/ viernes 25 de diciembre de 2020

En memoria a Guillermo Wong

El periodista Guillermo Wong Saavedra falleció la madrugada del miércoles, un mes y medio después de permanecer internado en el Hospital General 71 del IMSS en Veracruz.

Dio una ejemplar y dura lucha por vivir, pero el Covid-19, que subestimó, le resultó fatal. En ese lapso con la enfermedad, enfrentó dos intubaciones, una septicemia por una bacteria adquirida durante su paso por Terapia Intensiva y una traqueotomía. Cuando le fue retirada la anestesia no logró despertar en el corto plazo, extendiéndose esa situación durante tres semanas, atribuyéndose al efecto de la anestesia a que fue sometido, el medicamento y oxígeno; al condicionamiento de su cuerpo a esas mismas causas, o a las secuelas aún indeterminadas causadas por el virus. Ya libre del virus y con estudios especializados que confirmaron el buen estado de todos sus órganos, sin daños de tipo neurológico, ya mostraba signos alentadores de recuperación: eventualmente abría los ojos, escuchaba e identificaba voces, atendía peticiones de cooperar para extraer sus flemas y en los últimos días, en sesiones de terapia de rehabilitación, comenzó a mover un brazo y una pierna. Su deseo de volver a su familia y a sus amigos, increíblemente lo hizo resistir, hasta que un paro cardiorrespiratorio lo venció, del cual los médicos no pudieron rescatarlo. Ese mismo día, por petición suya que previamente hizo a su familia, su cuerpo fue cremado en el puerto de Veracruz. Fue una muerte que causó conmoción en el puerto, donde era muy conocido, estimado y respetado. Perteneció a una generación de notables periodistas egresados de la UV que hicieron historia en la capital del país y su tierra natal, casos de Ana Cristina Peláez, Isabel Zamorano, Ada Hernández, y muchos otros. Por años fue jefe de Información de Televisa Radio en la capital de la República y después director de Noticieros de Telever, donde posteriormente encabezó el programa de investigación periodística ‘Estamos a Tiempo’; últimamente atendía su propia productora. Un auténtico jarocho, a Memo Wong lo caracterizaba su buen humor, la alegría y una inmensa generosidad, siempre dispuesto a ayudar a quien se lo solicitaba, lo que le hizo hacer muchos amigos de todos los estratos sociales, la política, la academia y la farándula. Estaba casado en segundas nupcias con la periodista Araceli Baizabal Andrade, maestra de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la UV y directora de Abacom. Le sobreviven sus hijos José Guillermo, Jorge Gabriel, Javier y Jimena. En paz descanse el compañero y amigo, maestro en toda la extensión de la palabra.

El fuerte “norte” que impactó el jueves las costas veracruzanas y provocó serios daños en la capital del estado, principalmente por árboles caídos, destechamientos, caída de bardas y estructuras metálicas, misma situación que se presentó en el puerto de Veracruz y otros municipios, y revivió la amarga experiencia que vivió hace tres décadas en tierras jarochos cuando hubo rachas de vientos de más de 130 kilómetros por hora que colapsó la red eléctrica y dejó a oscuras a casi toda la ciudad. Esta vez las rachas alcanzaron 126.4 kilómetros por hora y dejó cortes de energía en diversas zonas y el derribamiento de contenedores de carga en la zona portuaria. En prevención de accidentes, las autoridades municipales de Veracruz y Boca del Río determinaron el cierre de vialidades en el bulevar Manuel Ávila Camacho, donde el oleaje azotó con tanta fuerza que expulsó piedras de las escolleras hacia las calles. Por fortuna se reportó saldo blanco, a pesar de ocurrir eventos como el que se presentó en el estacionamiento de un centro comercial del desarrollo urbano Nuevo Veracruz, donde una camioneta de carga se volcó a causa del fuerte viento que, sólo por esta razón y la temperatura que comenzó a descender hacia la tarde-noche del jueves, obligó a la mayoría de los porteños a quedarse resguardados en sus casas.


opedro2006@gmail.com

El periodista Guillermo Wong Saavedra falleció la madrugada del miércoles, un mes y medio después de permanecer internado en el Hospital General 71 del IMSS en Veracruz.

