/ miércoles 25 de agosto de 2021

Gestionar el ambiente, vivir el ahora

Estamos dentro de un gran momento histórico para toda la humanidad, donde pasado, presente y futuro convergen en una línea vertical ascendente, que nos habrá de impulsar a la economía de un nuevo mundo.

Y cuando hablo de economía, no sólo me refiero al dinero, sino también al manejo de nuestras emociones, al trato personal para con nosotros y los demás, a la racionalización de nuestras fuerzas físicas, anímicas o emocionales, al empalme entre los diversos modos del pensamiento, considerando que los principales tironeos se han venido dando en el interior de diversos hogares, ante la reformulación en la convivencia general y los roles de los individuos, en lo particular. En consecuencia, tenemos por delante el ahora, el presente, para moldear un mejor mañana, que siempre será en el ahora, o como presente continuo.

Del 2010 a noviembre de 2019 (a vía de reflexión) éramos una sociedad libre, sin más que ir a trabajar, tratar con los problemas habituales, sin tener que andarnos cuidando de la cercanía con otros seres humanos en cines, comercios, eventos artísticos, políticos u otras actividades, a lo cual se lleva a cabo en la actualidad la vacunación más amplia y feroz de la historia moderna, debido al fenómeno biológico por el cual se ha reformulado la sociedad mundial en su generalidad.

Vemos y valoramos la figura de los profesionales y auxiliares en el sector salud, ya que en algún momento aminorará el fenómeno “psicobiológico” que nos viene impactando. Y todos nosotros somos, de alguna manera, gente muy afortunada. Así el otro día caminaba en bajada por una conocida y típica calle de mi barrio, cuando escuché a una señora decir: “algo de comida que les sobre, algo con que me gusten apoyar”. De tal modo hablé con ella y me regresé a mi domicilio, entré por unas latas de sardina, unos jabones y se los entregué; ella, muy agradecida, tomó los productos y los introdujo en una bolsa mediana de lona, me dio las gracias y nos despedimos.

Este simple acto que les comento se me hace algo muy congruente, y además sin ventaja para nadie, pues vemos a mucha gente por la calle que sólo pide dinero en efectivo y no sabemos cuál será el destino del mismo, ya que en una ocasión me platicaron de una conocida señora que pedía limosna piadosamente en el centro de Xalapa, pero que ya entrada la noche la iban a recoger en un coche de lujo, y esta misma persona (se decía) era dueña de dos patios de vecindad, de los cuales cobraba sus respectivas rentas. Qué barbaridad, cuánto descaro, es mil veces preferible pedir comida.

Cuando usted gestiona algo está tratando de arreglar y/o mejorar algún tipo de asunto o requerimiento, sea suyo, de algún familiar, amistad o conocido, incluso de un desconocido, cuando lo que pide lo hace con toda sinceridad. Actualmente el gobierno federal, encabezado por el señor presidente López Obrador, ha echado a andar los más fuertes apoyos sociales nunca antes vistos, y aunque hay quienes lo toman a duplicidad, como un te doy para que me apoyes, no lo veo así. Por el contrario, es una manera de mitigar y aminorar la carencia de ingresos en las familias con menor poder adquisitivo. ¿Que a qué clase social pertenecemos?, bien diría que entre acaudalados, medio riquillos, medio solventes, y los más necesitados se nota la gestión de nuestro ahora en el aspecto social.

Estamos dentro de un gran momento histórico para toda la humanidad, donde pasado, presente y futuro convergen en una línea vertical ascendente, que nos habrá de impulsar a la economía de un nuevo mundo.

Y cuando hablo de economía, no sólo me refiero al dinero, sino también al manejo de nuestras emociones, al trato personal para con nosotros y los demás, a la racionalización de nuestras fuerzas físicas, anímicas o emocionales, al empalme entre los diversos modos del pensamiento, considerando que los principales tironeos se han venido dando en el interior de diversos hogares, ante la reformulación en la convivencia general y los roles de los individuos, en lo particular. En consecuencia, tenemos por delante el ahora, el presente, para moldear un mejor mañana, que siempre será en el ahora, o como presente continuo.

Del 2010 a noviembre de 2019 (a vía de reflexión) éramos una sociedad libre, sin más que ir a trabajar, tratar con los problemas habituales, sin tener que andarnos cuidando de la cercanía con otros seres humanos en cines, comercios, eventos artísticos, políticos u otras actividades, a lo cual se lleva a cabo en la actualidad la vacunación más amplia y feroz de la historia moderna, debido al fenómeno biológico por el cual se ha reformulado la sociedad mundial en su generalidad.

Vemos y valoramos la figura de los profesionales y auxiliares en el sector salud, ya que en algún momento aminorará el fenómeno “psicobiológico” que nos viene impactando. Y todos nosotros somos, de alguna manera, gente muy afortunada. Así el otro día caminaba en bajada por una conocida y típica calle de mi barrio, cuando escuché a una señora decir: “algo de comida que les sobre, algo con que me gusten apoyar”. De tal modo hablé con ella y me regresé a mi domicilio, entré por unas latas de sardina, unos jabones y se los entregué; ella, muy agradecida, tomó los productos y los introdujo en una bolsa mediana de lona, me dio las gracias y nos despedimos.

Este simple acto que les comento se me hace algo muy congruente, y además sin ventaja para nadie, pues vemos a mucha gente por la calle que sólo pide dinero en efectivo y no sabemos cuál será el destino del mismo, ya que en una ocasión me platicaron de una conocida señora que pedía limosna piadosamente en el centro de Xalapa, pero que ya entrada la noche la iban a recoger en un coche de lujo, y esta misma persona (se decía) era dueña de dos patios de vecindad, de los cuales cobraba sus respectivas rentas. Qué barbaridad, cuánto descaro, es mil veces preferible pedir comida.

Cuando usted gestiona algo está tratando de arreglar y/o mejorar algún tipo de asunto o requerimiento, sea suyo, de algún familiar, amistad o conocido, incluso de un desconocido, cuando lo que pide lo hace con toda sinceridad. Actualmente el gobierno federal, encabezado por el señor presidente López Obrador, ha echado a andar los más fuertes apoyos sociales nunca antes vistos, y aunque hay quienes lo toman a duplicidad, como un te doy para que me apoyes, no lo veo así. Por el contrario, es una manera de mitigar y aminorar la carencia de ingresos en las familias con menor poder adquisitivo. ¿Que a qué clase social pertenecemos?, bien diría que entre acaudalados, medio riquillos, medio solventes, y los más necesitados se nota la gestión de nuestro ahora en el aspecto social.