/ miércoles 20 de noviembre de 2019

En política no hay enemigo pequeño… López Obrador vs Javier Sicilia y Julián LeBarón

Por qué ese trato de AMLO, contrario a la diplomacia política, que los funcionarios públicos deben guardar a los gobernados, sobre todo en los tiempos violentos que se viven en nuestro país, que obligan a la solidaridad social en demanda de justicia. El pecado de Sicilia ante López Obrador fue la solidaridad expresada por el poeta con la familia LeBarón, para exigir el esclarecimiento del crimen en el que perdieron la vida tres mujeres, madres de familia y seis niños, integrantes de la misma familia LeBarón.

Que se sepa, el poeta Javier Sicilia no pertenece a los activos del neoliberalismo, ni de los conservadores, ni al PAN, sino más bien es un padre abatido por el dolor inmenso que afecta por el resto de sus días, a quienes sufren la pérdida de un hijo, sea como fuere, pero más cuando tipos gandallas (drogadictos y criminales), por cuestiones baladíes atentan con saña, alevosía, ventaja y traición, contra parroquianos que departían en el mismo antro.

Y el hijo del poeta y activista social, eso hacía cuando sin motivo alguno fue secuestrado y privado de la vida con todas las agravantes de la ley, pues Juan Francisco Sicilia Ortega, de 24 años, fue encontrado muerto junto con seis cadáveres más en el interior de un vehículo en Temixco, Morelos, el 28 de marzo de 2011.

La negativa de AMLO para recibir el beso del poeta en la pasada campaña presidencial no parece ser el motivo suficiente para negarle el derecho de audiencia, pues más bien puede ser otra la causa que contrarió al señor presidente, ya que en la misiva enviada a Julián LeBarón, le recalcó que López Obrador traicionó la política de “verdad, justicia y paz” a la que se comprometió.

Remató su comentario, expresando que “la punta del Iceberg” que se mide con centenas de miles de muertos y desaparecidos, suma al pasivo de difuntos las muertes de las mujeres y los niños de la comunidad de los LeBarón; y termina el poeta preguntándose: ¿A qué nivel de espanto y de horror tenemos que descender? Para que este país, este pueblo, vuelva a reaccionar.

Y emplazó el promotor del movimiento por La Paz con justicia y dignidad, a Julián LeBarón, para convocar a la Reserva Moral del país, esa palabra que hace 25 años tuvo el “zapatismo”, a una marcha y concentración para exigir justicia pronta y expedita.

FHB predicaba que en política hay tiempos de sumar, de sumarse y de sumirse. Hoy estamos en tiempos de sumar.

Por qué ese trato de AMLO, contrario a la diplomacia política, que los funcionarios públicos deben guardar a los gobernados, sobre todo en los tiempos violentos que se viven en nuestro país, que obligan a la solidaridad social en demanda de justicia. El pecado de Sicilia ante López Obrador fue la solidaridad expresada por el poeta con la familia LeBarón, para exigir el esclarecimiento del crimen en el que perdieron la vida tres mujeres, madres de familia y seis niños, integrantes de la misma familia LeBarón.

Que se sepa, el poeta Javier Sicilia no pertenece a los activos del neoliberalismo, ni de los conservadores, ni al PAN, sino más bien es un padre abatido por el dolor inmenso que afecta por el resto de sus días, a quienes sufren la pérdida de un hijo, sea como fuere, pero más cuando tipos gandallas (drogadictos y criminales), por cuestiones baladíes atentan con saña, alevosía, ventaja y traición, contra parroquianos que departían en el mismo antro.

Y el hijo del poeta y activista social, eso hacía cuando sin motivo alguno fue secuestrado y privado de la vida con todas las agravantes de la ley, pues Juan Francisco Sicilia Ortega, de 24 años, fue encontrado muerto junto con seis cadáveres más en el interior de un vehículo en Temixco, Morelos, el 28 de marzo de 2011.

La negativa de AMLO para recibir el beso del poeta en la pasada campaña presidencial no parece ser el motivo suficiente para negarle el derecho de audiencia, pues más bien puede ser otra la causa que contrarió al señor presidente, ya que en la misiva enviada a Julián LeBarón, le recalcó que López Obrador traicionó la política de “verdad, justicia y paz” a la que se comprometió.

Remató su comentario, expresando que “la punta del Iceberg” que se mide con centenas de miles de muertos y desaparecidos, suma al pasivo de difuntos las muertes de las mujeres y los niños de la comunidad de los LeBarón; y termina el poeta preguntándose: ¿A qué nivel de espanto y de horror tenemos que descender? Para que este país, este pueblo, vuelva a reaccionar.

Y emplazó el promotor del movimiento por La Paz con justicia y dignidad, a Julián LeBarón, para convocar a la Reserva Moral del país, esa palabra que hace 25 años tuvo el “zapatismo”, a una marcha y concentración para exigir justicia pronta y expedita.

FHB predicaba que en política hay tiempos de sumar, de sumarse y de sumirse. Hoy estamos en tiempos de sumar.