Dio una ejemplar y dura lucha por vivir, pero el Covid-19, que subestimó, le resultó fatal. En ese lapso con la enfermedad, enfrentó dos intubaciones, una septicemia por una bacteria adquirida durante su paso por Terapia Intensiva y una traqueotomía. Cuando le fue retirada la anestesia no logró despertar en el corto plazo, extendiéndose esa situación durante tres semanas, atribuyéndose al efecto de la anestesia a que fue sometido, el medicamento y oxígeno; al condicionamiento de su cuerpo a esas mismas causas, o a las secuelas aún indeterminadas causadas por el virus. Ya libre del virus y con estudios especializados que confirmaron el buen estado de todos sus órganos, sin daños de tipo neurológico, ya mostraba signos alentadores de recuperación: eventualmente abría los ojos, escuchaba e identificaba voces, atendía peticiones de cooperar para extraer sus flemas y en los últimos días, en sesiones de terapia de rehabilitación, comenzó a mover un brazo y una pierna. Su deseo de volver a su familia y a sus amigos, increíblemente lo hizo resistir, hasta que un paro cardiorrespiratorio lo venció, del cual los médicos no pudieron rescatarlo. Ese mismo día, por petición suya que previamente hizo a su familia, su cuerpo fue cremado en el puerto de Veracruz. Fue una muerte que causó conmoción en el puerto, donde era muy conocido, estimado y respetado. Perteneció a una generación de notables periodistas egresados de la UV que hicieron historia en la capital del país y su tierra natal, casos de Ana Cristina Peláez, Isabel Zamorano, Ada Hernández, y muchos otros. Por años fue jefe de Información de Televisa Radio en la capital de la República y después director de Noticieros de Telever, donde posteriormente encabezó el programa de investigación periodística ‘Estamos a Tiempo’; últimamente atendía su propia productora. Un auténtico jarocho, a Memo Wong lo caracterizaba su buen humor, la alegría y una inmensa generosidad, siempre dispuesto a ayudar a quien se lo solicitaba, lo que le hizo hacer muchos amigos de todos los estratos sociales, la política, la academia y la farándula. Estaba casado en segundas nupcias con la periodista Araceli Baizabal Andrade, maestra de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la UV y directora de Abacom. Le sobreviven sus hijos José Guillermo, Jorge Gabriel, Javier y Jimena. En paz descanse el compañero y amigo, maestro en toda la extensión de la palabra.

El fuerte “norte” que impactó el jueves las costas veracruzanas y provocó serios daños en la capital del estado, principalmente por árboles caídos, destechamientos, caída de bardas y estructuras metálicas, misma situación que se presentó en el puerto de Veracruz y otros municipios, y revivió la amarga experiencia que vivió hace tres décadas en tierras jarochos cuando hubo rachas de vientos de más de 130 kilómetros por hora que colapsó la red eléctrica y dejó a oscuras a casi toda la ciudad. Esta vez las rachas alcanzaron 126.4 kilómetros por hora y dejó cortes de energía en diversas zonas y el derribamiento de contenedores de carga en la zona portuaria. En prevención de accidentes, las autoridades municipales de Veracruz y Boca del Río determinaron el cierre de vialidades en el bulevar Manuel Ávila Camacho, donde el oleaje azotó con tanta fuerza que expulsó piedras de las escolleras hacia las calles. Por fortuna se reportó saldo blanco, a pesar de ocurrir eventos como el que se presentó en el estacionamiento de un centro comercial del desarrollo urbano Nuevo Veracruz, donde una camioneta de carga se volcó a causa del fuerte viento que, sólo por esta razón y la temperatura que comenzó a descender hacia la tarde-noche del jueves, obligó a la mayoría de los porteños a quedarse resguardados en sus casas.


opedro2006@gmail.com