/ lunes 2 de julio de 2018

El nuevo revés de Yunes Linares

La del presente proceso electoral es la tercera gran derrota política, probablemente la más dolorosa de todas, para Miguel Ángel Yunes Linares.

La foto que tomó Miguel Carmona, de la agencia Fotover (un trabajo que mereció el reconocimiento a su autor), revela a la perfección el momento que vivió el gobernador del estado durante la tarde y noche de este domingo, cuando la opción que representaba su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, fue derrotada.

En 1997, Miguel Ángel Yunes dejó la Secretaría de Gobierno para asumir la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI. En ese espacio de dirección partidista, el actual gobernador recibió un fuerte revés al ganar sólo 103 municipios. Perdió más de la mitad.

En esa contienda, Yunes Linares se había jugado su aspiración para lograr la candidatura priista al gobierno del estado; un resultado favorable le hubiera colocado en la antesala de la sucesión; pero eso no ocurrió, dado que el partido decidió que Miguel Alemán sería su abanderado al Poder Ejecutivo.

Trece años después, en 2010, Yunes se vio frente a una nueva oportunidad para alcanzar la gubernatura, pero en una elección donde se enfrentó a todo el aparato y la fuerza del estado volvió a perder. Javier Duarte, impulsado por el entonces gobernador Fidel Herrera, logró la victoria en un cuestionado e inequitativo proceso, pero en 2016, por fin Miguel Ángel Yunes logró concretar su proyecto de gobernar la entidad.

En el actual proceso electoral veracruzano, ya como gobernador del estado, Yunes Linares sufrió un nuevo descalabro, probablemente el más doloroso de su vida política, dado que no logró dar continuidad a su paso por el Poder Ejecutivo, que terminará como un periodo de sólo dos años.

En este año y medio, ¿ha desempeñado Yunes Linares un trabajo que merezca el repudio ciudadano expresado en un voto de castigo?, no lo creo, porque no ha sido un mal gobernador; al final, ese fenómeno político llamado Andrés Manuel López Obrador venció con facilidad al panismo de todo el país, y no sólo al veracruzano.


Pepe Yunes, lección de madurez

Como un día antes lo hiciera el candidato presidencial de PRI-Verde Panal, José Antonio Meade, este lunes José Francisco Yunes Zorrilla dio una verdadera cátedra de comportamiento político, al asumir la responsabilidad de los resultados de la jornada electoral del pasado domingo.

El único de los contendientes que perdieron la contienda por el gobierno estatal y que ha tenido la altura de reconocerlo y felicitar al ganador de la elección, ha sido el priista, quien también ha sido el único capaz de realizar una lectura autocrítica por los devastadores resultados para su partido.

No había registro en la historia política de Veracruz de un gesto de civilidad como la protagonizada por un ganador de elecciones, a quien le correspondió sufrir el domingo una segunda derrota, la más fuerte en términos cuantitativos y emotivos.

Sin embargo, lejos de aparecer como una víctima de las circunstancias, Yunes Zorrilla puso el pecho y las ideas claras que habrán de sacudir las conciencias partidistas al interior del PRI, al afirmar: “Nunca antes habíamos tenido una elección tan adversa y esto obliga a que el partido replantee agenda, método y modelo para seguir siendo una opción y una alternativa frente a la sociedad veracruzana”.

Deseando que Veracruz emprenda lo más pronto posible un proceso de reconciliación, el senador con licencia apuntó que si no hay unidad entre los veracruzanos, difícilmente se podrán resolver los problemas de seguridad, desigualdad y económicos, que deben trascender el tema electoral y comprenderse como de la mayor importancia en la agenda pública del estado.

Y ahí se mantiene, en la línea expresa de colaborar, con lo que tenga que aportar para que el PRI tenga claridad en su oferta y cercanía frente a la gente, y siga como la opción de desarrollo que demanda Veracruz, “lo estaré haciendo sin titubeos y sin escatimar absolutamente ninguna acción”, manifestó.

