/ viernes 17 de agosto de 2018

El poder de un sacerdote abusador y la cola de sus acusadores; regidor xalapeño con casa en Banderilla


Más allá de que si quienes denuncian a sacerdotes pederastas tienen o no “cola que les pisen”, lo cruelmente cierto es que el abuso a un menor es un crimen imperdonable, sobre todo cuando el abusador es alguien que tiene ascendencia sobre el niño y su familia.

Un personaje de la sociedad con esa ascendencia es el sacerdote, quien en muchos casos llega a tener más autoridad dentro de una familia que los propios papás de los menores.

Su poder se multiplica porque es el pastor de muchas familias que lo escuchan, lo siguen y lo hacen el guía del rumbo que toman sus vidas.

Es de tal magnitud ese extraordinario poder de un cura que con sus palabras puede hacer que uno de sus fieles (adulto) retome el “camino del bien” y acepte la penitencia que le imponga.

Pues con ese gran poder sobre las personas, hay sacerdotes que se acercan a los niños con el propósito de someterlos para abusar de ellos. Testimonios sobran en las denuncias que se han hecho a lo largo de los años, como lo indica un informe dado a conocer en Estados Unidos el martes pasado.

Ahí se habla de una gigantesca investigación judicial en Estados Unidos que reveló evidencia creíble contra más de 300 curas que abusaron de niños e identificó a más de mil víctimas menores de edad durante décadas de abuso sexual encubierto por la Iglesia Católica en Pensilvania.

La investigación está considerada como la más exhaustiva hasta ahora en la Iglesia Católica estadounidense y provocó la inculpación de dos curas. Un problema con el que se toparon los investigadores es que la mayoría de los crímenes ocurrieron hace tanto tiempo que los delitos han prescrito y muchos abusadores han muerto.

Fueron escuchados decenas de testimonios y revisaron más de medio millón de documentos de casi todas las diócesis de Pensilvania y creen que el número real de niños abusados está en los miles, si se considera que hay quienes tuvieron miedo de denunciar y los archivos perdidos.

El informe detalla: "Algunos (menores) fueron forzados a masturbar a sus atacantes, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados".

También que en todos los casos hubo jerarcas eclesiásticos "que prefirieron proteger a los abusadores y a su institución por encima de todo".

Otro detalle revela: "La mayoría de las víctimas eran niños, pero también hubo niñas. Algunos eran adolescentes, muchos eran prepúberes. Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía".

Insisto, tal vez, como dijo el cardenal Sergio Obeso, quien reconoció la existencia de casos de pederastia por parte de algunos integrantes de la Iglesia Católica, a veces quienes los acusan “no tienen vergüenza” y en algunas ocasiones los acusadores tienen una cola larga que les pisen.

Coincido con quienes opinan que más allá de los acusadores y de la cola que tengan, el abuso de los menores debe ser castigado y los jerarcas católicos no deberían pedir a sus sacerdotes que la ropa sucia se lave en casa, sino emular al Papa Francisco y pedirle perdón a las víctimas además de comprometerse a denunciar a los delincuentes y exigir que los castiguen conforme a la ley.

Es regidor de Xalapa y vive en Banderilla: Hace unos días el Ayuntamiento dio a conocer que uno de los regidores que alcanzó esa posición edilicia abanderado por el Panal se pasó al partido Morena, que fue por el que ganaron el alcalde Hipólito Rodríguez y la síndica Ivonne Cisneros.

El propio presidente municipal dio la noticia en conferencia de prensa en la que señaló que por convencimiento personal y coincidencia con el proyecto político y social que impulsa, el regidor Francisco Javier González Villagómez oficializó su llegada al partido Morena.

A raíz de eso, circula en los pasillos del palacio municipal que el famoso Paco Villagómez, como es conocido el regidor, tiene su domicilio en Banderilla, lo cual no fue impedimento para que fuera candidato y llegara al ayuntamiento xalapeño.

Opine, comente e informe a los correos electrónicos srdonrene@gmail.com y rvalle@diariodexalapa.com.mx. Y en twitter@renedelvalleb. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.


