/ jueves 19 de noviembre de 2020

Empatía y solidaridad ante la crisis

Decía en columnas anteriores que el desenlace de una elección importa por quien gana, pero también por quien pierde. En una democracia, en teoría, el carácter de la oposición pesa tanto como la disposición y mandato de quien accede al poder.

Casi en cuanto terminaron las celebraciones por el apretado triunfo electoral de Joe Biden sobre Donald Trump, comenzó un proceso de valoración de lo que fue su gobierno, una evaluación de su legado, de sus aciertos y desde luego, de sus errores. El lente de aumento se ha colocado sobre aquellos aspectos de la presidencia de Donald Trump relacionados con su personalidad y se ha repetido hasta el cansancio que es un hombre impulsivo, arrogante y de temperamento volcánico, que encabezó un gobierno improvisado e ineficiente.

Mas allá de esas impresiones sobre Trump que por repetitivas ya aburren, lo cierto es que su presidencia fue hiperactiva, no solo en la atención que los medios prestaron a aspectos de su personalidad disparatada, sino también en cuanto a que la administración de Trump también tuvo aciertos y logros.

Un tema fundamental en el que no es posible regatear mérito a la administración de Trump es la creación de casi 4 millones de empleos.

También hubo un crecimiento notable de empleos creados en manufacturas. A pesar de la pandemia, la economía de Estados Unidos creció y el ingreso de las clases medias aumentó.

Un triunfo ideológico fundamental de Trump que se vincula a la agenda del Partido Republicano y a sus propuestas de campaña, fue la reforma fiscal, una de las más profundas en los últimos 30 años, que contenía cambios como la reducción de impuestos a las empresas de 35 a 21%.

La creación de la fuerza espacial como una nueva rama de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que muchos vieron en un principio como una idea descabellada y ridícula, representa en realidad un movimiento estratégico muy importante para proteger los intereses y seguridad estadounidense en el espacio, en un momento de gran expansión espacial del sector privado.

Tal vez el aspecto de la administración de Trump que más perdurará en el tiempo y que tendrá una influencia más profunda son las nominaciones que hizo de jueces del poder judicial. Trump ha nominado y logrado la confirmación de 220 jueces, tres de esos jueces de hecho, ministros de la corte suprema cambiaron literalmente su orientación ideológica, inclinando fuertemente la corte a la derecha. Logró colocar 53 jueces de cortes de apelaciones, 162 jueces de cortes de distrito y 2 jueces en la corte de comercio internacional.

Un dato relevante es que muchos de los jueces nominados y confirmados por Trump son hombres blancos jóvenes de perfil conservador, por lo que es previsible que la influencia de esos nombramientos incline muchas decisiones judiciales en temas ideologizados o partidistas hacia la derecha, y que esa influencia tenga consecuencia por mucho tiempo.

Joe Biden y Kamala Harris son ya los virtuales ganadores de la elección presidencial en los EEUU. En el sistema electoral norteamericano es complicado y difícil de conocer al triunfador electoral el mismo día de las elecciones. Esto se debe a las diversas modalidades del voto, el anticipado, el de correo, el presencial: que cada estado regula según sus propias normas. En algunos estados se permite voto por correo el mismo día de la elección, en otros debe ser en forma anticipada, en algunas se cuentan en cuanto van llegando, en otros hasta el día de la elección, otros tras el cierre de las urnas presenciales. Hay quienes ponen días para finalizar el cómputo del voto por correo.

Su sistema deviene de su historia. Las 13 colonias tenían su propio gobierno, alcabalas y derechos. Fue Hamilton quien creó la teoría del federalismo que reconocía soberanía y autonomía de las partes ante una soberanía y autonomía nacional. Así se unieron las 13 colonias y así continúa el sistema, donde cada estado tiene su congreso, fija sus impuestos, decide mayoría de edad, uso de mariguana y diversos asuntos locales. La guerra civil no pudo evitarse, con el esclavismo como bandera, pero finalmente prevaleció la nación federalista.

