En el sector económico de Veracruz comienza a surgir una razonable inquietud ante la posible desaparición de las delegaciones federales en el estado, y en todo el país.
Medida fue anunciada por el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y en su lugar nombrar a un solo coordinador que atienda los asuntos de todas ellas. La intranquilidad no radica en el poder que concentrará ese representante plenipotenciario, especialmente en aquellas entidades donde no hay afinidad política con el futuro titular del gobierno federal, al convertirse en otro poder de facto por el descomunal manejo de recursos y toma de decisiones; no, cuestiones políticas aparte, el temor del sector empresarial es que esto pueda significar un retroceso, retornar al centralismo que tanto daño causó al país, y esta inconveniente decisión que podría tomarse en cuatro meses y medio en nombre de la reducción del gasto público se convierta en un embudo para resolver los asuntos que se ventilan cotidianamente en las distintas instancias del gobierno de la República establecidas en los estados, muchos de los cuales requieren de la intervención de especialistas de cada dependencia; tener un único conducto para plantear y resolver asuntos de interés y en la mayoría de las veces de urgente necesidad podría derivar en engorrosos y tardíos trámites burocráticos que caracterizó a gobiernos de tiempos pasados. El escenario plantea a los industriales y empresarios inminentes problemas para el desarrollo económico, tan necesario en el planteamiento del nuevo gobierno y esperan un análisis profundo para el replanteamiento de la idea con el fin de encontrar otras vías de salida al fin que se persigue, que bien pudiera lograrse compactando organigramas administrativos en cada una de las delegaciones federales o, incluso, agruparlas por sector, sin menoscabo de su buen desempeño. Estos meses que faltan para el inicio del nuevo gobierno de la República serán de suma importancia para el intercambio de opiniones entre quienes diseñan el rumbo del país y el sector económico, que jugará un rol estratégico para alcanzar esas metas que se propone el nuevo gobierno.
UBER CAUSA URTICARIA; LO RECHAZAN TAXISTAS Y GOBIERNO
El servicio de transporte privado Uber que opera en varias partes del mundo, y en Puebla y la ciudad de México, en nuestro país, desde hace tiempo pretende instalarse en el puerto y algunas otras ciudades del estado. El servicio se presta con autos que cumplen las condiciones exigidas por la empresa internacional, y los propios dueños deben sujetarse a reglas de admisión, como es la de no tener antecedentes penales y, salvo casos excepcionales, hay buenas referencias de él, por la seguridad, comodidad y menor costo en los traslados. Sin embargo, los concesionarios de taxis han puesto el grito en el cielo aduciendo competencia desleal. Es su opinión.
La realidad es que, si se establece en el estado de Veracruz, los beneficiados son los usuarios que por siempre han sufrido los abusos y el mal servicio del transporte de taxis. Los concesionarios no tendrían temor a la competencia si sus clientes estuvieran satisfechos con el servicio que prestan. Al respecto, ayer el secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, advirtió que el gobierno del estado no ha otorgado permisos para tal incursión y los vehículos que den este servicio serán detenidos y los dueños multados y hasta encarcelados. Uber, a su vez, respondió con un comunicado en el que señala que “sobre el requisito de una concesión o permiso para la operación de Empresas de Redes de Transporte (ERT), Uber México precisa que está dispuesto a colaborar con las autoridades en la definición de una regulación incluyente, que permita la libre competencia y no establezca barreras para que los veracruzanos tengan mayores oportunidades de autoempleo y emprendimiento, así como más opciones de transporte seguro, confiable y accesible”. He ahí el dilema ¿se mantiene el mal servicio de taxis o se privilegia el beneficio de los usuarios?.
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