EN 48 KILÓMETROS… Los automovilistas, pero sobre todo los transportistas de pesadas unidades de carga que recorren los casi 50 kilómetros de distancia entre Esperanza, Puebla y Orizaba, Veracruz, ya sea de ida o de vuelta, se encomiendan a todos los santos y piden al Dios en que ellos creen, que los protejan de los asaltacaminos que se han hecho suyo ese tramo carretero, pues ni las autoridades poblanas ni las veracruzanas se han aplicado para frenar a esa banda o bandas delincuenciales.
Los propios traileros han difundido a través del whatsapp, videos en los que se aprecia cómo supuestos policías en falsos retenes, detienen los tráileres para llevárselos con su preciada carga.
Es tal el peligro de esta ruta, que esta misma semana pretendieron asaltar o secuestrar al presidente municipal de Acultzingo, René Medel Carrera, quien transitaba por esa carretera junto con miembros de su comuna.
Narran los ediles que cerca de la ya famosa caseta de La Esperanza, en el estado de Puebla, los interceptaron cinco sujetos armados, dos de ellos a bordo de una motocicleta y tres más en un vehículo, a quienes evadieron porque uno de ellos aceleró al máximo, logrando escapar de los delincuentes.
Representantes de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) y de la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas A.C. (AMOTAC) han coincidido en denunciar que la autopista México-Orizaba, en el tramo Amozoc-Esperanza, en el estado de Puebla, es la vía carretera más peligrosa no sólo para los transportistas de carga, sino para todos los conductores que por ahí transitan.
Para que no se quede con la duda amable lector, del porqué traemos a este espacio ese tema que compete al Gobierno del Estado y autoridades de Puebla, la respuesta es simple, pues resulta que ésa es la ruta que siguen los tradicionales visitantes que vienen del altiplano a la costa, quienes al enterarse de que para llegar a Veracruz hay que encomendarse a todos los santos y a diosito mismo, mejor se van de vacaciones a Acapulco o a Cuernavaca.
Con ello se viene abajo la campaña “Veracruz se antoja” que lanzó el gobierno estatal veracruzano a través de la Secretaría de Turismo, para este periodo vacacional de verano.
Pues si se antojará Veracruz para venir a vacacionar, pero el antojo se disipa al enterarse de la peligrosidad de la autopista México-Orizaba, tramo Amozoc-Esperanza.
Por eso esta problemática le compete también a la entidad veracruzana y por ello la traemos a este espacio, pues Veracruz no se puede quedar en simple antojo.
HONRADO CON R DE RATÓN… Las plañideras peroratas del exgobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, nos hacen recordar lo que decía Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de AdolfoHitler, cuando insistía que una mentira repetida mil veces se volvía verdad.
El honrado Javier Duarte de Ochoa, con permiso para hablar, no se ha cansado de insistir en que es inocente, que el expresidente de la República Enrique Peña Nieto es el verdadero tramposo y ratero y que él, cuando fue gobernador del estado de Veracruz fue más honesto que los santos de la Catedral xalapeña.
Es más, el honrado Duarte de Ochoa asegura con cara triste, que su familia vive en Europa con muchas carencias, con apenas 180 mil pesos mensuales.
Cada vez que escuchamos los señalamientos de Duarte de Ochoa en su canal de televisión favorito, recordamos a don Mario Treviño Santos, que en paz descanse su alma, hombre nacido en Monterrey, pero veracruzano por adopción, quien en la mesa del café hizo famosa la frase de que “aquí todos somos honrados, pero el sombrero no aparece”.
Así tal cual lo decía don Mario Treviño se está dando con el honrado Javier Duarte de Ochoa, el sombrero no aparece, o sea los miles de millones de pesos que no aparecen y cuya desaparición está documentada por la Auditoría Superior de la Federación, la ahora Fiscalía General de la República, los medios de comunicación y por todos aquellos a los que dejó en la pobreza total.
No cabe duda que “México es magia y color y aún hay más”, como describía el conductor de Televisión, Raúl Velasco.
O como dice Barry, mi compañero de vida, en Veracruz nunca se acaba el carnaval.
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