/ domingo 25 de octubre de 2020

Fractura en el PAN

Si hay un partido que en Veracruz enfrenta problemas de división interna, ese es Acción Nacional.

Los grupos simplemente no se ponen de acuerdo y parecen incapaces de enfrentar en condiciones de unidad el proceso electoral de 2021.

Han pasado casi dos años de la elección interna del 11 de noviembre de 2018; en esa ocasión, José de Jesús Mancha Alarcón, alfil del grupo Yunes de Boca de Río, se alzó con la victoria.

Intentaba repetir en la dirigencia y en su primer intento obtuvo 9 mil 530 votos contra 9 mil 101 de Joaquín Guzmán Avilés.

La elección fue anulada tras un largo y tortuoso proceso para analizar y desahogar todas las impugnaciones.

El 17 de julio de 2018, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló la elección interna panista y ordenó que se realizara una elección extraordinaria, dado que se acreditaron irregularidades en la cadena de custodia del material electoral, lo que habría afectado la validez del resultado.

El partido se vio obligado a convocar a nuevas elecciones internas, mismas que se desarrollaron el 8 de septiembre de 2019.

En ese nuevo proceso, José de Jesús Mancha perdió y presentó un recurso de inconformidad cuatro días después, el 12 de septiembre, ante las instancias del partido, que al final le dieron la razón a Joaquín Guzmán.

El problema es que las heridas que dejó dicho proceso interno parece que no cicatrizaron; el partido quedó dividido en dos; por un lado, el grupo de la familia Yunes, con algunos aliados, entre los que se encuentran diputados locales como Sergio Hernández y Maryjose Gamboa, así como el propio Mancha.

Por el otro, los grupos que impulsaron a Guzmán Avilés, entre los que destacan Enrique Cambranis, Tito Delfín, Víctor Serralde y, sobre todo, el senador Julen Rementería.

Hoy, en las vísperas del proceso electoral de 2021, la fractura azul se profundiza en la lucha por los espacios y se convierte en una seria amenaza para el partido. El sábado pasado, al celebrarse la reunión del Consejo Estatal del partido, la división fue evidente; los integrantes de dicho órgano eligieron a los integrantes de las comisiones de Vigilancia, Orden y Doctrina.

La encerrona panista fue acalorada y no faltaron acusaciones mutuas entre los grupos; hubo incluso, una amenaza de denuncia contra el ex dirigente José de Jesús Mancha, por una expresión inapropiada contra una mujer que forma parte del Consejo.

Le dijo “muchachita, no te conozco” y con ello comenzaron los señalamientos por presunta misoginia y violencia política de género.

En todo caso, el tema no pasará de ser anecdótico, porque dicha expresión no podría interpretarse como agresión, agravio u ofensa para la mujer.

Al final, lo que quedó claro en la reunión del Consejo Estatal del PAN es que la fractura interna no sólo está lejos de resolverse, sino que amenaza con profundizarse todavía más.

Y eso que aún no inicia el proceso de selección de candidatos a las alcaldías, sindicaturas, regidurías y diputaciones.

Si hay un partido que en Veracruz enfrenta problemas de división interna, ese es Acción Nacional.

Los grupos simplemente no se ponen de acuerdo y parecen incapaces de enfrentar en condiciones de unidad el proceso electoral de 2021.

Han pasado casi dos años de la elección interna del 11 de noviembre de 2018; en esa ocasión, José de Jesús Mancha Alarcón, alfil del grupo Yunes de Boca de Río, se alzó con la victoria.

Intentaba repetir en la dirigencia y en su primer intento obtuvo 9 mil 530 votos contra 9 mil 101 de Joaquín Guzmán Avilés.

La elección fue anulada tras un largo y tortuoso proceso para analizar y desahogar todas las impugnaciones.

El 17 de julio de 2018, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló la elección interna panista y ordenó que se realizara una elección extraordinaria, dado que se acreditaron irregularidades en la cadena de custodia del material electoral, lo que habría afectado la validez del resultado.

El partido se vio obligado a convocar a nuevas elecciones internas, mismas que se desarrollaron el 8 de septiembre de 2019.

En ese nuevo proceso, José de Jesús Mancha perdió y presentó un recurso de inconformidad cuatro días después, el 12 de septiembre, ante las instancias del partido, que al final le dieron la razón a Joaquín Guzmán.

El problema es que las heridas que dejó dicho proceso interno parece que no cicatrizaron; el partido quedó dividido en dos; por un lado, el grupo de la familia Yunes, con algunos aliados, entre los que se encuentran diputados locales como Sergio Hernández y Maryjose Gamboa, así como el propio Mancha.

Por el otro, los grupos que impulsaron a Guzmán Avilés, entre los que destacan Enrique Cambranis, Tito Delfín, Víctor Serralde y, sobre todo, el senador Julen Rementería.

Hoy, en las vísperas del proceso electoral de 2021, la fractura azul se profundiza en la lucha por los espacios y se convierte en una seria amenaza para el partido. El sábado pasado, al celebrarse la reunión del Consejo Estatal del partido, la división fue evidente; los integrantes de dicho órgano eligieron a los integrantes de las comisiones de Vigilancia, Orden y Doctrina.

La encerrona panista fue acalorada y no faltaron acusaciones mutuas entre los grupos; hubo incluso, una amenaza de denuncia contra el ex dirigente José de Jesús Mancha, por una expresión inapropiada contra una mujer que forma parte del Consejo.

Le dijo “muchachita, no te conozco” y con ello comenzaron los señalamientos por presunta misoginia y violencia política de género.

En todo caso, el tema no pasará de ser anecdótico, porque dicha expresión no podría interpretarse como agresión, agravio u ofensa para la mujer.

Al final, lo que quedó claro en la reunión del Consejo Estatal del PAN es que la fractura interna no sólo está lejos de resolverse, sino que amenaza con profundizarse todavía más.

Y eso que aún no inicia el proceso de selección de candidatos a las alcaldías, sindicaturas, regidurías y diputaciones.