/ domingo 21 de abril de 2019

El infierno de Mina en pleno Viernes Santo

El pasado Viernes Santo fue de luto en el municipio de Minatitlán, en el estado de Veracruz y en el pais entero. El asesinato de 13 personas, entre éstas un bebé, se convirtió en noticia internacional.

Esta masacre, ocurrida durante una fiesta familiar, reveló no solo el nivel de violencia que se vive en la entidad, sino también la insensibilidad e inoperancia de nuestras autoridades para hacer frente a tan difícil situación.

Ante la la tragedia, ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno -municipal, estatal y federal- los tres por cierto de MORENA, asumió su responsabilidad, por el contrario, como si fueran un coro de misa de sábado de gloria, salieron al unísono a decir que lo que hoy les toca a ellos resolver es un problema heredado. Como ese juego infantil de la papa caliente, quieren aventar su responsabilidad a otros porque a casi cinco meses de que asumieron, al menos formalmente, la tarea de gobernarnos, no han aprendido a tomar las riendas, siguen instalados en su cómodo papel de oposición, que tan redituable les ha sido.

El Presidente, por su parte, reaccionó con un absoluto mutis, hasta que al llegar este domingo al Puerto de Veracruz para participar en el 105 aniversario de su defensa heroica, al ser cuestionado por la aguerrida prensa jarocha sobre lo sucedido en Minatitlán, solo atinó a apresurar el paso y decir que lo iba a revisar.

El Gobernador también ha preferido guardar silencio ante este caso, como lo ha hecho ante los feminicidios que nos tienen en el primer lugar nacional en la comisión de este delito; mismo silencio que ha mantenido en los numerosos casos de secuestros que también nos tienen en el nada honroso primer lugar nacional, así como ante los cientos de delitos que a diario se registran en el estado, como extorsión, robo, violación y, por supuesto, homicidios dolosos.

Por su parte, el presidente municipal de Minatitlán, en concordancia, solo hizo como si la virgen le hablara.

Como cereza de pastel, la Transformación de Cuarta, a la misma velocidad que correspondemos con un salud! cuando alguien estornuda, iniciaron con ferocidad la atribución de la culpa al pasado. Por esta ocasión se la perdonaron al neoliberalismo y a la corrupción.

La violencia en Veracruz está desbordada. Un día antes de lo de Minatitlán, el jueves 18, fue asesinada una destacada priista en Tierra Blanca, Sonia Ramírez Trujillo, muy querida amiga y compañera de causa. Le dieron dos balazos, ambos mortales por necesidad, cuando se encontraba en el interior de su automóvil, a la puerta de su casa.

Al igual que en Minatitlán y en miles de casos que se registran en este estado, no hay un solo detenido: todo, dicen, se está investigando. Así, los municipios del sur veracruzano: Coatzacoalcos, Minatitlán, Cosoleacaque, Agua Dulce, Acayucan, etcétera, se han convertido en un cinturón del terror, en tierra de nadie.

Las cifras de la Tde4 no son las mismas que las que vivimos los veracruzanos en el día a día como tampoco lo son en el plano nacional como hace pocos días pudimos observar cuando el Presidente de la República refutaba al periodista Jorge Ramos, las cifras de muerte de México que el propio gobierno federal tiene, oficialmente publicadas, en los medios digitales.

Este cuatrimestre, que está a punto de concluir, será el más violento que se haya vivido en el Mexico contemporáneo y aún faltan 8 meses para que concluya este 2019.

Peor aún son las declaraciones, siempre incendiarias, de quien prometió que nuestro país sería una “República Amorosa”, las que contrastan con el silencio que, hasta este momento, ha guardado frente a la masacre del viernes santo en Minatitlán.

Quien quiera justificar la omisión presidencial por aquello de que estos días son de guardar, se tendrá que comer su argumento pues este apenas salió a insultar, a llamar momias y pregoneros a quienes ahora lo critican y sin la mínima sensibilidad hasta habló de sepulcros blanqueados, no importándole que en Minatitlán había 13 cuerpos más en una plancha.

¿Cuánto más tendremos que esperar los veracruzanos? ¿Qué más necesita pasar en este estado para que se den cuenta las nuevas autoridades que la situación es de emergencia? Todos, representantes populares, sociedad civil y medios de comunicación estamos dispuestos a ayudar, cuando la soberbia y la agresión verbal se hagan a un lado.