Decía en columnas anteriores que el desenlace de una elección importa por quien gana, pero también por quien pierde. En una democracia, en teoría, el carácter de la oposición pesa tanto como la disposición y mandato de quien accede al poder.

Casi en cuanto terminaron las celebraciones por el apretado triunfo electoral de Joe Biden sobre Donald Trump, comenzó un proceso de valoración de lo que fue su gobierno, una evaluación de su legado, de sus aciertos y desde luego, de sus errores. El lente de aumento se ha colocado sobre aquellos aspectos de la presidencia de Donald Trump relacionados con su personalidad y se ha repetido hasta el cansancio que es un hombre impulsivo, arrogante y de temperamento volcánico, que encabezó un gobierno improvisado e ineficiente.

Mas allá de esas impresiones sobre Trump que por repetitivas ya aburren, lo cierto es que su presidencia fue hiperactiva, no solo en la atención que los medios prestaron a aspectos de su personalidad disparatada, sino también en cuanto a que la administración de Trump también tuvo aciertos y logros.

Un tema fundamental en el que no es posible regatear mérito a la administración de Trump es la creación de casi 4 millones de empleos.

También hubo un crecimiento notable de empleos creados en manufacturas. A pesar de la pandemia, la economía de Estados Unidos creció y el ingreso de las clases medias aumentó.

Un triunfo ideológico fundamental de Trump que se vincula a la agenda del Partido Republicano y a sus propuestas de campaña, fue la reforma fiscal, una de las más profundas en los últimos 30 años, que contenía cambios como la reducción de impuestos a las empresas de 35 a 21%.

La creación de la fuerza espacial como una nueva rama de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que muchos vieron en un principio como una idea descabellada y ridícula, representa en realidad un movimiento estratégico muy importante para proteger los intereses y seguridad estadounidense en el espacio, en un momento de gran expansión espacial del sector privado.

Tal vez el aspecto de la administración de Trump que más perdurará en el tiempo y que tendrá una influencia más profunda son las nominaciones que hizo de jueces del poder judicial. Trump ha nominado y logrado la confirmación de 220 jueces, tres de esos jueces de hecho, ministros de la corte suprema cambiaron literalmente su orientación ideológica, inclinando fuertemente la corte a la derecha. Logró colocar 53 jueces de cortes de apelaciones, 162 jueces de cortes de distrito y 2 jueces en la corte de comercio internacional.

Un dato relevante es que muchos de los jueces nominados y confirmados por Trump son hombres blancos jóvenes de perfil conservador, por lo que es previsible que la influencia de esos nombramientos incline muchas decisiones judiciales en temas ideologizados o partidistas hacia la derecha, y que esa influencia tenga consecuencia por mucho tiempo.

Joe Biden y Kamala Harris son ya los virtuales ganadores de la elección presidencial en los EEUU. En el sistema electoral norteamericano es complicado y difícil de conocer al triunfador electoral el mismo día de las elecciones. Esto se debe a las diversas modalidades del voto, el anticipado, el de correo, el presencial: que cada estado regula según sus propias normas. En algunos estados se permite voto por correo el mismo día de la elección, en otros debe ser en forma anticipada, en algunas se cuentan en cuanto van llegando, en otros hasta el día de la elección, otros tras el cierre de las urnas presenciales. Hay quienes ponen días para finalizar el cómputo del voto por correo.

Su sistema deviene de su historia. Las 13 colonias tenían su propio gobierno, alcabalas y derechos. Fue Hamilton quien creó la teoría del federalismo que reconocía soberanía y autonomía de las partes ante una soberanía y autonomía nacional. Así se unieron las 13 colonias y así continúa el sistema, donde cada estado tiene su congreso, fija sus impuestos, decide mayoría de edad, uso de mariguana y diversos asuntos locales. La guerra civil no pudo evitarse, con el esclavismo como bandera, pero finalmente prevaleció la nación federalista.