La Iglesia católica mexicana y la feligresía veracruzana tienen motivos para celebrar: el papa Francisco anunció que en el consistorio del 29 de junio serán nombrados 14 nuevos cardenales, entre ellos monseñor Sergio Obeso Rivera, arzobispo emérito de Xalapa.
Es consistorio es el colegio cardenalicio, la alta jerarquía católica, en cuya reunión serán nombrados los nuevos cardenales.
Igual que lo hiciera el 9 de octubre de 2016, cuando anunció a 13 nuevos cardenales, entre los que se encontraba el arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Reyes, el papa Francisco nombró este domingo a los próximos purpurados.
Para efectos del regionalismo vale la pena destacar la inclusión en esa selecta lista del mexicano, xalapeño para ser más específico, Sergio Obeso Rivera, actual arzobispo emérito, quien se sumará a los cardenales que por cuestión de edad no tendrán derecho a voto en los cónclaves, pero sí formarán parte del Colegio Cardenalicio.
Monseñor Obeso se sumará a los 227 cardenales de la Iglesia Católica, y a otros seis que tienen su origen en nuestro país: Carlos Aguiar Reyes —actual arzobispo primado de México—, Francisco Robles Ortega, Norberto Rivera Carrera, Alberto Suárez Inda, Javier Lozano Barragán y Juan Sandoval Iñíguez, aunque sólo los primeros cuatro son cardenales electores.
Con ese nuevo nombramiento México se consolida como uno de los 8 países con más cardenales.
A fin de cuentas, decía, la Iglesia de México tiene motivos para celebrar, por el reconocimiento del papa Francisco, y del Vaticano en general, a la trayectoria y aportación del veracruzano Sergio Obeso, cuya ordenación sacerdotal data de 1954.
El actual arzobispo emérito de Xalapa tiene 86 años; hace más de una década, cuando cumplió 75 años, fue relevado en la Arquidiócesis por monseñor Hipólito Reyes Larios; antes de eso, la trayectoria de Obeso Rivera dentro de la Iglesia alcanzó niveles relevantes: su ordenación episcopal se registró hace 47 años, fue obispo de las Diócesis de Papantla, arzobispo de la Diócesis de Uppenna, Túnez. En 1979 llegó al Arzobispado de Xalapa, y en 1982 a la Presidencia de la Conferencia Episcopal Mexicana.
Fue, por cierto, uno de los impulsores de la canonización del santo mexicano Rafael Guízar y Valencia.
Pues buen, a ese nombramiento, como era de esperarse, dedicó su comunicado dominical la Arquidiócesis de Xalapa.
Fue, lo importante a fin de cuentas, un reconocimiento a una larga trayectoria al servicio de la Iglesia católica.
INSEGURIDAD EN EL SISTEMA FERROVIARIO. En reiteradas ocasiones el sistema ferroviario mexicano ha dado a conocer los frecuentes casos y las estadísticas de la inseguridad.
En noviembre del año pasado, por ejemplo, mediante su reporte de seguridad correspondiente al tercer trimestre de 2017, se dio a conocer que durante los tres meses evaluados ocurrieron 448 siniestros, 576 robos al tren y dos mil 673 eventos de vandalismo.
De los 448 siniestros, 183 casos tuvieron causas ajenas al ferrocarril y sólo 175 fueron siniestros ferroviarios.
En cuanto a los actos vandálicos, se reportaron durante el tercer trimestre del año pasado 3 mil 249 casos, que causaron demoras en el traslado de mercancías, ineficiencia operativa del ferrocarril y disminución en la demanda del servicio.
Veracruz, por cierto, aparece como la segunda entidad con el mayor porcentaje de siniestros ferroviarios, con 36 casos en tres meses, para un promedio de 12 por mes.
El más reciente hecho fue un descarrilamiento presuntamente intencional del tren que iba de Veracruz a Puebla, y el choque con otra máquina.
De acuerdo con datos de Ferrosur, la manipulación de los frenos provocó que se quedaran fuera de control 39 carros y 4 locomotoras.
Es, dice Ferrosur, el sexto acto de sabotaje en las vías férreas de Veracruz, por lo que pide garantizar las condiciones de seguridad.
@luisromero85
