/ martes 16 de octubre de 2018

Esquivar la toma de decisiones, resta imperio y jerarquía

Por fin se ha dado fecha, del 25 al 28 de octubre, para participar en la Consulta Nacional del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México; y en los próximos días habrán de publicitarse los términos y condiciones para que quien así lo decida, se exprese con su voto sobre la construcción del NAIM o por el acondicionamiento del Aeropuerto de Santa Lucía.

Todos los medios de comunicación se han utilizado para discutir y opinar lo que conviene a México; sin dejar de especular sobre los negocios ocultos que tradicionalmente se presentan en toda obra pública por parte del gobierno; lo mismo en la federación que en las entidades federativas y municipios; puesto que de moches y diezmos se han forjado fortunas que convierten a políticos pobres en multimillonarios sexenales.

Los opositores al NAIM insisten en el grave error que significaría la construcción y operación del mencionado proyecto aeroportuario; rodeado por cuerpos de agua ubicados entre los municipios de Ciudad Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y Texcoco, incluyendo los cuerpos de agua identificados como Cola de Pato, Tesorito, Nabor Carrillo. Por lo que se pone en riesgo el cambio climático que podría dejar sin agua a una parte de la CDMX o en su caso, podría generar inundaciones con daños incalculables para las nuevas y modernas instalaciones del NAIM.

Por otro lado, hay quienes afirman, que los beneficiarios del NAIM, hasta hoy descubiertos, serían los empresarios Carlos Slim Helú, Bernardo Quintana, Carlos Hank Rhon, Hipólito G. Rivero y otros cinco empresarios más, a quienes se identifica como “los dueños de México”. Y para el caso de ganar la consulta pública en favor del aeropuerto de Santa Lucía, en opinión del ex senador del PAN Roberto Gil Zuarth, los mexicanos “”tendremos dos pistas pero no terminal””.

Lo cierto de todo el debate sobre la continuación del NAIM o la adecuación de Santa Lucía, es que, al final de cuentas será el pueblo el que pagará la construcción o adecuación que se decida; y parafraseando al secretario de Economía del gobierno que está por concluir, Ildefonso Guajardo Villarreal, diremos: “Que no todos viajan en avión, ni consumen turbosina”.

Pero los impuestos y las contribuciones que recauden para el pago del endeudamiento respectivo y para financiar el proyecto, sin importar cuál de los dos se construya, sí serán con cargo a todos los contribuyentes.


Por fin se ha dado fecha, del 25 al 28 de octubre, para participar en la Consulta Nacional del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México; y en los próximos días habrán de publicitarse los términos y condiciones para que quien así lo decida, se exprese con su voto sobre la construcción del NAIM o por el acondicionamiento del Aeropuerto de Santa Lucía.

Todos los medios de comunicación se han utilizado para discutir y opinar lo que conviene a México; sin dejar de especular sobre los negocios ocultos que tradicionalmente se presentan en toda obra pública por parte del gobierno; lo mismo en la federación que en las entidades federativas y municipios; puesto que de moches y diezmos se han forjado fortunas que convierten a políticos pobres en multimillonarios sexenales.

Los opositores al NAIM insisten en el grave error que significaría la construcción y operación del mencionado proyecto aeroportuario; rodeado por cuerpos de agua ubicados entre los municipios de Ciudad Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y Texcoco, incluyendo los cuerpos de agua identificados como Cola de Pato, Tesorito, Nabor Carrillo. Por lo que se pone en riesgo el cambio climático que podría dejar sin agua a una parte de la CDMX o en su caso, podría generar inundaciones con daños incalculables para las nuevas y modernas instalaciones del NAIM.

Por otro lado, hay quienes afirman, que los beneficiarios del NAIM, hasta hoy descubiertos, serían los empresarios Carlos Slim Helú, Bernardo Quintana, Carlos Hank Rhon, Hipólito G. Rivero y otros cinco empresarios más, a quienes se identifica como “los dueños de México”. Y para el caso de ganar la consulta pública en favor del aeropuerto de Santa Lucía, en opinión del ex senador del PAN Roberto Gil Zuarth, los mexicanos “”tendremos dos pistas pero no terminal””.

Lo cierto de todo el debate sobre la continuación del NAIM o la adecuación de Santa Lucía, es que, al final de cuentas será el pueblo el que pagará la construcción o adecuación que se decida; y parafraseando al secretario de Economía del gobierno que está por concluir, Ildefonso Guajardo Villarreal, diremos: “Que no todos viajan en avión, ni consumen turbosina”.

Pero los impuestos y las contribuciones que recauden para el pago del endeudamiento respectivo y para financiar el proyecto, sin importar cuál de los dos se construya, sí serán con cargo a todos los contribuyentes.