/ domingo 10 de junio de 2018

Estrategias de sumas y restas

A 17 días de concluir las actividades proselitistas de los candidatos a cargos de elección popular, se han puesto en marcha estrategias que buscan influir en las preferencias de los ciudadanos y minar mediáticamente a los adversarios políticos. En el PAN, por ejemplo, a nivel nacional se hacen anuncios de que algunos ex gobernadores y simpatizantes de la ex candidata presidencial independiente, Margarita Zavala, que se suman a Ricardo Anaya Cortés en su afán de darle batalla a un confiado Andrés Manuel López Obrador por la Presidencia de México, mientras José Antonio Meade permanece a la expectativa, muy alejado en sus posibilidades reales de competencia. En el estado, desde hace algunas semanas, y ayer ocurrió lo mismo, se anuncian renuncias de alcaldes, síndicos y regidores que pertenecen a otros partidos, especialmente del PRI y MORENA (aun siendo de municipios serranos muy modestos) que pasa a la causa de Miguel Ángel Yunes Márquez por la gubernatura de Veracruz, y en cambio, el rival a vencer Cuitláhuac García Jiménez, no da muestras de preocupación. A su vez, José Francisco Yunes Zorrila, quien según sus promotores ha ido creciendo en las encuestas, no da muestras de fortaleza. Mucho de lo que se habla ahora en la familia, la calle, entre amigos y gente que opina, las encuestas no siempre resultan confiables, como ya se ha visto en elecciones anteriores en que los resultados destruyen expectativas que generaron esas mediciones; las personas simplemente se reservan lo que realmente piensan y, a la hora buena, hacen valer su decisión. A sabiendas de esa realidad, los partidos y sus candidatos tratan de mandar señales de suma de simpatizantes, y cada vez con mayor frecuencia se advierte cómo tratan de competir con concentraciones masivas de personas, a veces no tan concurridas pero que se anuncian como tales, de 15 mil, 10 mil, ocho mil, cinco mil o tres mil asistentes a mítines que sirven para la foto pero que no garantizan que esas mismas vayan a votar por ellos. Van, como se sabe, por el interés de que les regalen algo de dinero, los inscriban en algún programa social o hasta una promesa de empleo o cargo en el futuro gobierno. De ahí que, lo más seguro es que esas adhesiones de políticos, sólo garanticen el voto del que se suma y no de todo un contingente que lo siga, a menos que se trate de un verdadero líder, de los que ya quedan pocos. ¿Y los que pierden a seguidores? Son votos importantes, sí, pero se duda que hagan mella, al menos no para cambiar el resultado, pues a estas alturas ya los ciudadanos saben a quién le darán su respaldo.


EL ARZOBISPO ALZA LA VOZ: HARTAZGO POR DELINCUENCIA

+++Tiene razón el obispo de Córdoba, monseñor Eduardo Patiño Leal, --en el país, y en la entidad que no es ajena a lo que sucede en otras partes y menos cuando a diario se transmiten noticias del acontecer diario--, las personas han decidido hacer justicia por propia mano. Es un delito proceder de esta manera, pero ante la incapacidad de las autoridades para frenar delitos comunes, los ciudadanos sin organizarse persiguen y detienen a ladrones, asaltantes o violadores y, en muchas ocasiones, la policía no llega a tiempo para salvarles la vida. Es lamentable que así ocurra. Ni siquiera es a petición de parte, de alguien que solicite auxilio, simplemente se percatan de lo que está pasando y en grupo se lanzan a agredir a esas personas que delinquen. Muchas veces hasta se enfrentan a las fuerzas del orden para evitar que se lleven a los maleantes, porque saben que los jueces los dejan libre, sea baja fianza o porque para la autoridad, no son delitos graves, o simplemente debido a que no hay una denuncia formal. Por lo que sea, no hay confianza en las autoridades ni en las instituciones. Eso acaba de pasar en Córdoba, donde las personas detuvieron a dos asaltantes. No está bien, como también plantea monseñor Patiño, sin embargo, hay el riesgo de que las cosas se radicalicen, pero eso será mientras siga la incompetencia para actuar y castigar a los delincuentes.

Escriba a opedro2006@gmail.com

A 17 días de concluir las actividades proselitistas de los candidatos a cargos de elección popular, se han puesto en marcha estrategias que buscan influir en las preferencias de los ciudadanos y minar mediáticamente a los adversarios políticos. En el PAN, por ejemplo, a nivel nacional se hacen anuncios de que algunos ex gobernadores y simpatizantes de la ex candidata presidencial independiente, Margarita Zavala, que se suman a Ricardo Anaya Cortés en su afán de darle batalla a un confiado Andrés Manuel López Obrador por la Presidencia de México, mientras José Antonio Meade permanece a la expectativa, muy alejado en sus posibilidades reales de competencia. En el estado, desde hace algunas semanas, y ayer ocurrió lo mismo, se anuncian renuncias de alcaldes, síndicos y regidores que pertenecen a otros partidos, especialmente del PRI y MORENA (aun siendo de municipios serranos muy modestos) que pasa a la causa de Miguel Ángel Yunes Márquez por la gubernatura de Veracruz, y en cambio, el rival a vencer Cuitláhuac García Jiménez, no da muestras de preocupación. A su vez, José Francisco Yunes Zorrila, quien según sus promotores ha ido creciendo en las encuestas, no da muestras de fortaleza. Mucho de lo que se habla ahora en la familia, la calle, entre amigos y gente que opina, las encuestas no siempre resultan confiables, como ya se ha visto en elecciones anteriores en que los resultados destruyen expectativas que generaron esas mediciones; las personas simplemente se reservan lo que realmente piensan y, a la hora buena, hacen valer su decisión. A sabiendas de esa realidad, los partidos y sus candidatos tratan de mandar señales de suma de simpatizantes, y cada vez con mayor frecuencia se advierte cómo tratan de competir con concentraciones masivas de personas, a veces no tan concurridas pero que se anuncian como tales, de 15 mil, 10 mil, ocho mil, cinco mil o tres mil asistentes a mítines que sirven para la foto pero que no garantizan que esas mismas vayan a votar por ellos. Van, como se sabe, por el interés de que les regalen algo de dinero, los inscriban en algún programa social o hasta una promesa de empleo o cargo en el futuro gobierno. De ahí que, lo más seguro es que esas adhesiones de políticos, sólo garanticen el voto del que se suma y no de todo un contingente que lo siga, a menos que se trate de un verdadero líder, de los que ya quedan pocos. ¿Y los que pierden a seguidores? Son votos importantes, sí, pero se duda que hagan mella, al menos no para cambiar el resultado, pues a estas alturas ya los ciudadanos saben a quién le darán su respaldo.


EL ARZOBISPO ALZA LA VOZ: HARTAZGO POR DELINCUENCIA

+++Tiene razón el obispo de Córdoba, monseñor Eduardo Patiño Leal, --en el país, y en la entidad que no es ajena a lo que sucede en otras partes y menos cuando a diario se transmiten noticias del acontecer diario--, las personas han decidido hacer justicia por propia mano. Es un delito proceder de esta manera, pero ante la incapacidad de las autoridades para frenar delitos comunes, los ciudadanos sin organizarse persiguen y detienen a ladrones, asaltantes o violadores y, en muchas ocasiones, la policía no llega a tiempo para salvarles la vida. Es lamentable que así ocurra. Ni siquiera es a petición de parte, de alguien que solicite auxilio, simplemente se percatan de lo que está pasando y en grupo se lanzan a agredir a esas personas que delinquen. Muchas veces hasta se enfrentan a las fuerzas del orden para evitar que se lleven a los maleantes, porque saben que los jueces los dejan libre, sea baja fianza o porque para la autoridad, no son delitos graves, o simplemente debido a que no hay una denuncia formal. Por lo que sea, no hay confianza en las autoridades ni en las instituciones. Eso acaba de pasar en Córdoba, donde las personas detuvieron a dos asaltantes. No está bien, como también plantea monseñor Patiño, sin embargo, hay el riesgo de que las cosas se radicalicen, pero eso será mientras siga la incompetencia para actuar y castigar a los delincuentes.

Escriba a opedro2006@gmail.com