/ jueves 16 de enero de 2020

Erik Aguilar, la reedición de Tronco

Desde Renato Tronco Gómez, quien llegó a una curul local en 2013, en Veracruz no había un legislador tan pintoresco y tan proclive a los zigzagueos políticos como Érik Iván Aguilar, quien presenta una historia que pareciera emular al de Las Choapas.

Para iniciar, recordemos la historia de Tronco Gómez, quien fue desaforado en noviembre de 2015, cuando estaba a punto de terminar su periodo como diputado local.

Renato Tronco fue un fenómeno político en la zona sur de Veracruz; en 2005, como candidato del Partido Acción Nacional, aplastó al PRI casi tres votos a uno en las elecciones municipales.

En el proceso de 2007, para diputados locales, también tuvo un triunfo contundente; superó el 44% de la votación total.

Luego de ese proceso, el entonces legislador local cambió de camiseta, dio la espalda al PAN y se cobijó en el PRI, a invitación del exgobernador Fidel Herrera. En 2010, Tronco Gómez volvió a ganar la presidencia municipal de Las Choapas con una abrumadora ventaja, logrando 62% de la votación total.

Dos veces alcalde y una, legislador, Renato Tronco volvió a ser postulado en 2013, al Congreso local veracruzano. Llegó a esa posición por la alianza PRI, Verde y Panal. Sin embargo, una vez instalado en la Legislatura, Tronco se declaró independiente y se lanzó contra todo lo que se moviera; era el legislador local con más inasistencias al pleno y probablemente también el que más escozor provocaba entre sus homólogos.

Al final, el PRI era mayoría y la suerte de Tronco Gómez terminó con su desafuero; fue señalado por su presunta autoría en el homicidio del regidor perredista Alfredo Pérez Juárez.

La trayectoria política de Érik Iván Aguilar dista mucho del trabajo y la hegemonía alcanzada por Renato Tronco; de hecho, en lo único que se parecen es en lo pintoresco, lo folclórico de su desempeño, la personalidad protagónica y la actitud a veces mostrenca.

Tronco Gómez era todo un caso: un día aparecía montando un caballo para llegar al Congreso; al siguiente anunciaba un concurso para buscar a un doble que lo representara en algunos eventos; y luego aparecía en el videoclip de un grupo musical.

Al igual que Renato Tronco, el diputado Érik Iván Aguilar López, representante del distrito de Misantla, llegó a caballo a su toma de protesta.

Como el de Las Choapas, una vez que llegó a la posición, renunció a su bancada original, que era la de PT-Morena, y se sumó a la fracción denominada “Del lado correcto de la historia”, a la que posteriormente abandonó para sumarse al grupo de diputados panistas disidentes.

En mayo de 2019 tuvo la puntada de señalar que temía por su vida y que se sentía inseguro; por ello anunció que pediría permiso a la Sedena para portar armas. De hecho, protagonizó un escándalo cuando se inconformó debido a que el Congreso de Veracruz prohibió la entrada a gente armada que le acompañaba. Eran sus escoltas.

Son historias paralelas, muy similares —exceptuando la trayectoria partidista y el peso en sus respectivos distritos— las de Renato Tronco e Iván Aguilar; la diferencia radica en que el primero logró amasar un capital político importante en el sur de Veracruz, en tanto que el segundo apenas ha ganado una elección y eso, con el factor favorable que representó el arrastre del candidato presidencial de Morena.

Son historias que podrían concluir de forma muy parecida, si es que el Congreso de Veracruz acuerda el desafuero del legislador de Misantla, como lo hizo en 2015 con Tronco. La solicitud correspondiente fue presentada este jueves por la Fiscalía Anticorrupción.

Trascendió que el diputado local señalado habría impedido una autopsia al cuerpo de una persona que falleció de forma violenta; con ello, Érik Aguilar frenó el trabajo del personal de la Fiscalía estatal, que indagaba las causas de la muerte.

La necropsia no se desarrolló debido a que el legislador se llevó el cuerpo. El diputado es licenciado en derecho y cualquiera pensaría que, como tal, conoce las implicaciones legales de un acto de ese tipo.

