Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, “crear” una empresa es más fácil que soltar una de sus miles de promesas que ha dicho en su eterna campaña, y qué bueno que así fuera, crear a bote pronto con el propósito de beneficiar la economía familiar de los más de 120 millones de mexicanos.
Sin duda, la creación de la empresa Gas Bienestar es otra ocurrencia más del titular del Ejecutivo federal, y considerando lo dicho por él mismo, que “no lleva nada preparado, ni pensado” a sus ya conocidas mañaneras, exageró con decir que en tres meses estaría operando.
Y si tomamos en cuenta algunas de sus declaraciones, como en 2019, cuando dijo que en seis meses acabaría con la corrupción, lo mismo dijo con la inseguridad, no desconfiaría que la misma suerte corra la proposición de empresa gubernamental gasera que quiere crear en su administración.
Esto, ante la reciente alza en el precio del gas LP y con ello la realidad de una de tantas promesas fallidas del presidente, donde la única verdad que ha dicho en su mañanera es que el alza en los precios del gas lo está dejando como “un demagogo y mentiroso” y el costo de este producto básico no ha disminuido.
Y fiel a su costumbre, ataca a los organismos autónomos, en este caso a la Comisión Federal de Competencia (Cofece), calificándola como un "cero a la izquierda", bajo el argumento que las “distribuidoras ofrecen al consumidor muy caro el gas que les vende Pemex”.
Tal parece que las prematuras ideas de Andrés Manuel no le dejan ver que el país no es autosuficiente en gas LP, y en el temible caso de encauzar esta empresa que, por cierto, nacería muerta, este combustible se tendría que importar y por ende, su adquisición tendrá que incluir costos de producción con el precio que determine el mercado internacional.
Es decir, al comprar el gas licuado de petróleo en el extranjero, esto incluiría los costos de transportación, comercialización y almacenamiento; y con este proceso no hay manera de cómo ofrecer el gas a un costo más bajo “casa por casa”, como pretende el presidente.
Analistas y expertos en el tema han explicado que todo esto sería solo una ilusión del gobierno, que tiene una paraestatal endeudada, además de ser inviable porque esta nueva empresa por los altos costos de inversión solo afectará las finanzas públicas y generaría un clima de incertidumbre para el capital privado.
Esta apresurada idea solo parece otro distractor más, una propuesta de un pleno acto de campaña para aumentar su aceptación con el electorado, sería absurdo que AMLO no prevea que crear la empresa no le garantiza ofrecer gas a un menor precio, y sería doblemente oneroso para las finanzas de un país en crisis.
López Obrador utiliza la palabra “Bienestar” como su moneda política, todo en beneficio de su partido, Morena, con el falso objetivo de mejorar la calidad de vida de los mexicanos y ahora quiere aplicarla en sus programas sociales y en sus improvisadas promesas incumplidas, en este caso al no bajar el costo del gas LP, por la pésima gestión de un ingeniero agrónomo que dirige Pemex y la falta de subsidios por parte del gobierno federal.
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