/ domingo 22 de noviembre de 2020

Gobernador, mal y de malas

Se acusa de todo al gobernador Cuitlahuac García Jiménez, con razón o sin ella, sea por motivos políticos o porque así son de claridosos los veracruzanos.

De su inexperiencia e indolencia política, falta de empatía con sus gobernados, improductividad y dejar en manos de su segundo de a bordo el manejo de su gobierno; auspiciar el nepotismo y permitirlo en funcionarios del gabinete, incluso en diputados de su partido que han colocado hasta a ocho familiares en cargos públicos; convalidar asignaciones directas, con sobreprecio o presumiblemente irregulares, favoreciendo a contratistas foráneos como fue la adquisición de 160 patrullas para la Secretaría de Seguridad Pública y compra de medicamentos a una empresa vinculada a un súper delegado de la 4T; no ejercer el gasto programado en nombre de la austeridad y esos montos retornarlos a la Tesorería de la Federación, y ni se diga de sus constantes lapsus linguis. Es, por esas razones, uno de los gobernantes más criticados, y se refleja en la percepción de un mal gobierno, aunque otras encuestas lo colocan en otro posicionamiento. Concediéndole el beneficio de la duda y pudiera quedarse a concluir su gobierno, aún tiene cuatro años para rehacerse, apretar tuercas, tomar el timón con firmeza, reorientar el rumbo de la nave y terminar más o menos bien su gobierno; pero también corre el riesgo de que pueda irle peor en el ejercicio de su encargo, o después de concluirlo, como ya dio aviso la Auditoría Superior de la Federación, por inconsistencias o mal manejo de recursos públicos. No es un buen escenario, y ya se ha dicho en este mismo espacio, que su primera gran prueba será en la elección de 2021. Este contexto se plantea por el reciente caso de un vendedor ambulante que se le acercó en el parque Juárez a venderle chocolate. “Sólo uno que me compre señor; échame la mano, sólo esta vez, sólo esta vez señor”, le suplicaba. “No se vende, apóyeme. Tengo mucho problema económico, señor. Por favor, gobernador”, mientras García Jiménez lo volteaba a ver brevemente, con una leve sonrisa, sin decirle una sola palabra para atender ese ruego. Tampoco se acercó alguno de sus muchos colaboradores que lo acompañaban para dialogar con el comerciante callejero, o no se observa en el video que se difundió profundamente el fin de semana en redes sociales. Obvio, dicha grabación, seguramente filtrada con la clara intención de exhibir la insensibilidad del mandatario, logró su cometido: generar una mala opinión del Ejecutivo; sin embargo no hubo una rápida respuesta, hasta ayer que vagamente se colaron comentarios de que sí le habían comprado chocolates al vendedor y el propio mandatario dio instrucciones “para que recibiera apoyo económico, vía un programa emergente de crédito”, cuestión que no se acreditó y quedó como un simple ardid político para intentar un demorado control de daños. Mal y de malas el gobernador y su equipo.

Personal médico y de enfermería de la Delegación Norte del IMSS recibió la condecoración Miguel Hidalgo en Grado Collar por su heroica entrega y profesionalismo en la atención de pacientes durante la emergencia sanitaria por el virus SARS-CoV2 (COVID-19), cuyo premio consiste en diploma, roseta alusiva y 50 mil pesos. Uno de los galardonados fue el eminente neumólogo e internista Amado Ramírez Hernández, de la UMAE 14 de Veracruz, el enfermero especialista en Cuidados Intensivos y postécnico en Nefrología y líder de equipo Covid-19, Carlos Teodosio Olmedo; enfermera especialista en Cuidados Intensivos, Fanny Serrano Domínguez y la auxiliar de Enfermería, Karla Ivonne Vázquez Luna, del Hospital General de Zona (HGZ) 11 de Xalapa y la enfermera General, Anel del Carmen Ugalde Ramos y el médico Anestesiólogo, Jesús David Fuentes Leal, del Hospital General de Zona (HGZ) 71 de Veracruz. Enhorabuena.

