Iniciamos este mes patrio con días caóticos, con un informe presidencial lleno de mentiras, el inicio de una legislatura con una mayoría calificada, obtenida artificial e ilegalmente y con la asidua obsesión de no solo seguir dividiendo a los mexicanos, sino también de mandar “al diablo” a las instituciones.
La semana pasada, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, rindió su último informe de gobierno, pero lo hizo tal y como empezó su sexenio con sus “otros datos”, y todos ellos llenos de falsedades, y como los años anteriores, fue otro informe de mentiras.
Pero lo que más resaltó de toda su retórica engañosa fue el decir que ahora tenemos un sistema de salud “mejor que el de Dinamarca”; así lo dijo frente a los miles de mexicanos que lo escucharon en sus diferentes medios de comunicación y frente a quienes estaban ese día en el Zócalo de la Ciudad de México.
Lo dijo con conocimiento de causa, pese a que él mismo sabe del pésimo sistema de salud que está dejando, la falta de medicamentos que existe en toda la República y la disminución en las consultas médicas en las diversas instituciones públicas de salud del país, mismas que se han documentado y expuesto continuamente en todos estos años.
Y lo peor es que al día siguiente aceptó que solo fue un chiste, lo incongruente fue ver como el presidente más “humanista” de la historia haga ese tipo de “chistes”, cuando miles de niñas, niños y mujeres han muerto por falta de tratamientos oncológicos, cuando la pandemia dejó miles de muertos y a la fecha hay más de 50 millones de mexicanos sin acceder a los servicios de salud.
Fueron tantas las mentiras en el último informe presidencial que este espacio no alcanza para mencionar todas, pero es increíble palpar cómo el país está en un completo caos y este régimen siga con las mentiras, con la división, con más inseguridad, más pobreza, más violencia y sobre todo con la obsesión de mandar al diablo a las instituciones.
Porque esa misma semana la mayoría ilegal de diputados en la Cámara baja aprobó el dictamen de la Reforma al Poder Judicial, y si bien es cierto que el sistema de justicia está colapsado y requiere muchas mejoras, pero no la basura legislativa que propuso el Presidente, esa reforma no busca mejorar nada; solo quiere subordinar el Poder Judicial al poder político de Morena.
Y vienen días difíciles para la nación, porque se seguirá luchando para que Morena no mande al diablo las instituciones y que esa reforma no se apruebe en el Senado de la República, y sabe el régimen que no tiene los votos necesarios por eso las presiones. Hoy estamos en las horas más difíciles, porque este régimen quiere seguir destruyendo al país, bajo el fanatismo erróneo que “es un honor estar con Obrador”, y no con México.
*Diputado federal. PAN