Buen día, apreciado lector. En los tiempos apocalípticos que vivimos, independientemente de buscar señales, lo que nos debe preocupar seriamente es la búsqueda serena de soluciones.
Es bueno que los gobiernos federal y estatal promuevan las medidas más adecuadas para evitar el esparcimiento del virus chino por todo el país.
Por ejemplo, la decisión de alargar el periodo vacacional en el sector educativo puede ser muy oportuna para que no nos contaminemos los unos a los otros.
Qué bueno que en la Secretaría de Educación de Veracruz, en las instalaciones del kilómetro 4.5, por todas las áreas se ven botellitas llenas de gel protector y que de inmediato se han dado a la tarea de la protección a los niños y a los maestros; incluso a los trabajadores mayores de 60 años en adelante se les pidió no acudir a trabajar hasta nuevo aviso, con lo cual la autoridad se ha ganado el aplauso de la sociedad.
El gobierno quiere que todos nos quedemos en casa. ¿Pero qué va a pasar con la gente que vive al día?, con taqueros, garnacheros, transportistas, taxistas, lavacarros y parabrisas, restauranteros, hoteleros, y todo el etcétera que conlleva el delicado asunto, incluyendo trabajadores de empresas que ya están cerrando, como una de aquí cerca, en El Chico, y tantas que se verán en esa triste situación?
¿Saldrá don Cuitláhuac con sus fajos de billete de a 200 a repartir a todo aquel que se encuentre en la calle como le hacía Tío Fide? ¿Se pondrá una ventanilla especial en Palacio de Gobierno para prestar lana quitada a los partidos políticos para solventar la crisis? ¿Se dejará al pueblo a su suerte y a fomentar los asaltos y la violencia? Ese es el otro virus que viene. Que Dios nos asista.
Mientras tanto a mantener la armonía, la calma y orar. Cuidemos el agua y las plantas.
gustavocadenamathey@hotmail.com
