/ viernes 30 de abril de 2021

El negocio de los parquímetros

Los abusos que comete la empresa Zeus Monitoreo Vial, concesionaria del jugoso negocio de los parquímetros en el puerto de Veracruz, ha provocado que casi a diario se presenten connatos de bronca entre ciudadanos que aparcan sus vehículos en la vía pública y los empleados de esa compañía.

Las arbitrariedades van desde el tiempo limitado de sólo tres horas que se permite en los pagos, hasta la premeditada vigilancia del personal que recorre calle por calle y van anotando en una libreta la hora de vencimiento que marcan los tiquets de autorización de estacionamiento. Si por descuido el dueño del carro olvida ir a pagar la extensión del tiempo de estadía en la zona de parquímetros, se encontrará con que ya le pusieron un candado llamado “cangrejo” en la llanta delantera del automotor y, necesariamente, tiene que pagar una multa de 174 pesos para que pueda ser liberado, dándose casos de personas que aún dentro del tiempo permitido, esos “agentes” colocan inmovilizadores a los coches. Es tal el poder de dicha empresa que el alcalde Fernando Yunes Márquez se la ha pasado haciéndose de la vista gorda y no intervieneen esas quejas, ni siquiera para lanzar alguna advertencia a Zeus en defensa de los cientos o miles de afectados, y esa protección e impunidad de la que gozan los abusadores cordobeses, provoca que los trabajadores asuman actos de prepotencia y que hasta se lían a golpes con los inconformes. Dicha concesión, que en mala hora entregó en 2007 a Zeus el mal exalcalde panista Julen Rementería del Puerto, vence en 2022, y los ciudadanos tienen la gran oportunidad de exigir que no vuelva a otorgarse ese negocio que sólo beneficia a un empresario y apenas reditúa una migaja de 500 mil o 600 mil pesos mensuales para el Ayuntamiento, según se ha dicho “para realizar obras en el Centro Histórico” de la ciudad, que no se observan desde hace muchos años. Este jueves, por ejemplo, en la zona de mercados, pudo suceder un zafarrancho cuando empleados de parquímetros inmovilizaron un vehículo, y ante es abuso el dueño quitó la llanta para liberarlo del candado, pero llegó más personal que trataba de colocar otra “araña” en la llanta delantera lateral; eso pudo terminar en enfrentamiento, pero lo evitó la intervención de muchas personas que acudieron en defensa de esa familia. ¿Qué deben hacer los porteños? No más parquímetros, y si es necesario, votar por quien se comprometa a no renovar esa concesión que sólo ha servido para enriquecer a unos cuantos. Hay mucho malestar de los porteños por la inacción de las autoridades municipales que, han dicho, están impedidas para dar por terminado anticipadamente ese contrato porque tendrían que pagar una elevada indemnización. Los vecinos de la Huaca ya dieron ejemplo de valor para impedir que en esa zona les pusieran estacionómetros, y ante la posibilidad de que pudiera escalar la protesta, el Ayuntamiento evitó la colocación de aparatos en esas calles. Si, por el contrario, los ciudadanos no hacen uso de su derecho a exigir que no se cometan más abusos, ese contrato podría extenderse 15 años más, hasta 2037… ¿eso lo van a permitir los porteños? No se cree, aunque habrá que esperar.

opedro2006@gmail.com

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Los abusos que comete la empresa Zeus Monitoreo Vial, concesionaria del jugoso negocio de los parquímetros en el puerto de Veracruz, ha provocado que casi a diario se presenten connatos de bronca entre ciudadanos que aparcan sus vehículos en la vía pública y los empleados de esa compañía.

Las arbitrariedades van desde el tiempo limitado de sólo tres horas que se permite en los pagos, hasta la premeditada vigilancia del personal que recorre calle por calle y van anotando en una libreta la hora de vencimiento que marcan los tiquets de autorización de estacionamiento. Si por descuido el dueño del carro olvida ir a pagar la extensión del tiempo de estadía en la zona de parquímetros, se encontrará con que ya le pusieron un candado llamado “cangrejo” en la llanta delantera del automotor y, necesariamente, tiene que pagar una multa de 174 pesos para que pueda ser liberado, dándose casos de personas que aún dentro del tiempo permitido, esos “agentes” colocan inmovilizadores a los coches. Es tal el poder de dicha empresa que el alcalde Fernando Yunes Márquez se la ha pasado haciéndose de la vista gorda y no intervieneen esas quejas, ni siquiera para lanzar alguna advertencia a Zeus en defensa de los cientos o miles de afectados, y esa protección e impunidad de la que gozan los abusadores cordobeses, provoca que los trabajadores asuman actos de prepotencia y que hasta se lían a golpes con los inconformes. Dicha concesión, que en mala hora entregó en 2007 a Zeus el mal exalcalde panista Julen Rementería del Puerto, vence en 2022, y los ciudadanos tienen la gran oportunidad de exigir que no vuelva a otorgarse ese negocio que sólo beneficia a un empresario y apenas reditúa una migaja de 500 mil o 600 mil pesos mensuales para el Ayuntamiento, según se ha dicho “para realizar obras en el Centro Histórico” de la ciudad, que no se observan desde hace muchos años. Este jueves, por ejemplo, en la zona de mercados, pudo suceder un zafarrancho cuando empleados de parquímetros inmovilizaron un vehículo, y ante es abuso el dueño quitó la llanta para liberarlo del candado, pero llegó más personal que trataba de colocar otra “araña” en la llanta delantera lateral; eso pudo terminar en enfrentamiento, pero lo evitó la intervención de muchas personas que acudieron en defensa de esa familia. ¿Qué deben hacer los porteños? No más parquímetros, y si es necesario, votar por quien se comprometa a no renovar esa concesión que sólo ha servido para enriquecer a unos cuantos. Hay mucho malestar de los porteños por la inacción de las autoridades municipales que, han dicho, están impedidas para dar por terminado anticipadamente ese contrato porque tendrían que pagar una elevada indemnización. Los vecinos de la Huaca ya dieron ejemplo de valor para impedir que en esa zona les pusieran estacionómetros, y ante la posibilidad de que pudiera escalar la protesta, el Ayuntamiento evitó la colocación de aparatos en esas calles. Si, por el contrario, los ciudadanos no hacen uso de su derecho a exigir que no se cometan más abusos, ese contrato podría extenderse 15 años más, hasta 2037… ¿eso lo van a permitir los porteños? No se cree, aunque habrá que esperar.

opedro2006@gmail.com

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