Al final, el PRI mostró que saber perder es también una manera de ganar, así fue la lección de madurez que dio Pepe Yunes, al reconocer su derrota y el triunfo de Cuitláhuac García Jiménez. @luisromero85


La del presente proceso electoral es la tercera gran derrota política, probablemente la más dolorosa de todas, para Miguel Ángel Yunes Linares.

La foto que tomó Miguel Carmona, de la agencia Fotover (un trabajo que mereció el reconocimiento a su autor), revela a la perfección el momento que vivió el gobernador del estado durante la tarde y noche de este domingo, cuando la opción que representaba su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, fue derrotada.

En 1997, Miguel Ángel Yunes dejó la Secretaría de Gobierno para asumir la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI. En ese espacio de dirección partidista, el actual gobernador recibió un fuerte revés al ganar sólo 103 municipios. Perdió más de la mitad.

En esa contienda, Yunes Linares se había jugado su aspiración para lograr la candidatura priista al gobierno del estado; un resultado favorable le hubiera colocado en la antesala de la sucesión; pero eso no ocurrió, dado que el partido decidió que Miguel Alemán sería su abanderado al Poder Ejecutivo.

Trece años después, en 2010, Yunes se vio frente a una nueva oportunidad para alcanzar la gubernatura, pero en una elección donde se enfrentó a todo el aparato y la fuerza del estado volvió a perder. Javier Duarte, impulsado por el entonces gobernador Fidel Herrera, logró la victoria en un cuestionado e inequitativo proceso, pero en 2016, por fin Miguel Ángel Yunes logró concretar su proyecto de gobernar la entidad.

En el actual proceso electoral veracruzano, ya como gobernador del estado, Yunes Linares sufrió un nuevo descalabro, probablemente el más doloroso de su vida política, dado que no logró dar continuidad a su paso por el Poder Ejecutivo, que terminará como un periodo de sólo dos años.

En este año y medio, ¿ha desempeñado Yunes Linares un trabajo que merezca el repudio ciudadano expresado en un voto de castigo?, no lo creo, porque no ha sido un mal gobernador; al final, ese fenómeno político llamado Andrés Manuel López Obrador venció con facilidad al panismo de todo el país, y no sólo al veracruzano.


Pepe Yunes, lección de madurez

Como un día antes lo hiciera el candidato presidencial de PRI-Verde Panal, José Antonio Meade, este lunes José Francisco Yunes Zorrilla dio una verdadera cátedra de comportamiento político, al asumir la responsabilidad de los resultados de la jornada electoral del pasado domingo.

El único de los contendientes que perdieron la contienda por el gobierno estatal y que ha tenido la altura de reconocerlo y felicitar al ganador de la elección, ha sido el priista, quien también ha sido el único capaz de realizar una lectura autocrítica por los devastadores resultados para su partido.

No había registro en la historia política de Veracruz de un gesto de civilidad como la protagonizada por un ganador de elecciones, a quien le correspondió sufrir el domingo una segunda derrota, la más fuerte en términos cuantitativos y emotivos.

Sin embargo, lejos de aparecer como una víctima de las circunstancias, Yunes Zorrilla puso el pecho y las ideas claras que habrán de sacudir las conciencias partidistas al interior del PRI, al afirmar: “Nunca antes habíamos tenido una elección tan adversa y esto obliga a que el partido replantee agenda, método y modelo para seguir siendo una opción y una alternativa frente a la sociedad veracruzana”.

Deseando que Veracruz emprenda lo más pronto posible un proceso de reconciliación, el senador con licencia apuntó que si no hay unidad entre los veracruzanos, difícilmente se podrán resolver los problemas de seguridad, desigualdad y económicos, que deben trascender el tema electoral y comprenderse como de la mayor importancia en la agenda pública del estado.

Y ahí se mantiene, en la línea expresa de colaborar, con lo que tenga que aportar para que el PRI tenga claridad en su oferta y cercanía frente a la gente, y siga como la opción de desarrollo que demanda Veracruz, “lo estaré haciendo sin titubeos y sin escatimar absolutamente ninguna acción”, manifestó.

Al final, el PRI mostró que saber perder es también una manera de ganar, así fue la lección de madurez que dio Pepe Yunes, al reconocer su derrota y el triunfo de Cuitláhuac García Jiménez. @luisromero85