/ lunes 27 de septiembre de 2021

Entre AMLO, Juárez y Keynes…

Es probable que la mayoría de las personas consideren que en ocasiones la vida es algo injusta, sin embargo, cuando se trata de la patria no se puede detener, quien asume sus riendas, en ese tipo de lamentos, mucho menos cuando pasamos tiempos de pandemia como la que nos ha tocado vivir o sobrevivir

Sin embargo, nunca debemos olvidar que el Libro Santo nos recuerda en todo momento que los tiempos del que creó todo lo que vemos y no, son absolutamente perfectos.

Se cuenta recurrentemente que el doctor Rogelio Ramírez de la O, desde el año 2006, estaba en los planes de nuestro Presidente de la República para ocupar precisamente el cargo que hoy mismo ocupa dignamente, ¿Por qué no se hizo en aquel entonces? La historia del espurio ya la conocemos, para el 2012 la historia del movimiento, si bien no se repite, pasa para mejores tiempos.

El doctor siempre regresó a sus labores que lo han encumbrado como un ser humano, digno, sencillo y brillante. Juárez siempre sostenía o más bien les pedía a sus colaboradores disfrutar de las cosas “siempre con decoro”, conforme a sus ingresos, porque solo así se podría llegar a ser un político honesto, cosa que logró inculcar en prácticamente todos sus colaboradores, que nos representan ahora la época dorada del derecho mexicano, y por supuesto, la cimentación de lo que somos como nación.

Esta circunstancia el doctor Ramírez de la O la cumple a cabalidad, egresado de la universidad inglesa de Cambridge, institución educativa absolutamente diferente en fundamentos, doctrina y prácticas a las que en nuestro país acostumbran cursar los economistas que han formado parte del servicio público, Harvard, Yale, entre otras, cuyos fundamentos tecnócratas han reinado en nuestro país en los últimos 36 años.

Cambridge, por el contrario, egresa técnicos basados en la escuela Keynesiana, ¡Sí! Esa misma escuela que ha sacado no solo a las economías más fuertes actualmente adelante, sino que además ha sacado a todo un mundo de las situaciones más críticas de nuestra existencia como clase económica.

Esta escuela, encabezada por el economista inglés John Maynard Keynes, lideró todo un pensamiento revolucionario en materia económica, que logró establecer fuertemente la descalificación de la idea, en algún momento vigente, de que el libre mercado automáticamente generaría pleno empleo, por el contrario, esta doctrina sostiene que una demanda general inadecuada generaría largos periodos de alto desempleo. Ante esto Keynes establecía la intervención del Estado, para equilibrar los auges y las caídas de la actividad económica, en otras palabras, el gobierno por su tamaño, intención y voluntad puede influir en el ciclo económico.

En efecto, lo que distingue a la formación del doctor Ramírez de la O de sus antecesores, es el convencimiento de que en las políticas en donde interviene el gobierno como un factor de riqueza, colocándolo como un factor anticíclico, estabilizando los salarios, circunstancia que ha ocurrido en este gobierno de la Cuarta Transformación, el repunte histórico del salario mínimo y la existencia universal de apoyos sociales, se transforman en postulados que si bien es cierto se observan desde un punto de vista social, tienen toda una lógica económica que trasciende en un impacto positivo en las finanzas de una nación, en un periodo muchos más controlado e incluso corto, que dejárselo al libre mercado, palabras más palabras menos, austeridad republicana en su más pura expresión.

De acuerdo querido lector, no se está descubriendo el hilo negro, pero estas fórmulas o técnicas sacaron adelante al mundo en los años treinta y generaron después de 1945 que Estados Unidos y la propia Inglaterra resurgieran después de la Segunda Guerra Mundial y se consolidaran como potencias globales.

Hoy representan para nuestro país lo que el presidente resume en una de sus frases más puras, pero profundas “el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás”, eso ha realizado, por eso hoy los programas sociales son universales y están en nuestra Carta Magna, como lo está la educación, el empleo, la seguridad e integridad de todo ciudadano y ciudadana.

Nuestro secretario de Hacienda no es alguien al que se le haya invitado a recibir órdenes, es alguien a quien el destino puso en el momento indicado, no en el 2006, ni mucho menos en el 2012, es en estos tiempos cuando su sapiencia, su capacidad, su pasión, pero sobre todo su honestidad, decoro y amor por México lo colocaron para sacarnos adelante con el Presidente que entendería que solo alguien como él podría hacer este trabajo.

Sí, también querido lector, es el tercer ministro de Hacienda -Juárez tuvo 29 por cierto- ¿Por qué? Porque la política es circunstancia y esa circunstancia necesita adaptación, orden, ritmo y equilibrio, todo ello hace que estos grandes estadistas confluyan en un pensamiento encabezado por el doctor Rogelio.

Usted y yo no vamos a estar en 100 años aquí, porque precisamente Keynes eso sostenía, al largo plazo todos moriremos, pero le aseguro que esta generación de la Cuarta Transformación será recordada para bien y sobre todos estos dos personajes: Andrés Manuel López Obrador y el doctor Rogelio Ramírez de la O. Dios nos cuide.

