/ domingo 5 de diciembre de 2021

Entre pleitos, la “perra ingrata”

Los jaloneos y pleitos entre los morenos por la nominación a la candidatura para gobernador en 2024 van a arreciar con el paso del tiempo, por lo que puede verse desde ahora.

Acéptase o no, ya se han formado dos grupos políticos decididos a disputarse el poder, encabezados por los “foráneos” Rocío Nahle García, secretaria de Energía, zacatecana que irrumpió en Veracruz de la mano del candidato y ahora presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y Sergio Gutiérrez Luna, actual presidente de la Cámara de Diputados; ella, favorita de Palacio Nacional y de Gobierno, y el legislador que va “por la libre”, como se le etiqueta, quien ha venido realizando trabajo de contacto directo y hace amarres con sectores, organizaciones y militancia.

A nivel local, sólo dos de ellos podrían lograr la hazaña de resultar seleccionados de ese partido a esa nominación: Ricardo Ahued Bardehuil, suplente de la señora Nahle en el Senado, nombrado después por AMLO director general de Aduanas, y, finalmente, candidato triunfador de Morena a la alcaldía de la capital veracruzana; y el otro, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado de los programas sociales de Bienestar en la entidad, con larga militancia en las luchas de izquierda y conocido de López, con el mayor posicionamiento logrado por el trabajo que realiza a ras de piso en todo Veracruz. Esa sucesión adelantada desde que su líder político nacional abrió el juego placeando a la señora Nahle en sus giras presidenciales, y a la que se ha sumado abiertamente el mandatario veracruzano y casi todo su gabinete y cuadros del partido en el poder, empieza a mostrar grietas que pueden no ser tan visibles ahora, pero que empiezan a surgir en grupos morenistas desplazados que buscan a quien les abra oportunidades negadas por el actual gobierno, al que acusan de exclusión. A eso se debe, entre otras cosas, que en sus recientes giras a la entidad, el diputado sureño Gutiérrez Luna despierte interés de los dirigentes sociales, políticos y económicos del estado, quienes lo empiezan a arropar, y ese escenario ha prendido luces de alerta entre quienes actualmente detentan el poder y quisieran seguirse manteniendo en él.

A tal grado es ese temor, que varios operadores comenzaron a recibir llamadas con amenazas verbales y hasta insultos, como esa de “perra ingrata” que habría salido de la boca de la aspirante Nahle al referirse a otra mujer que simpatiza y ha dado apoyo a Sergio Gutiérrez Luna para buscar la silla principal de Palacio de Gobierno. Ese exabrupto dicho a un alcalde electo de Morena cercano a ella y confiada por éste a otro que busca ganar en los tribunales la alcaldía que perdió en las urnas, se ha diseminado como reguero de pólvora, y da una idea clara de cómo andan las cosas en esos grupos, aunque en abono a la percepción de que esas disputas acabarán dividiéndolos con el riesgo de ser debut y despedida, es de que la incursión del diputado Gutiérrez, experto operador electoral, es de apoyo al proyecto lopezobradorista, con conocimiento y autorización de quien manda en el país, aunque también, con la mira puesta en recibir la oportunidad de participar, conforme a las circunstancias que puedan presentarse.

Así entonces las cosas. Mientras por un lado se utiliza la cooptación y el garrote de la ley para golpear y atemorizar a los opositores, como lo muestran muchos casos anteriores y recientes a cargo de operadores del gobierno veracruzano, la otra estrategia es tender puentes de diálogo y acercamiento que ha venido haciendo el legislador originario del sur de Veracruz, con lo cual cerraría la pinza para hacer triunfar a Morena con el candidato que ellos decidan.

opedro 2006@gmail.com

Los jaloneos y pleitos entre los morenos por la nominación a la candidatura para gobernador en 2024 van a arreciar con el paso del tiempo, por lo que puede verse desde ahora.

Acéptase o no, ya se han formado dos grupos políticos decididos a disputarse el poder, encabezados por los “foráneos” Rocío Nahle García, secretaria de Energía, zacatecana que irrumpió en Veracruz de la mano del candidato y ahora presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y Sergio Gutiérrez Luna, actual presidente de la Cámara de Diputados; ella, favorita de Palacio Nacional y de Gobierno, y el legislador que va “por la libre”, como se le etiqueta, quien ha venido realizando trabajo de contacto directo y hace amarres con sectores, organizaciones y militancia.

A nivel local, sólo dos de ellos podrían lograr la hazaña de resultar seleccionados de ese partido a esa nominación: Ricardo Ahued Bardehuil, suplente de la señora Nahle en el Senado, nombrado después por AMLO director general de Aduanas, y, finalmente, candidato triunfador de Morena a la alcaldía de la capital veracruzana; y el otro, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado de los programas sociales de Bienestar en la entidad, con larga militancia en las luchas de izquierda y conocido de López, con el mayor posicionamiento logrado por el trabajo que realiza a ras de piso en todo Veracruz. Esa sucesión adelantada desde que su líder político nacional abrió el juego placeando a la señora Nahle en sus giras presidenciales, y a la que se ha sumado abiertamente el mandatario veracruzano y casi todo su gabinete y cuadros del partido en el poder, empieza a mostrar grietas que pueden no ser tan visibles ahora, pero que empiezan a surgir en grupos morenistas desplazados que buscan a quien les abra oportunidades negadas por el actual gobierno, al que acusan de exclusión. A eso se debe, entre otras cosas, que en sus recientes giras a la entidad, el diputado sureño Gutiérrez Luna despierte interés de los dirigentes sociales, políticos y económicos del estado, quienes lo empiezan a arropar, y ese escenario ha prendido luces de alerta entre quienes actualmente detentan el poder y quisieran seguirse manteniendo en él.

A tal grado es ese temor, que varios operadores comenzaron a recibir llamadas con amenazas verbales y hasta insultos, como esa de “perra ingrata” que habría salido de la boca de la aspirante Nahle al referirse a otra mujer que simpatiza y ha dado apoyo a Sergio Gutiérrez Luna para buscar la silla principal de Palacio de Gobierno. Ese exabrupto dicho a un alcalde electo de Morena cercano a ella y confiada por éste a otro que busca ganar en los tribunales la alcaldía que perdió en las urnas, se ha diseminado como reguero de pólvora, y da una idea clara de cómo andan las cosas en esos grupos, aunque en abono a la percepción de que esas disputas acabarán dividiéndolos con el riesgo de ser debut y despedida, es de que la incursión del diputado Gutiérrez, experto operador electoral, es de apoyo al proyecto lopezobradorista, con conocimiento y autorización de quien manda en el país, aunque también, con la mira puesta en recibir la oportunidad de participar, conforme a las circunstancias que puedan presentarse.

Así entonces las cosas. Mientras por un lado se utiliza la cooptación y el garrote de la ley para golpear y atemorizar a los opositores, como lo muestran muchos casos anteriores y recientes a cargo de operadores del gobierno veracruzano, la otra estrategia es tender puentes de diálogo y acercamiento que ha venido haciendo el legislador originario del sur de Veracruz, con lo cual cerraría la pinza para hacer triunfar a Morena con el candidato que ellos decidan.

opedro 2006@gmail.com