/ jueves 24 de septiembre de 2020

El tiempo y el huracán

La ráfaga elocuente de los pensamientos, de las palabras o de las trabas insultantes, de la resistencia sin fundamento, se convierte en huracanes, como bestias inusuales que agreden al ser y al actuar progresivo.

Cuando enfrentas a un dragón y a varias serpientes, de aquellas que se ocultan tras los velos de apariencia justiciera, de algunas leyes corruptas y diseñadas a modo, emana la pena más amarga de las dictaduras emocionales y de otros tipos. Humanidad sólo en mera conveniencia, como símbolos de la insidia, la falsa lisonja, la conspiración por el control humano que se supedita a inútiles órdenes, creando un campo oscuro en el ambiente.

Mis recuerdos caminan ante las injusticias de las cárceles mentales, donde se pierde la sangre de muchos justos e inocentes, de seres que no expresaron su derecho, su criterio, tampoco su idea del porvenir, que no han podido realizar su propia historia.

Los huracanes de la vida han proyectado mis amores, mis mujeres vulnerables y fuertes a la vez. ¿Pero quién es tan independiente?, si somos acreedores del tiempo, viajeros de la galaxia o alienados por meros captores de falsas creencias sofistas que benefician a sus promotores.

Sé un cometa elevado, ve las circunstancias, observa la intrascendencia de varias luchas vacías y de otras tantas sanguijuelas del caos convertidas en rémoras seductoras de conveniencias, sin resultados sociales.

Huracanes en los corazones, en las pasiones, malestares en las sinrazones, como aves sin guía confiable. He visto las cadenas existentes del pensamiento sojuzgador e intolerante. He amado mi propia imperfección al aceptarla para revertirla en hechos constructivos. El fuego de las pasiones inútiles consume nuestro tiempo en formas negativas de pensar y actuar.

Bajo mi propio árbol las manzanas son dulces y jugosas, en el valor inherente de la esperanza crece la añoranza del amor eterno e inexpugnable. Así como una fortaleza de la edad media, fortificada en sus creencias, en sus leyes y bienaventuranzas, hacen del hábitat un oasis que aspira al cielo y a ser neblina que burla a los enemigos, a lanzar flechas en la oscuridad, al obstruir la acción inútil de dragones y serpientes en sus torbellinos de negatividad, de guerras sin sentido y palabras huecas e impostoras.

Me aferro a mi mejor destino e imploro por nuestros caminos, en aquellos lugares escondidos, en los vericuetos de las mentalidades, del egoísmo efímero en circunstancias perennes, de causas poco útiles o en la inconstancia de los que todo critican en la vida, yendo sin objetivo ni destino, quizá en espera de ser eternos en su refrigerio existencial, en los ecos de una estridencia vana y oculta, sin un punto al cual arribar.

Política, religión y humanismo son medios en la consecución de nuestros logros, pero separando el dogma religioso de la actividad de gobierno. La grandeza desnuda el alma, y entre más crezcas en conocimiento más útil podrás ser en la sociedad. El clamor es por superar las condiciones del aquí y el ahora, reconfigurando el motor social que nos mueve a construir una mejor sociedad.

De muchas formas vamos inmersos en nuestros tiempos, en huracanes y en amaneceres de los despertares a un nuevo mundo, no para otros, sí para nosotros y así cambiar aquello que nos frena o molesta, al hacer crecer la sutil belleza de la vibrante y poderosa esperanza.

La ráfaga elocuente de los pensamientos, de las palabras o de las trabas insultantes, de la resistencia sin fundamento, se convierte en huracanes, como bestias inusuales que agreden al ser y al actuar progresivo.

Cuando enfrentas a un dragón y a varias serpientes, de aquellas que se ocultan tras los velos de apariencia justiciera, de algunas leyes corruptas y diseñadas a modo, emana la pena más amarga de las dictaduras emocionales y de otros tipos. Humanidad sólo en mera conveniencia, como símbolos de la insidia, la falsa lisonja, la conspiración por el control humano que se supedita a inútiles órdenes, creando un campo oscuro en el ambiente.

Mis recuerdos caminan ante las injusticias de las cárceles mentales, donde se pierde la sangre de muchos justos e inocentes, de seres que no expresaron su derecho, su criterio, tampoco su idea del porvenir, que no han podido realizar su propia historia.

Los huracanes de la vida han proyectado mis amores, mis mujeres vulnerables y fuertes a la vez. ¿Pero quién es tan independiente?, si somos acreedores del tiempo, viajeros de la galaxia o alienados por meros captores de falsas creencias sofistas que benefician a sus promotores.

Sé un cometa elevado, ve las circunstancias, observa la intrascendencia de varias luchas vacías y de otras tantas sanguijuelas del caos convertidas en rémoras seductoras de conveniencias, sin resultados sociales.

Huracanes en los corazones, en las pasiones, malestares en las sinrazones, como aves sin guía confiable. He visto las cadenas existentes del pensamiento sojuzgador e intolerante. He amado mi propia imperfección al aceptarla para revertirla en hechos constructivos. El fuego de las pasiones inútiles consume nuestro tiempo en formas negativas de pensar y actuar.

Bajo mi propio árbol las manzanas son dulces y jugosas, en el valor inherente de la esperanza crece la añoranza del amor eterno e inexpugnable. Así como una fortaleza de la edad media, fortificada en sus creencias, en sus leyes y bienaventuranzas, hacen del hábitat un oasis que aspira al cielo y a ser neblina que burla a los enemigos, a lanzar flechas en la oscuridad, al obstruir la acción inútil de dragones y serpientes en sus torbellinos de negatividad, de guerras sin sentido y palabras huecas e impostoras.

Me aferro a mi mejor destino e imploro por nuestros caminos, en aquellos lugares escondidos, en los vericuetos de las mentalidades, del egoísmo efímero en circunstancias perennes, de causas poco útiles o en la inconstancia de los que todo critican en la vida, yendo sin objetivo ni destino, quizá en espera de ser eternos en su refrigerio existencial, en los ecos de una estridencia vana y oculta, sin un punto al cual arribar.

Política, religión y humanismo son medios en la consecución de nuestros logros, pero separando el dogma religioso de la actividad de gobierno. La grandeza desnuda el alma, y entre más crezcas en conocimiento más útil podrás ser en la sociedad. El clamor es por superar las condiciones del aquí y el ahora, reconfigurando el motor social que nos mueve a construir una mejor sociedad.

De muchas formas vamos inmersos en nuestros tiempos, en huracanes y en amaneceres de los despertares a un nuevo mundo, no para otros, sí para nosotros y así cambiar aquello que nos frena o molesta, al hacer crecer la sutil belleza de la vibrante y poderosa esperanza.