/ jueves 13 de enero de 2022

El resultado es el hombre

Los seres humanos somos la medida de todo, y en el tiempo visto científicamente se dice que al dividir la evolución completa del mundo en 24 horas, nosotros llegamos en el último segundo antes de las 12:00 pm.

Ello significa que la historia compendida de lo que conocemos como civilización humana, se fraccionaría en milésimas de segundo, a lo cual la mayor ilusión de todo ser viviente y pensante radica en su espacio, tiempo, materia, y se reparte conforme a ciclos o etapas temporeras. Regularmente usamos el antes de Cristo y después de él, aunque resulta muy significativa la etapa que abarca de 1879 al día presente. ¿Pero qué pasó en 1879? Thomas Alva Edison hizo uso de la electricidad al aplicarla en un simple foco; hoy parecería ridículo que tal asunto cambiaría nuestro mundo en lo más profundo de nuestra historia.

Todo lo contemporáneo es fruto de lo necesario, ya que surge del concepto de la “necesidad” o acción de marchar, acceder, preceder, obtener y más. Llegando a una sociedad utilitaria, y el utilitarismo es formalizado en 1780 por el inglés Jeremy Bentham, en su tratado “Introducción a los principios morales y legislativos”. Para Bentham, la utilidad es todo aquello que produce felicidad e impacta en la sociedad al promover la alegría como un principio moral.

John Stuart Mill (1806- 1873) manifestó que todos los individuos deben actuar con el fin de producir felicidad al mayor número de personas. De tal forma que se pueda calcular la felicidad o el placer y controlarlo socialmente. Al haber creado una doctrina ética y filosófica, puede decirse que ésta se aplica hasta el momento actual. Pero ya antes, el 4 de julio de 1776, se emancipaban las trece colonias británicas en América, lo que daría como resultado el acta constitutiva de nuestro vecino país del norte, enfatizando el valor de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Estabilidad es el principio político, moral, religioso, deseado en las leyes que nos rigen, y en otros aspectos que involucran en directo a cualquier forma o tipo de manifestación humana que sea creíble, aplicable, utilitaria y congruente a nuestras necesidades por abarcar y crear armonía. Aquí voy a filtrar la actual crisis por la pandemia del Covid-19, ya que la mayor felicidad a la que aspiramos es a tener salud integral para el conjunto social en el cual nos involucramos, y el primerísimo factor de ese aspecto radica en la vacunación efectiva de más allá del 90% de la población nacional.

No sólo de buenos deseos vive el ser humano, sino también de una justicia social apegada al derecho, a lo cual se antepone el derecho humano a la salud, ya que hemos aprendido que del bienestar del de enfrente mucho dependerá la propia felicidad de uno mismo. Siendo el hombre o mujer la resultante de la medida cabal y justiciera de nuestras convivencias.

Dijo un periodista del centro de México, acerca de la liberación en la distribución de vacunas para toda la población, que tales biológicos los pudiera adquirir la iniciativa privada y con ello dar margen a una vacunación más intensiva y de mejor calidad. Le asiste la razón, pero en otro punto de vista se prestaría a la simulación y corrupción, ya que casi cualquier empresario podría ofertar vacunas, pero si no proceden de una fuente confiable, podrían inyectarnos agua de “espérame tantito” y cometer un delito contra la salud pública. Somos nuestro propio resultado.

Los seres humanos somos la medida de todo, y en el tiempo visto científicamente se dice que al dividir la evolución completa del mundo en 24 horas, nosotros llegamos en el último segundo antes de las 12:00 pm.

Ello significa que la historia compendida de lo que conocemos como civilización humana, se fraccionaría en milésimas de segundo, a lo cual la mayor ilusión de todo ser viviente y pensante radica en su espacio, tiempo, materia, y se reparte conforme a ciclos o etapas temporeras. Regularmente usamos el antes de Cristo y después de él, aunque resulta muy significativa la etapa que abarca de 1879 al día presente. ¿Pero qué pasó en 1879? Thomas Alva Edison hizo uso de la electricidad al aplicarla en un simple foco; hoy parecería ridículo que tal asunto cambiaría nuestro mundo en lo más profundo de nuestra historia.

Todo lo contemporáneo es fruto de lo necesario, ya que surge del concepto de la “necesidad” o acción de marchar, acceder, preceder, obtener y más. Llegando a una sociedad utilitaria, y el utilitarismo es formalizado en 1780 por el inglés Jeremy Bentham, en su tratado “Introducción a los principios morales y legislativos”. Para Bentham, la utilidad es todo aquello que produce felicidad e impacta en la sociedad al promover la alegría como un principio moral.

John Stuart Mill (1806- 1873) manifestó que todos los individuos deben actuar con el fin de producir felicidad al mayor número de personas. De tal forma que se pueda calcular la felicidad o el placer y controlarlo socialmente. Al haber creado una doctrina ética y filosófica, puede decirse que ésta se aplica hasta el momento actual. Pero ya antes, el 4 de julio de 1776, se emancipaban las trece colonias británicas en América, lo que daría como resultado el acta constitutiva de nuestro vecino país del norte, enfatizando el valor de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Estabilidad es el principio político, moral, religioso, deseado en las leyes que nos rigen, y en otros aspectos que involucran en directo a cualquier forma o tipo de manifestación humana que sea creíble, aplicable, utilitaria y congruente a nuestras necesidades por abarcar y crear armonía. Aquí voy a filtrar la actual crisis por la pandemia del Covid-19, ya que la mayor felicidad a la que aspiramos es a tener salud integral para el conjunto social en el cual nos involucramos, y el primerísimo factor de ese aspecto radica en la vacunación efectiva de más allá del 90% de la población nacional.

No sólo de buenos deseos vive el ser humano, sino también de una justicia social apegada al derecho, a lo cual se antepone el derecho humano a la salud, ya que hemos aprendido que del bienestar del de enfrente mucho dependerá la propia felicidad de uno mismo. Siendo el hombre o mujer la resultante de la medida cabal y justiciera de nuestras convivencias.

Dijo un periodista del centro de México, acerca de la liberación en la distribución de vacunas para toda la población, que tales biológicos los pudiera adquirir la iniciativa privada y con ello dar margen a una vacunación más intensiva y de mejor calidad. Le asiste la razón, pero en otro punto de vista se prestaría a la simulación y corrupción, ya que casi cualquier empresario podría ofertar vacunas, pero si no proceden de una fuente confiable, podrían inyectarnos agua de “espérame tantito” y cometer un delito contra la salud pública. Somos nuestro propio resultado.