E-mail:

opedro2006@gmail.com

Se acusa de todo al gobernador Cuitlahuac García Jiménez, con razón o sin ella, sea por motivos políticos o porque así son de claridosos los veracruzanos.

De su inexperiencia e indolencia política, falta de empatía con sus gobernados, improductividad y dejar en manos de su segundo de a bordo el manejo de su gobierno; auspiciar el nepotismo y permitirlo en funcionarios del gabinete, incluso en diputados de su partido que han colocado hasta a ocho familiares en cargos públicos; convalidar asignaciones directas, con sobreprecio o presumiblemente irregulares, favoreciendo a contratistas foráneos como fue la adquisición de 160 patrullas para la Secretaría de Seguridad Pública y compra de medicamentos a una empresa vinculada a un súper delegado de la 4T; no ejercer el gasto programado en nombre de la austeridad y esos montos retornarlos a la Tesorería de la Federación, y ni se diga de sus constantes lapsus linguis. Es, por esas razones, uno de los gobernantes más criticados, y se refleja en la percepción de un mal gobierno, aunque otras encuestas lo colocan en otro posicionamiento. Concediéndole el beneficio de la duda y pudiera quedarse a concluir su gobierno, aún tiene cuatro años para rehacerse, apretar tuercas, tomar el timón con firmeza, reorientar el rumbo de la nave y terminar más o menos bien su gobierno; pero también corre el riesgo de que pueda irle peor en el ejercicio de su encargo, o después de concluirlo, como ya dio aviso la Auditoría Superior de la Federación, por inconsistencias o mal manejo de recursos públicos. No es un buen escenario, y ya se ha dicho en este mismo espacio, que su primera gran prueba será en la elección de 2021. Este contexto se plantea por el reciente caso de un vendedor ambulante que se le acercó en el parque Juárez a venderle chocolate. “Sólo uno que me compre señor; échame la mano, sólo esta vez, sólo esta vez señor”, le suplicaba. “No se vende, apóyeme. Tengo mucho problema económico, señor. Por favor, gobernador”, mientras García Jiménez lo volteaba a ver brevemente, con una leve sonrisa, sin decirle una sola palabra para atender ese ruego. Tampoco se acercó alguno de sus muchos colaboradores que lo acompañaban para dialogar con el comerciante callejero, o no se observa en el video que se difundió profundamente el fin de semana en redes sociales. Obvio, dicha grabación, seguramente filtrada con la clara intención de exhibir la insensibilidad del mandatario, logró su cometido: generar una mala opinión del Ejecutivo; sin embargo no hubo una rápida respuesta, hasta ayer que vagamente se colaron comentarios de que sí le habían comprado chocolates al vendedor y el propio mandatario dio instrucciones “para que recibiera apoyo económico, vía un programa emergente de crédito”, cuestión que no se acreditó y quedó como un simple ardid político para intentar un demorado control de daños. Mal y de malas el gobernador y su equipo.

Personal médico y de enfermería de la Delegación Norte del IMSS recibió la condecoración Miguel Hidalgo en Grado Collar por su heroica entrega y profesionalismo en la atención de pacientes durante la emergencia sanitaria por el virus SARS-CoV2 (COVID-19), cuyo premio consiste en diploma, roseta alusiva y 50 mil pesos. Uno de los galardonados fue el eminente neumólogo e internista Amado Ramírez Hernández, de la UMAE 14 de Veracruz, el enfermero especialista en Cuidados Intensivos y postécnico en Nefrología y líder de equipo Covid-19, Carlos Teodosio Olmedo; enfermera especialista en Cuidados Intensivos, Fanny Serrano Domínguez y la auxiliar de Enfermería, Karla Ivonne Vázquez Luna, del Hospital General de Zona (HGZ) 11 de Xalapa y la enfermera General, Anel del Carmen Ugalde Ramos y el médico Anestesiólogo, Jesús David Fuentes Leal, del Hospital General de Zona (HGZ) 71 de Veracruz. Enhorabuena.

E-mail:

opedro2006@gmail.com