A solo unos días de que (por fin) concluyera el proceso electoral, se cerraran campañas y nos dejaran a las personas votantes algunos días para “reflexionar nuestro voto”, la cantante coahuilense Vivir Quintana nos regaló (como siempre) un tema hermoso que concentra deseos, exigencias e instrucciones para que una mujer gobierne México.
“Compañera Presidenta” se dio a conocer por la cantante el pasado 27 de mayo y en este tema de su autoría hace un recuento de las más grandes tragedias que vivimos las mujeres en México, pero también expresa el anhelo de que las cosas cambien cuando una mujer encabece los destinos del país, sea quien sea.
Hoy ya tenemos el nombre de quien ha sido electa como presidenta de la República y junto con ella, en la recta final de 2024, trece mujeres más gobernarán igual número de entidades del país.
Derivado de los resultados del pasado 2 de junio, Guanajuato, Morelos y Veracruz serán gobernados por mujeres por primera vez, en un hecho histórico sin precedentes. ¿Qué significa o que debería significar que gran parte del territorio nacional esté gobernado por mujeres y que la titular del Ejecutivo del país sea mujer?
Una frase feminista reza “cuerpo de mujer no garantiza que se trabaje a favor de las mujeres”, pero en esta ocasión exigimos que así sea. Bien sabemos que el ámbito político y el ejercicio de gobernar están vestidos de una normalidad machista que cuesta las vidas de mujeres y personas de las disidencias sexogenéricas, pero en esta ocasión esperamos que las decisiones de gobierno y sus resultados sean diferentes.
Hace unos días me preguntaron: “¿qué necesita trabajar la gobernadora electa de Veracruz en el tema de mujeres?”, y casi sin pensarlo respondí que no inventara el hilo negro, sino que hiciera eficientes las instituciones que ya se encuentran funcionando en la entidad y que fueron creadas para defender la vida y derechos humanos de las mujeres en los diferentes ámbitos de prevención, sanción, justicia y reparación.
Esas instancias nunca han funcionado debidamente, ya sea por falta de presupuesto, infraestructura o de directoras y personal experto. Desde hace décadas han terminado siendo guarida de personas que no saben del tema y ni les interesa.
Haciendo más eficientes a dichas instancias en materia presupuestal, dándoles dignidad, presencia y carácter resolutivo, integrando a personal experto, tres son los temas fundamentales en los que debe trabajar la primera Gobernadora de Veracruz a favor de más de la mitad de la población de la entidad:
- Atención estratégica a las dos Declaratorias de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres del estado de Veracruz. Recordemos que por Feminicidio y Agravio Comparado, en 2016 y 2017, se implementaron y poco se ha hecho para darles cauce. Reducir levemente el número de feminicidios o legalizar el aborto hasta las doce semanas de gestación, no implica que el gobierno local esté atendiendo debidamente la situación. Hay que construir una estrategia que eficiente resultados, mejore la inversión de recursos y salve las vidas de las que habitamos en este territorio. En Veracruz no hay medicamentos ni material para acceder al derecho de la interrupción del embarazo, tampoco hay medidas de prevención del feminicidio. Por otro lado, tenemos una solicitud en curso para implementar una tercera Alerta, en esta ocasión por Desaparición de mujeres. Esto es un claro reflejo de que nuestro estado es especialmente peligroso para todas. Es urgente resolver la situación y una de las vías estratégicas para hacerlo es la resolución puntual de las Alertas.
- Dignificar las instancias y espacios gubernamentales creados para servir a las veracruzanas. No es justo que el Instituto Veracruzano de las Mujeres carezca desde hace años de una titular acorde a los requerimientos que marca la ley o que el Centro de Justicia de las Mujeres no tenga al frente a una persona experta o que mínimamente sepa sobre las responsabilidades que implica su cargo. Es denigrante observar estos espacios en el abandono, sin cumplir fehacientemente con sus funciones y burocratizando la política pública con perspectiva de género. Se envía un mal mensaje a las mujeres de todo el estado y del país: no hay interés, ni responsabilidad de la autoridad.
- Acercamiento a las organizaciones y redes de mujeres feministas de la sociedad civil que desde hace décadas trabajamos el tema, con o sin recursos; también a las académicas que hemos dedicado nuestra agenda de investigación y conocimientos para dar elementos de resolución y abordaje a las problemáticas que enfrentan las veracruzanas. Ello permitirá conocer la situación desde los territorios en donde se padece frontalmente la violencia de género, además de tejer compromisos conjuntos entre gobierno y sociedad civil organizada.
Es decir, deseamos un gobierno sin machismos, sin políticas de muerte para las mujeres que se disfrazan de bien común. Somos más de la mitad de la población. Que no se olvide. Sería fabuloso observar cómo una mujer en el poder pone manos a la obra y resuelve la situación. Estamos ante una oportunidad histórica. No la desperdicie, Gobernadora.
*Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana