REFUNDIDO YA ESTÁ … Tras el descalabro que sufrió el Partido Revolucionario Institucional el pasado domingo uno de julio, donde por las siglas del tricolor sólo votaron en el país 7.6 millones de los 56.6 millones de ciudadanos que acudieron ese día a votar, algunos de los militantes que aún le quedan al PRI, porque muchos desde antes se fueron al partido Movimiento de Regeneración Nacional, mejor conocido como Morena, tratan de reagruparse para que el tricolor no se extinga, como avizoran analistas políticos.
Aquí en Veracruz, por ejemplo, el viernes pasado se reunieron militantes del PRI en la ciudad de Xalapa, integrantes de una autonombrada “Corriente Crítica Democratizadora Plural”, de la cual, entre otros, llevó la voz cantante Ricardo Olivares Pineda.
Él y sus acompañantes dejaron entrever que pese a la derrota electoral que los llevó al tercer lugar de las preferencias electorales, el PRI seguirá trabajando por un mejor Veracruz, haciendo suyas las palabras del malogrado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio cuando dijo: "Se equivocan quienes piensan que la transformación democrática de México exige la desaparición del PRI".
En ese tenor, la “Corriente Crítica Democratizadora Plural” de priistas en Veracruz evitará la extinción del Revolucionario Institucional como tal, para mantenerse y, en el mejor de los casos, refundarse para resurgir cual ave Fénix de sus propias cenizas,
Lo sucedido al PRI el pasado domingo uno de julio fue consecuencia de la necedad de los grupos que confluyen a su interior, quienes desoyeron a quienes les hacían ver que su refundación como partido debió darse desde la década de los ochenta, entre ellos Enrique Krauze, quien en su momento y en su cara, se lo expuso al neoliberal Carlos Salinas de Gortari.
A casi 30 años de ello, hoy el PRI tuvo que sufrir un aparatoso descalabro para que sus militantes y dirigentes se percataran de que su refundación es justa y necesaria, sin embargo, no visualizan quién o quiénes serán los que encabecen tamaña cruzada partidista. A una semana del descalabro, salvo Ricardo Olivares Pineda en Veracruz, nadie más ha salido a reconocer que aún les queda algo de pulsación y por ende algo de vida.
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