El cubrebocas, en opinión del titular de la Secretaría de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, será uno de los elementos de mayor importancia para relanzar la economía. Además de la protección de las personas, el relanzamiento exitoso de la economía dependerá de ese aditamento que hoy constituye un requisito indispensable para acceder a tiendas de conveniencia, restaurantes y centros de entretenimiento y diversión, a transportes públicos y servicios aéreos; en fin, el cubrebocas ahora resulta ser más importante que la credencial de elector.
Los tiempos de los colaboradores más cercanos al presidente López Obrador son cada vez más contradictorios y engañosos; así se entiende que mientras el doctor López-Gatell da fechas engañosas para considerar el fin de la pandemia, la realidad noticiosa lo desmiente día a día. Herrera Gutiérrez aseguró el martes pasado, ante la Canacintra, que con el cubrebocas se abrirá gradualmente la economía, pero que según la dependencia a su cargo (Secretaría de Hacienda) se mantendrá dicha medida hasta el mes de julio del año próximo.
El disgusto del día para el presidente López Obrador no se pudo ocultar al enterarse del resbalón que hizo caer de su gracia al actual responsable de las finanzas, quien relevó el día 9 de julio de 2019 a Carlos Manuel Urzúa Macías, exsecretario de Hacienda, destituido por el propio presidente, por haber pretendido ganar reflectores al titular del Ejecutivo.
No se necesita ser miembro del gabinete ni militante de Morena para entender que la línea presidencial con relación a los cubrebocas es “no usarlos”, a riesgo de contagios y de perder la vida, porque así lo ha determinado el amigo del presidente norteamericano Donald Trump. La crítica internacional para AMLO no se ha hecho esperar, por su actitud negligente, que sin duda ha contribuido a la multiplicación de contagios por desorientar a la población, descartando el temor a perder la vida por una actitud caprichosa.
La elección de los miembros del gabinete permite evaluar el buen juicio del gobernante sobre los hombres que lo rodean y no podrá considerarse prudente a aquel gobernante que se equivoque en esa selección (reflexión de Maquiavelo). La renuncia de Urzúa, el resbalón de Arturo Herrera, las mentiras de López-Gatell y la posible renuncia de Jiménez Espriú, obligan al presidente a pensar mejor sus determinaciones.
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