/ miércoles 14 de agosto de 2019

Facebook es un libro abierto

Existe una relación dialéctica —coevolución, la llaman algunos— entre los hombres y la tecnología, relación contradictoria puesto que los hombres crean la tecnología para dominar la naturaleza y la dinámica social. Pero se llega al punto en el cual la tecnología parece dominarnos y moldear nuestros pensamientos y conducta. Lo que es particularmente cierto para las avanzadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las cuales nos abren la puerta a un mundo de comunicación planetaria en donde formamos parte de una compleja red social en la que cada uno de nosotros es un nodo, núcleo de alguna sub-red de la mega red global. Esta última está compuesta por la interacción de esta multitud de agentes, seres humanos o “bots”, que la conforman y puede descomponerse en incontables sub-redes interactuantes. De tal forma que la red de la que soy el nodo central está compuesta por quienes defino como “amigos”, así como los amigos de estos amigos y las respectivas redes centradas en cada uno de ellos y así sucesivamente hasta alcanzar la muchedumbre de agentes que conforman la mega-red. Aun cuando plataformas que sustentan estas redes, como Facebook (feis), tienen opciones de privacidad para que cada usuario elija la comunidad de agentes con quien desea interactuar.

La esencia de Facebook es muy sencilla: es una red que conecta personas con personas. El espíritu de la red sigue siendo un espíritu muy orientado a las vidas personales, algo que precisamente las marcas deben tener muy en cuenta si quieren “enganchar” a los usuarios.

En ese sentido, las funcionalidades más importantes son las que te permiten encontrar amigos con el buscador de amigos de Facebook para conectarte con ellos e interactuar: contarles cosas de tí (tu estado de ánimo, cosas que te han pasado, etcétera), compartir recursos (páginas web, fotos, etcétera) o incluso realizar encuestas.

Considero que resulta importante destacar que, en particular, el feis es un libro abierto no sólo para que cada agente escriba en él cualquier mensaje que le venga en gana, sino también para recibir mensajes de los agentes con quienes se comunica —miles o millones— o de quien se tome la molestia de enviar mensajes a su muro en feis. Entonces es un libro que se escribe por el titular de la cuenta y sus contactos.

Es así como se configura una especie de clon desfigurado del usuario; lo que se conoce como el perfil del usuario, una doble personalidad construida por el propio usuario y, potencialmente por el resto de usuarios del feis.

La personalidad del usuario se desdobla en dos: la persona real, usuaria de la plataforma y su otro yo, el personaje virtual creado en feis, que se crea y evoluciona según el guión escrito en el libro abierto que es el feis, por el usuario y muchos otros usuarios de la mega red. Situación que da origen no sólo a la realidad relativa de la doble identidad de los sujetos, sino también pone en riesgo al sujeto verdadero y a sus familiares y amigos al dejar expuesta su privacidad y la de sus contactos más cercanos. También, cómo se constata a diario, expone su integridad física y hasta sus vidas.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.

Existe una relación dialéctica —coevolución, la llaman algunos— entre los hombres y la tecnología, relación contradictoria puesto que los hombres crean la tecnología para dominar la naturaleza y la dinámica social. Pero se llega al punto en el cual la tecnología parece dominarnos y moldear nuestros pensamientos y conducta. Lo que es particularmente cierto para las avanzadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las cuales nos abren la puerta a un mundo de comunicación planetaria en donde formamos parte de una compleja red social en la que cada uno de nosotros es un nodo, núcleo de alguna sub-red de la mega red global. Esta última está compuesta por la interacción de esta multitud de agentes, seres humanos o “bots”, que la conforman y puede descomponerse en incontables sub-redes interactuantes. De tal forma que la red de la que soy el nodo central está compuesta por quienes defino como “amigos”, así como los amigos de estos amigos y las respectivas redes centradas en cada uno de ellos y así sucesivamente hasta alcanzar la muchedumbre de agentes que conforman la mega-red. Aun cuando plataformas que sustentan estas redes, como Facebook (feis), tienen opciones de privacidad para que cada usuario elija la comunidad de agentes con quien desea interactuar.

La esencia de Facebook es muy sencilla: es una red que conecta personas con personas. El espíritu de la red sigue siendo un espíritu muy orientado a las vidas personales, algo que precisamente las marcas deben tener muy en cuenta si quieren “enganchar” a los usuarios.

En ese sentido, las funcionalidades más importantes son las que te permiten encontrar amigos con el buscador de amigos de Facebook para conectarte con ellos e interactuar: contarles cosas de tí (tu estado de ánimo, cosas que te han pasado, etcétera), compartir recursos (páginas web, fotos, etcétera) o incluso realizar encuestas.

Considero que resulta importante destacar que, en particular, el feis es un libro abierto no sólo para que cada agente escriba en él cualquier mensaje que le venga en gana, sino también para recibir mensajes de los agentes con quienes se comunica —miles o millones— o de quien se tome la molestia de enviar mensajes a su muro en feis. Entonces es un libro que se escribe por el titular de la cuenta y sus contactos.

Es así como se configura una especie de clon desfigurado del usuario; lo que se conoce como el perfil del usuario, una doble personalidad construida por el propio usuario y, potencialmente por el resto de usuarios del feis.

La personalidad del usuario se desdobla en dos: la persona real, usuaria de la plataforma y su otro yo, el personaje virtual creado en feis, que se crea y evoluciona según el guión escrito en el libro abierto que es el feis, por el usuario y muchos otros usuarios de la mega red. Situación que da origen no sólo a la realidad relativa de la doble identidad de los sujetos, sino también pone en riesgo al sujeto verdadero y a sus familiares y amigos al dejar expuesta su privacidad y la de sus contactos más cercanos. También, cómo se constata a diario, expone su integridad física y hasta sus vidas.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.