/ jueves 28 de julio de 2022

El servicio social

La carrera de médico cirujano y partero, fue de las primeras carreras profesionales de la Real y Pontificia Universidad de México, que más tarde se convirtió en la Escuela Nacional de Medicina de la Universidad Nacional y que hoy se estudia en casi todas las universidades del país como carrera de médico cirujano.

En 1936, siendo director de la escuela nacional de medicina el Dr. Gustavo Baz, se creó la figura del servicio social como parte de la preparación del estudiante y que correspondía al último año de la carrera, después de haber cursado las materias teóricas, clínicas y el internado de pregrado, estos últimos en instalaciones hospitalarias, para así ir preparados a resolver la mayoría de las enfermedades comunes de la población en pequeñas poblaciones rurales, con los objetivos de que los jóvenes pasantes pusieran en práctica lo aprendido y dieran un servicio a la población más necesitada, devolviendo así parte de lo que el país y la universidad pública les había dado de educación y preparación, teniendo una duración de un año.

Desde entonces todas las escuelas de medicina adoptaron ese último año de servicio para sus futuros egresados, que llegaban a sus poblaciones de destino con su maletín, un pequeño botiquín, sus conocimientos y el ánimo de cumplir su vocación.

La mayoría de las veces eran bien recibidos, atendidos en su alimentación y estancia, haciendo su labor lo mejor posible a pesar de las carencias a las que se enfrentaban. La mayoría solos en un rudimentario centro de salud, otros en pequeñas clínicas donde había más recursos y al menos un médico de base, y los menos se quedaban en hospitales citadinos o centros de investigación. Al final de ese año es que presentan su examen profesional para titularse.

Algunas poblaciones eran conflictivas y no faltaban familiares amenazantes que incluso empistolados exigían que un enfermo sanara o una parturienta saliera adelante a pesar de tener riesgos, pero era muy raro que un médico pasante fuera asesinado, secuestrado o atacado brutalmente, pues México vivía una etapa tranquila y hasta cierto punto pacífica.

Pero hoy día el país se encuentra en un estado de inseguridad exacerbada, sin garantías, con violencia extrema y dominado por el hampa, sin que se haga nada por contenerla, con lo que hacer ese servicio social en poblaciones alejadas y a veces solitarias, implica un peligro que ha dado por resultado jóvenes asesinados, mujeres ultrajadas, algunos secuestrados y agredidos severamente; además de que estos pasantes se enfrentan a carencias de medicamentos e insumos por lo que no pueden realizar bien su labor.

A casi 80 años de haberse instaurado el servicio social, no sólo va siendo obsoleto sino de muy alto riesgo, además de que a los noveles galenos les sería más útil hacer sus prácticas en centros hospitalarios bajo la guía de un tutor y prepararse mejor para enfrentar su futura realidad.

Sí, sé que habrá quien diga que es una idea disparatada, pero va siendo tiempo de que las escuelas médicas modifiquen su programa y lejos de poner en riesgo a jóvenes que han dedicado tantos años de estudio para ser médicos, sería mejor completar su preparación.

A casi 80 años de haberse instaurado el servicio social, no sólo va siendo obsoleto sino de muy alto riesgo, además de que a los noveles galenos les sería más útil hacer sus prácticas en centros hospitalarios bajo la guía de un tutor y prepararse mejor para enfrentar su futura realidad.

La carrera de médico cirujano y partero, fue de las primeras carreras profesionales de la Real y Pontificia Universidad de México, que más tarde se convirtió en la Escuela Nacional de Medicina de la Universidad Nacional y que hoy se estudia en casi todas las universidades del país como carrera de médico cirujano.

En 1936, siendo director de la escuela nacional de medicina el Dr. Gustavo Baz, se creó la figura del servicio social como parte de la preparación del estudiante y que correspondía al último año de la carrera, después de haber cursado las materias teóricas, clínicas y el internado de pregrado, estos últimos en instalaciones hospitalarias, para así ir preparados a resolver la mayoría de las enfermedades comunes de la población en pequeñas poblaciones rurales, con los objetivos de que los jóvenes pasantes pusieran en práctica lo aprendido y dieran un servicio a la población más necesitada, devolviendo así parte de lo que el país y la universidad pública les había dado de educación y preparación, teniendo una duración de un año.

Desde entonces todas las escuelas de medicina adoptaron ese último año de servicio para sus futuros egresados, que llegaban a sus poblaciones de destino con su maletín, un pequeño botiquín, sus conocimientos y el ánimo de cumplir su vocación.

La mayoría de las veces eran bien recibidos, atendidos en su alimentación y estancia, haciendo su labor lo mejor posible a pesar de las carencias a las que se enfrentaban. La mayoría solos en un rudimentario centro de salud, otros en pequeñas clínicas donde había más recursos y al menos un médico de base, y los menos se quedaban en hospitales citadinos o centros de investigación. Al final de ese año es que presentan su examen profesional para titularse.

Algunas poblaciones eran conflictivas y no faltaban familiares amenazantes que incluso empistolados exigían que un enfermo sanara o una parturienta saliera adelante a pesar de tener riesgos, pero era muy raro que un médico pasante fuera asesinado, secuestrado o atacado brutalmente, pues México vivía una etapa tranquila y hasta cierto punto pacífica.

Pero hoy día el país se encuentra en un estado de inseguridad exacerbada, sin garantías, con violencia extrema y dominado por el hampa, sin que se haga nada por contenerla, con lo que hacer ese servicio social en poblaciones alejadas y a veces solitarias, implica un peligro que ha dado por resultado jóvenes asesinados, mujeres ultrajadas, algunos secuestrados y agredidos severamente; además de que estos pasantes se enfrentan a carencias de medicamentos e insumos por lo que no pueden realizar bien su labor.

A casi 80 años de haberse instaurado el servicio social, no sólo va siendo obsoleto sino de muy alto riesgo, además de que a los noveles galenos les sería más útil hacer sus prácticas en centros hospitalarios bajo la guía de un tutor y prepararse mejor para enfrentar su futura realidad.

Sí, sé que habrá quien diga que es una idea disparatada, pero va siendo tiempo de que las escuelas médicas modifiquen su programa y lejos de poner en riesgo a jóvenes que han dedicado tantos años de estudio para ser médicos, sería mejor completar su preparación.

A casi 80 años de haberse instaurado el servicio social, no sólo va siendo obsoleto sino de muy alto riesgo, además de que a los noveles galenos les sería más útil hacer sus prácticas en centros hospitalarios bajo la guía de un tutor y prepararse mejor para enfrentar su futura realidad.

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