Más allá de que si quienes denuncian a sacerdotes pederastas tienen o no “cola que les pisen”, lo cruelmente cierto es que el abuso a un menor es un crimen imperdonable, sobre todo cuando el abusador es alguien que tiene ascendencia sobre el niño y su familia.

Un personaje de la sociedad con esa ascendencia es el sacerdote, quien en muchos casos llega a tener más autoridad dentro de una familia que los propios papás de los menores.

Su poder se multiplica porque es el pastor de muchas familias que lo escuchan, lo siguen y lo hacen el guía del rumbo que toman sus vidas.

Es de tal magnitud ese extraordinario poder de un cura que con sus palabras puede hacer que uno de sus fieles (adulto) retome el “camino del bien” y acepte la penitencia que le imponga.

Pues con ese gran poder sobre las personas, hay sacerdotes que se acercan a los niños con el propósito de someterlos para abusar de ellos. Testimonios sobran en las denuncias que se han hecho a lo largo de los años, como lo indica un informe dado a conocer en Estados Unidos el martes pasado.

Ahí se habla de una gigantesca investigación judicial en Estados Unidos que reveló evidencia creíble contra más de 300 curas que abusaron de niños e identificó a más de mil víctimas menores de edad durante décadas de abuso sexual encubierto por la Iglesia Católica en Pensilvania.

La investigación está considerada como la más exhaustiva hasta ahora en la Iglesia Católica estadounidense y provocó la inculpación de dos curas. Un problema con el que se toparon los investigadores es que la mayoría de los crímenes ocurrieron hace tanto tiempo que los delitos han prescrito y muchos abusadores han muerto.

Fueron escuchados decenas de testimonios y revisaron más de medio millón de documentos de casi todas las diócesis de Pensilvania y creen que el número real de niños abusados está en los miles, si se considera que hay quienes tuvieron miedo de denunciar y los archivos perdidos.

El informe detalla: "Algunos (menores) fueron forzados a masturbar a sus atacantes, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados".

También que en todos los casos hubo jerarcas eclesiásticos "que prefirieron proteger a los abusadores y a su institución por encima de todo".

Otro detalle revela: "La mayoría de las víctimas eran niños, pero también hubo niñas. Algunos eran adolescentes, muchos eran prepúberes. Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía".

Insisto, tal vez, como dijo el cardenal Sergio Obeso, quien reconoció la existencia de casos de pederastia por parte de algunos integrantes de la Iglesia Católica, a veces quienes los acusan “no tienen vergüenza” y en algunas ocasiones los acusadores tienen una cola larga que les pisen.

Coincido con quienes opinan que más allá de los acusadores y de la cola que tengan, el abuso de los menores debe ser castigado y los jerarcas católicos no deberían pedir a sus sacerdotes que la ropa sucia se lave en casa, sino emular al Papa Francisco y pedirle perdón a las víctimas además de comprometerse a denunciar a los delincuentes y exigir que los castiguen conforme a la ley.

Es regidor de Xalapa y vive en Banderilla: Hace unos días el Ayuntamiento dio a conocer que uno de los regidores que alcanzó esa posición edilicia abanderado por el Panal se pasó al partido Morena, que fue por el que ganaron el alcalde Hipólito Rodríguez y la síndica Ivonne Cisneros.

El propio presidente municipal dio la noticia en conferencia de prensa en la que señaló que por convencimiento personal y coincidencia con el proyecto político y social que impulsa, el regidor Francisco Javier González Villagómez oficializó su llegada al partido Morena.

A raíz de eso, circula en los pasillos del palacio municipal que el famoso Paco Villagómez, como es conocido el regidor, tiene su domicilio en Banderilla, lo cual no fue impedimento para que fuera candidato y llegara al ayuntamiento xalapeño.

Opine, comente e informe a los correos electrónicos srdonrene@gmail.com y rvalle@diariodexalapa.com.mx. Y en twitter@renedelvalleb. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.