/ jueves 20 de agosto de 2020

Elegibilidad, opción y dinámica

Las perspectivas de vida son multivariadas, el encerrarse ante un solo polo de elección es equiparable al encarcelamiento voluntario y la pérdida de la misma, es decir, la voluntad.

Versatilidad no es solo una mera palabra, es una actitud, una posición vivencial, de insistencia y persistencia ante lo deseable, de lucha ante lo condenable o execrable. El cambio es rumbo, siendo el rumbo la propia ruta de lo anhelado, lo buscado, lo que nos inquieta, o de aquello en lo que uno mismo se encuentra persuadido.

Cada palabra de aliento que podamos escuchar hoy es una especie de medicina para el dolor emocional, al saber que la dinámica de vida se ha modificado con creces y costos mayores para todos, sin excepción. Hoy más que nunca es deseable el futuro, llegando a él, haciéndolo nuestro en la brisa nocturnal de nuestro cielo de la esperanza, que tal vez llamado bienaventuranza nos pueda expandir hacia un universo de reconvención, reunificación, pacificación y estabilidad dentro de una irrefrenable marcha de santos y demonios, en aquel lugar llamado nuestro mundo.

Uno por sí solo no puede cambiar mucho al todo contemporáneo, pero la fe, aunado a una voluntad preceptora de armonía social, puede romper la disonancia estética de las formas más humanas de destruir al género humano, es decir, la destrucción por mano propia, ello en aras del enriquecimiento ilícito, las corruptelas, las distancias de la frivolidad, la burocracia cuando es burda e inútil. En un país con raíces antagónicas, donde se prescinde por malinchismo del orgullo nacional, se aminora el reconocimiento a lo muy propio y nacional, al exaltar más y más a las doctrinas extranjeras, en especial cuando se reniega el origen, cuando se aspira a ser extranjero, por temor a confundirse entre lo común del mexicano promedio.

Elegir, tener opción y dinamizar nuestras vidas será el resultado de no caer en lo obsecuente. La obsecuencia causa graves daños a los grandes conglomerados, pero también desvía a la personalidad. Al agacharse y decir sí, sí, sí a todo lo que se nos quiera imponer, sin tener o usar la capacidad de cuestionar, analizar, sopesar y demás, hará y convertirá a cualquier nación en presa fácil de los intereses extranjeros, pero también de nuestras cadenas internas, como terquedad, ignorancia, corrupción, demagogia, simulación, envidia, cohechos, trampas, arrebatos, falsos testimonios, robos. Usted elige ahora.

Las perspectivas de vida son multivariadas, el encerrarse ante un solo polo de elección es equiparable al encarcelamiento voluntario y la pérdida de la misma, es decir, la voluntad.

Versatilidad no es solo una mera palabra, es una actitud, una posición vivencial, de insistencia y persistencia ante lo deseable, de lucha ante lo condenable o execrable. El cambio es rumbo, siendo el rumbo la propia ruta de lo anhelado, lo buscado, lo que nos inquieta, o de aquello en lo que uno mismo se encuentra persuadido.

Cada palabra de aliento que podamos escuchar hoy es una especie de medicina para el dolor emocional, al saber que la dinámica de vida se ha modificado con creces y costos mayores para todos, sin excepción. Hoy más que nunca es deseable el futuro, llegando a él, haciéndolo nuestro en la brisa nocturnal de nuestro cielo de la esperanza, que tal vez llamado bienaventuranza nos pueda expandir hacia un universo de reconvención, reunificación, pacificación y estabilidad dentro de una irrefrenable marcha de santos y demonios, en aquel lugar llamado nuestro mundo.

Uno por sí solo no puede cambiar mucho al todo contemporáneo, pero la fe, aunado a una voluntad preceptora de armonía social, puede romper la disonancia estética de las formas más humanas de destruir al género humano, es decir, la destrucción por mano propia, ello en aras del enriquecimiento ilícito, las corruptelas, las distancias de la frivolidad, la burocracia cuando es burda e inútil. En un país con raíces antagónicas, donde se prescinde por malinchismo del orgullo nacional, se aminora el reconocimiento a lo muy propio y nacional, al exaltar más y más a las doctrinas extranjeras, en especial cuando se reniega el origen, cuando se aspira a ser extranjero, por temor a confundirse entre lo común del mexicano promedio.

Elegir, tener opción y dinamizar nuestras vidas será el resultado de no caer en lo obsecuente. La obsecuencia causa graves daños a los grandes conglomerados, pero también desvía a la personalidad. Al agacharse y decir sí, sí, sí a todo lo que se nos quiera imponer, sin tener o usar la capacidad de cuestionar, analizar, sopesar y demás, hará y convertirá a cualquier nación en presa fácil de los intereses extranjeros, pero también de nuestras cadenas internas, como terquedad, ignorancia, corrupción, demagogia, simulación, envidia, cohechos, trampas, arrebatos, falsos testimonios, robos. Usted elige ahora.