Desde Renato Tronco Gómez, quien llegó a una curul local en 2013, en Veracruz no había un legislador tan pintoresco y tan proclive a los zigzagueos políticos como Érik Iván Aguilar, quien presenta una historia que pareciera emular al de Las Choapas.

Para iniciar, recordemos la historia de Tronco Gómez, quien fue desaforado en noviembre de 2015, cuando estaba a punto de terminar su periodo como diputado local.

Renato Tronco fue un fenómeno político en la zona sur de Veracruz; en 2005, como candidato del Partido Acción Nacional, aplastó al PRI casi tres votos a uno en las elecciones municipales.

En el proceso de 2007, para diputados locales, también tuvo un triunfo contundente; superó el 44% de la votación total.

Luego de ese proceso, el entonces legislador local cambió de camiseta, dio la espalda al PAN y se cobijó en el PRI, a invitación del exgobernador Fidel Herrera. En 2010, Tronco Gómez volvió a ganar la presidencia municipal de Las Choapas con una abrumadora ventaja, logrando 62% de la votación total.

Dos veces alcalde y una, legislador, Renato Tronco volvió a ser postulado en 2013, al Congreso local veracruzano. Llegó a esa posición por la alianza PRI, Verde y Panal. Sin embargo, una vez instalado en la Legislatura, Tronco se declaró independiente y se lanzó contra todo lo que se moviera; era el legislador local con más inasistencias al pleno y probablemente también el que más escozor provocaba entre sus homólogos.

Al final, el PRI era mayoría y la suerte de Tronco Gómez terminó con su desafuero; fue señalado por su presunta autoría en el homicidio del regidor perredista Alfredo Pérez Juárez.

La trayectoria política de Érik Iván Aguilar dista mucho del trabajo y la hegemonía alcanzada por Renato Tronco; de hecho, en lo único que se parecen es en lo pintoresco, lo folclórico de su desempeño, la personalidad protagónica y la actitud a veces mostrenca.

Tronco Gómez era todo un caso: un día aparecía montando un caballo para llegar al Congreso; al siguiente anunciaba un concurso para buscar a un doble que lo representara en algunos eventos; y luego aparecía en el videoclip de un grupo musical.

Al igual que Renato Tronco, el diputado Érik Iván Aguilar López, representante del distrito de Misantla, llegó a caballo a su toma de protesta.

Como el de Las Choapas, una vez que llegó a la posición, renunció a su bancada original, que era la de PT-Morena, y se sumó a la fracción denominada “Del lado correcto de la historia”, a la que posteriormente abandonó para sumarse al grupo de diputados panistas disidentes.

En mayo de 2019 tuvo la puntada de señalar que temía por su vida y que se sentía inseguro; por ello anunció que pediría permiso a la Sedena para portar armas. De hecho, protagonizó un escándalo cuando se inconformó debido a que el Congreso de Veracruz prohibió la entrada a gente armada que le acompañaba. Eran sus escoltas.

Son historias paralelas, muy similares —exceptuando la trayectoria partidista y el peso en sus respectivos distritos— las de Renato Tronco e Iván Aguilar; la diferencia radica en que el primero logró amasar un capital político importante en el sur de Veracruz, en tanto que el segundo apenas ha ganado una elección y eso, con el factor favorable que representó el arrastre del candidato presidencial de Morena.

Son historias que podrían concluir de forma muy parecida, si es que el Congreso de Veracruz acuerda el desafuero del legislador de Misantla, como lo hizo en 2015 con Tronco. La solicitud correspondiente fue presentada este jueves por la Fiscalía Anticorrupción.

Trascendió que el diputado local señalado habría impedido una autopsia al cuerpo de una persona que falleció de forma violenta; con ello, Érik Aguilar frenó el trabajo del personal de la Fiscalía estatal, que indagaba las causas de la muerte.

La necropsia no se desarrolló debido a que el legislador se llevó el cuerpo. El diputado es licenciado en derecho y cualquiera pensaría que, como tal, conoce las implicaciones legales de un acto de ese tipo.