(*) Diputado federal. Morena.

Es probable que la mayoría de las personas consideren que en ocasiones la vida es algo injusta, sin embargo, cuando se trata de la patria no se puede detener, quien asume sus riendas, en ese tipo de lamentos, mucho menos cuando pasamos tiempos de pandemia como la que nos ha tocado vivir o sobrevivir

Sin embargo, nunca debemos olvidar que el Libro Santo nos recuerda en todo momento que los tiempos del que creó todo lo que vemos y no, son absolutamente perfectos.

Se cuenta recurrentemente que el doctor Rogelio Ramírez de la O, desde el año 2006, estaba en los planes de nuestro Presidente de la República para ocupar precisamente el cargo que hoy mismo ocupa dignamente, ¿Por qué no se hizo en aquel entonces? La historia del espurio ya la conocemos, para el 2012 la historia del movimiento, si bien no se repite, pasa para mejores tiempos.

El doctor siempre regresó a sus labores que lo han encumbrado como un ser humano, digno, sencillo y brillante. Juárez siempre sostenía o más bien les pedía a sus colaboradores disfrutar de las cosas “siempre con decoro”, conforme a sus ingresos, porque solo así se podría llegar a ser un político honesto, cosa que logró inculcar en prácticamente todos sus colaboradores, que nos representan ahora la época dorada del derecho mexicano, y por supuesto, la cimentación de lo que somos como nación.

Esta circunstancia el doctor Ramírez de la O la cumple a cabalidad, egresado de la universidad inglesa de Cambridge, institución educativa absolutamente diferente en fundamentos, doctrina y prácticas a las que en nuestro país acostumbran cursar los economistas que han formado parte del servicio público, Harvard, Yale, entre otras, cuyos fundamentos tecnócratas han reinado en nuestro país en los últimos 36 años.

Cambridge, por el contrario, egresa técnicos basados en la escuela Keynesiana, ¡Sí! Esa misma escuela que ha sacado no solo a las economías más fuertes actualmente adelante, sino que además ha sacado a todo un mundo de las situaciones más críticas de nuestra existencia como clase económica.

Esta escuela, encabezada por el economista inglés John Maynard Keynes, lideró todo un pensamiento revolucionario en materia económica, que logró establecer fuertemente la descalificación de la idea, en algún momento vigente, de que el libre mercado automáticamente generaría pleno empleo, por el contrario, esta doctrina sostiene que una demanda general inadecuada generaría largos periodos de alto desempleo. Ante esto Keynes establecía la intervención del Estado, para equilibrar los auges y las caídas de la actividad económica, en otras palabras, el gobierno por su tamaño, intención y voluntad puede influir en el ciclo económico.

En efecto, lo que distingue a la formación del doctor Ramírez de la O de sus antecesores, es el convencimiento de que en las políticas en donde interviene el gobierno como un factor de riqueza, colocándolo como un factor anticíclico, estabilizando los salarios, circunstancia que ha ocurrido en este gobierno de la Cuarta Transformación, el repunte histórico del salario mínimo y la existencia universal de apoyos sociales, se transforman en postulados que si bien es cierto se observan desde un punto de vista social, tienen toda una lógica económica que trasciende en un impacto positivo en las finanzas de una nación, en un periodo muchos más controlado e incluso corto, que dejárselo al libre mercado, palabras más palabras menos, austeridad republicana en su más pura expresión.

De acuerdo querido lector, no se está descubriendo el hilo negro, pero estas fórmulas o técnicas sacaron adelante al mundo en los años treinta y generaron después de 1945 que Estados Unidos y la propia Inglaterra resurgieran después de la Segunda Guerra Mundial y se consolidaran como potencias globales.

Hoy representan para nuestro país lo que el presidente resume en una de sus frases más puras, pero profundas “el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás”, eso ha realizado, por eso hoy los programas sociales son universales y están en nuestra Carta Magna, como lo está la educación, el empleo, la seguridad e integridad de todo ciudadano y ciudadana.

Nuestro secretario de Hacienda no es alguien al que se le haya invitado a recibir órdenes, es alguien a quien el destino puso en el momento indicado, no en el 2006, ni mucho menos en el 2012, es en estos tiempos cuando su sapiencia, su capacidad, su pasión, pero sobre todo su honestidad, decoro y amor por México lo colocaron para sacarnos adelante con el Presidente que entendería que solo alguien como él podría hacer este trabajo.

Sí, también querido lector, es el tercer ministro de Hacienda -Juárez tuvo 29 por cierto- ¿Por qué? Porque la política es circunstancia y esa circunstancia necesita adaptación, orden, ritmo y equilibrio, todo ello hace que estos grandes estadistas confluyan en un pensamiento encabezado por el doctor Rogelio.

Usted y yo no vamos a estar en 100 años aquí, porque precisamente Keynes eso sostenía, al largo plazo todos moriremos, pero le aseguro que esta generación de la Cuarta Transformación será recordada para bien y sobre todos estos dos personajes: Andrés Manuel López Obrador y el doctor Rogelio Ramírez de la O. Dios nos cuide.

(*) Diputado federal. Morena.