/ martes 16 de julio de 2019

El linchamiento de Maltrata

Así como en Fuenteovejuna, la célebre obra de Lope de Vega, donde el pueblo se hace justicia por su propia mano al dar muerte al comendador, en Maltrata, municipio ubicado en la zona centro de Veracruz, la población, una turbamulta armada y encapuchada, linchó a un presunto secuestrador.

El hecho ocurrió el pasado 10 de julio; de acuerdo con las crónicas periodísticas, la gente de Maltrata interceptó al sujeto, señalado como presunto secuestrador, y le dio muerte en las goteras de Palacio Municipal; antes ataron y encerraron a los pocos elementos policiacos que se encontraban en la comandancia y argumentaron que las autoridades protegían al acusado, muerto a golpes.

Después de los hechos, el fiscal Jorge Winckler Ortiz dio a conocer que la víctima de este linchamiento había sido detenida en dos ocasiones, pero el juez autorizó que llevara su proceso en libertad.

En tanto, el secretario de Gobierno apuntó que se trataba de un delincuente, de un secuestrador que había sido detenido y posteriormente liberado, responsabilizando por ello a la Fiscalía General del Estado.

Dijo Éric Cisneros que el tema es lamentable, pero que el clima de violencia en la zona se registra por las deficiencias en las instancias responsables de la procuración de justicia; es decir, en la Fiscalía.

Explicó que este sujeto era un secuestrador que operaba en la zona de Maltrata, y que cuando fue detenido la Fiscalía sólo le habría acusado por el delito de robo, lo que motivó la indignación de la población.

Otra arista llama la atención: cuando la turba capturó al presunto secuestrador, éste no fue entregado a la Fiscalía ni a los elementos de la policía; ello deja en claro que la población organizada para tomar la justicia por su propia mano no confía en ministerios públicos, jueces, magistrados y elementos policiacos; parece que esa gente consideró que de nada serviría entregar al sujeto, dado que sería liberado más temprano que tarde.

Winckler dijo que el caso se investigará; es su obligación; sin embargo, bien harían en revisar la actuación de los representantes de la dependencia, porque cada delincuente liberado profundiza aún más la enorme desconfianza de la población en las instancias de procuración e impartición de justicia en Veracruz.

Lo ocurrido en Maltrata debe ser un llamado de atención para que se evite en lo posible la liberación de delincuentes. Habría que decir, por otro lado, que en la zona centro de Veracruz han sido recurrentes las quejas por la actuación de jueces y ministerios públicos, dado que la policía tarda más en capturar a los responsables de hechos delictivos, que éstos en salir libres.

Recordamos que al iniciar junio del presente año hubo manifestaciones en Córdoba y Orizaba por la posible liberación de los seis elementos de la policía de Orizaba que fueron implicados en el homicidio de dos jóvenes del lugar; en esa ocasión, hace poco más de un mes, la población reprochó al juez Tomás Zurita, del Juzgado Decimosexto de Distrito, por conceder un amparo a uno de los policías implicados, lo que abría la puerta para que los demás involucrados consiguieran el mismo beneficio, a pesar de que originalmente se les habían dictado dos años de prisión preventiva.

Así se las gastan en esas instancias, y a ello se debe en gran medida la desconfianza de la población en las autoridades. El caso de Maltrata es lamentable, porque en un país de instituciones no se puede permitir que prevalezca la ley de la selva.

Por otro lado, es evidente la suspicacia con que los veracruzanos miran a sus autoridades de procuración e impartición de justicia. @luisromero85

Así como en Fuenteovejuna, la célebre obra de Lope de Vega, donde el pueblo se hace justicia por su propia mano al dar muerte al comendador, en Maltrata, municipio ubicado en la zona centro de Veracruz, la población, una turbamulta armada y encapuchada, linchó a un presunto secuestrador.

El hecho ocurrió el pasado 10 de julio; de acuerdo con las crónicas periodísticas, la gente de Maltrata interceptó al sujeto, señalado como presunto secuestrador, y le dio muerte en las goteras de Palacio Municipal; antes ataron y encerraron a los pocos elementos policiacos que se encontraban en la comandancia y argumentaron que las autoridades protegían al acusado, muerto a golpes.

Después de los hechos, el fiscal Jorge Winckler Ortiz dio a conocer que la víctima de este linchamiento había sido detenida en dos ocasiones, pero el juez autorizó que llevara su proceso en libertad.

En tanto, el secretario de Gobierno apuntó que se trataba de un delincuente, de un secuestrador que había sido detenido y posteriormente liberado, responsabilizando por ello a la Fiscalía General del Estado.

Dijo Éric Cisneros que el tema es lamentable, pero que el clima de violencia en la zona se registra por las deficiencias en las instancias responsables de la procuración de justicia; es decir, en la Fiscalía.

Explicó que este sujeto era un secuestrador que operaba en la zona de Maltrata, y que cuando fue detenido la Fiscalía sólo le habría acusado por el delito de robo, lo que motivó la indignación de la población.

Otra arista llama la atención: cuando la turba capturó al presunto secuestrador, éste no fue entregado a la Fiscalía ni a los elementos de la policía; ello deja en claro que la población organizada para tomar la justicia por su propia mano no confía en ministerios públicos, jueces, magistrados y elementos policiacos; parece que esa gente consideró que de nada serviría entregar al sujeto, dado que sería liberado más temprano que tarde.

Winckler dijo que el caso se investigará; es su obligación; sin embargo, bien harían en revisar la actuación de los representantes de la dependencia, porque cada delincuente liberado profundiza aún más la enorme desconfianza de la población en las instancias de procuración e impartición de justicia en Veracruz.

Lo ocurrido en Maltrata debe ser un llamado de atención para que se evite en lo posible la liberación de delincuentes. Habría que decir, por otro lado, que en la zona centro de Veracruz han sido recurrentes las quejas por la actuación de jueces y ministerios públicos, dado que la policía tarda más en capturar a los responsables de hechos delictivos, que éstos en salir libres.

Recordamos que al iniciar junio del presente año hubo manifestaciones en Córdoba y Orizaba por la posible liberación de los seis elementos de la policía de Orizaba que fueron implicados en el homicidio de dos jóvenes del lugar; en esa ocasión, hace poco más de un mes, la población reprochó al juez Tomás Zurita, del Juzgado Decimosexto de Distrito, por conceder un amparo a uno de los policías implicados, lo que abría la puerta para que los demás involucrados consiguieran el mismo beneficio, a pesar de que originalmente se les habían dictado dos años de prisión preventiva.

Así se las gastan en esas instancias, y a ello se debe en gran medida la desconfianza de la población en las autoridades. El caso de Maltrata es lamentable, porque en un país de instituciones no se puede permitir que prevalezca la ley de la selva.

Por otro lado, es evidente la suspicacia con que los veracruzanos miran a sus autoridades de procuración e impartición de justicia. @luisromero85