más saludable del país.