Facebook.com/HectorYunes

Instagram: hectoryuneslanda

Twt: @HectorYunes

El pasado Viernes Santo fue de luto en el municipio de Minatitlán, en el estado de Veracruz y en el pais entero. El asesinato de 13 personas, entre éstas un bebé, se convirtió en noticia internacional.

Esta masacre, ocurrida durante una fiesta familiar, reveló no solo el nivel de violencia que se vive en la entidad, sino también la insensibilidad e inoperancia de nuestras autoridades para hacer frente a tan difícil situación.

Ante la la tragedia, ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno -municipal, estatal y federal- los tres por cierto de MORENA, asumió su responsabilidad, por el contrario, como si fueran un coro de misa de sábado de gloria, salieron al unísono a decir que lo que hoy les toca a ellos resolver es un problema heredado. Como ese juego infantil de la papa caliente, quieren aventar su responsabilidad a otros porque a casi cinco meses de que asumieron, al menos formalmente, la tarea de gobernarnos, no han aprendido a tomar las riendas, siguen instalados en su cómodo papel de oposición, que tan redituable les ha sido.

El Presidente, por su parte, reaccionó con un absoluto mutis, hasta que al llegar este domingo al Puerto de Veracruz para participar en el 105 aniversario de su defensa heroica, al ser cuestionado por la aguerrida prensa jarocha sobre lo sucedido en Minatitlán, solo atinó a apresurar el paso y decir que lo iba a revisar.

El Gobernador también ha preferido guardar silencio ante este caso, como lo ha hecho ante los feminicidios que nos tienen en el primer lugar nacional en la comisión de este delito; mismo silencio que ha mantenido en los numerosos casos de secuestros que también nos tienen en el nada honroso primer lugar nacional, así como ante los cientos de delitos que a diario se registran en el estado, como extorsión, robo, violación y, por supuesto, homicidios dolosos.

Por su parte, el presidente municipal de Minatitlán, en concordancia, solo hizo como si la virgen le hablara.

Como cereza de pastel, la Transformación de Cuarta, a la misma velocidad que correspondemos con un salud! cuando alguien estornuda, iniciaron con ferocidad la atribución de la culpa al pasado. Por esta ocasión se la perdonaron al neoliberalismo y a la corrupción.

La violencia en Veracruz está desbordada. Un día antes de lo de Minatitlán, el jueves 18, fue asesinada una destacada priista en Tierra Blanca, Sonia Ramírez Trujillo, muy querida amiga y compañera de causa. Le dieron dos balazos, ambos mortales por necesidad, cuando se encontraba en el interior de su automóvil, a la puerta de su casa.

Al igual que en Minatitlán y en miles de casos que se registran en este estado, no hay un solo detenido: todo, dicen, se está investigando. Así, los municipios del sur veracruzano: Coatzacoalcos, Minatitlán, Cosoleacaque, Agua Dulce, Acayucan, etcétera, se han convertido en un cinturón del terror, en tierra de nadie.

Las cifras de la Tde4 no son las mismas que las que vivimos los veracruzanos en el día a día como tampoco lo son en el plano nacional como hace pocos días pudimos observar cuando el Presidente de la República refutaba al periodista Jorge Ramos, las cifras de muerte de México que el propio gobierno federal tiene, oficialmente publicadas, en los medios digitales.

Este cuatrimestre, que está a punto de concluir, será el más violento que se haya vivido en el Mexico contemporáneo y aún faltan 8 meses para que concluya este 2019.

Peor aún son las declaraciones, siempre incendiarias, de quien prometió que nuestro país sería una “República Amorosa”, las que contrastan con el silencio que, hasta este momento, ha guardado frente a la masacre del viernes santo en Minatitlán.

Quien quiera justificar la omisión presidencial por aquello de que estos días son de guardar, se tendrá que comer su argumento pues este apenas salió a insultar, a llamar momias y pregoneros a quienes ahora lo critican y sin la mínima sensibilidad hasta habló de sepulcros blanqueados, no importándole que en Minatitlán había 13 cuerpos más en una plancha.

¿Cuánto más tendremos que esperar los veracruzanos? ¿Qué más necesita pasar en este estado para que se den cuenta las nuevas autoridades que la situación es de emergencia? Todos, representantes populares, sociedad civil y medios de comunicación estamos dispuestos a ayudar, cuando la soberbia y la agresión verbal se hagan a un lado.

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