/ miércoles 15 de agosto de 2018

Esperamos que los sufragios en favor de Morena, no hayan sido en vano

El hartazgo social contra los demagogos, manipuladores y políticos improvisados que buscan la acumulación de dinero público, pensando que la riqueza les servirá para disfrutar de los placeres que lícitamente jamás obtendrían y para mantenerse en ejercicio del poder viviendo desahogadamente el resto de su vida, desaparecerá definitivamente, puesto que al decir del presidente electo, no se permitirá ni su incorporación al nuevo gobierno, ni la rapiña a la que estuvieron acostumbrados.

Y por cuanto hace a la inseguridad, que han prohijado delincuentes y policías, coludidos para cometer asaltos, secuestros y homicidios dolosos, entre otros tantos delitos que sufre cotidianamente la sociedad, el próximo presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado la designación del experimentado Alfonso Durazo Montaño para emprender una lucha sin cuartel contra la delincuencia y una depuración estricta y efectiva de los cuerpos de seguridad, que estarán bajo su mando, como secretario de Seguridad Pública, dependiente directamente del Presidente de la República.

No hay excusa ni atenuante o excluyente de incriminación, para los delincuentes alcohólicos o drogadictos que agravien a cualquier miembro de la sociedad. El reclamo de los familiares y de quienes se sienten agraviados por la ola delincuencial imparable, es cada día más fuerte y ante la corrupción de los cuerpos policiacos y de las autoridades del ramo, comienza a recurrirse a la autodefensa y en su caso a la venganza privada, que el gobierno no debe permitir, si se quiere mantener la gobernabilidad y el Imperio del orden Jurídico que nos rige.

La proliferación de armas a partir del operativo “Rápido y Furioso”, no solo sirvió para dotar de armamento a bandas criminales, sino también a particulares, puesto que hasta por catálogo en internet se puede comprar cualquier tipo de armas y municiones, sin que ninguna autoridad pueda impedir la indiscriminada posesión y portación de armas de fuego prohibidas por la ley de la materia.

Las marchas y plantones al grito desesperado de “vivos se los llevaron y vivos los queremos”, parece que no se escucha por los políticos y gobernantes de este país. El cambio institucional que viene ha generado confianza en la palabra del presidente èlecto; ojalá que sus colaboradores no le fallen, por el bien del nuevo gobierno, pero más por el bien de los mexicanos.


El hartazgo social contra los demagogos, manipuladores y políticos improvisados que buscan la acumulación de dinero público, pensando que la riqueza les servirá para disfrutar de los placeres que lícitamente jamás obtendrían y para mantenerse en ejercicio del poder viviendo desahogadamente el resto de su vida, desaparecerá definitivamente, puesto que al decir del presidente electo, no se permitirá ni su incorporación al nuevo gobierno, ni la rapiña a la que estuvieron acostumbrados.

Y por cuanto hace a la inseguridad, que han prohijado delincuentes y policías, coludidos para cometer asaltos, secuestros y homicidios dolosos, entre otros tantos delitos que sufre cotidianamente la sociedad, el próximo presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado la designación del experimentado Alfonso Durazo Montaño para emprender una lucha sin cuartel contra la delincuencia y una depuración estricta y efectiva de los cuerpos de seguridad, que estarán bajo su mando, como secretario de Seguridad Pública, dependiente directamente del Presidente de la República.

No hay excusa ni atenuante o excluyente de incriminación, para los delincuentes alcohólicos o drogadictos que agravien a cualquier miembro de la sociedad. El reclamo de los familiares y de quienes se sienten agraviados por la ola delincuencial imparable, es cada día más fuerte y ante la corrupción de los cuerpos policiacos y de las autoridades del ramo, comienza a recurrirse a la autodefensa y en su caso a la venganza privada, que el gobierno no debe permitir, si se quiere mantener la gobernabilidad y el Imperio del orden Jurídico que nos rige.

La proliferación de armas a partir del operativo “Rápido y Furioso”, no solo sirvió para dotar de armamento a bandas criminales, sino también a particulares, puesto que hasta por catálogo en internet se puede comprar cualquier tipo de armas y municiones, sin que ninguna autoridad pueda impedir la indiscriminada posesión y portación de armas de fuego prohibidas por la ley de la materia.

Las marchas y plantones al grito desesperado de “vivos se los llevaron y vivos los queremos”, parece que no se escucha por los políticos y gobernantes de este país. El cambio institucional que viene ha generado confianza en la palabra del presidente èlecto; ojalá que sus colaboradores no le fallen, por el bien del nuevo gobierno, pero más por el bien de los mexicanos.