/ sábado 24 de junio de 2017

Gobierno democrático: un proyecto social de nación

La siguiente es un extracto de la ponencia presentada por un servidor dentro de los trabajos rumbo a la XXII Asamblea Nacional del PRI. Estoy seguro que todo esfuerzo por renovar nuestro partido y cambiar la forma de entender la política en México nunca será un esfuerzo menor.

Desde aquí la demanda es por un involucramiento mucho mayor de nuestros líderes políticos. Creo firmemente que dicho involucramiento directo con la militancia es la única vía de renovación verdadera que tiene nuestro partido. El éxito de esta XXII asamblea residirá en la capacidad de interacción entre las figuras políticas del PRI y cada uno de los simpatizantes del partido.

No podemos seguir relacionándonos de forma arcaica, utilizando el estrado o la tarima como barrera para diferenciar a militantes de primera y de segunda, apareciendo únicamente para la foto del acto protocolario sin convivir y escuchar las ideas y demandas de la gente. Los líderes, senadores, diputados locales y federales, alcaldes y regidores de extracción priista deben participar activamente durante todas y cada una de las asambleas regionales hasta llegar a la asamblea nacional; de lo contrario ésta y todas las participaciones de la militancia caerán en el terreno de la simulación.

Aquí mi participación:

La aspiración de todo sistema democrático debe ser la evolución misma a formas más legítimas y pacíficas de representación. Hoy dentro de los trabajos rumbo a la XXII Asamblea Nacional del Revolucionario Institucional debemos propiciar un acuerdo plural hacia dentro y hacia afuera de nuestro partido por reestructurar al Estado mexicano y a su régimen político. La grandeza de nuestra institución reside en la capacidad histórica del PRI para absorber las tensiones provocadas por las demandas de cambio y avanzar hacia un proyecto social de nación.

Para lograr esta reestructura es fundamental definir el Proyecto de Nación que necesita nuestro país y que impulsará el partido en el futuro. Ese proyecto debe ser uno que busque democratizar al Estado, que elimine la sumisión histórica de la sociedad ante las viejas estructuras de gobierno y que fomente la movilización y participación social. En otras palabras, el PRI debe aspirar a ser el encargado de abanderar al conjunto de ideas que darán sentido histórico a nuestro país; el PRI debe aspirar desde hoy a reformar la manera en que se ejerce el poder en México.

Es por lo anterior que los trabajos de esta XII asamblea deben estar enfocados en la búsqueda de un ejercicio de gobierno más justo e igualitario, un gobierno con sentido social que se encargue de redistribuir el poder y ponga como centro de la vida política al bienestar general por encima de los intereses de grupo. El objetivo debe ser alcanzar un nivel de democracia social que propicie crecimiento económico, seguridad, justicia, educación y un correcto ejercicio público.

La tarea no es sencilla y por ello es importante decir que es la militancia priista la que hoy debe funcionar como catalizadora del cambio institucional que requiere nuestro partido. Debemos desde la base popular del Revolucionario Institucional generar esa demanda ideológica que destierre las prácticas jerárquicas y vuelva a nuestro partido el garante de las causas populares que un día fue.

La siguiente es un extracto de la ponencia presentada por un servidor dentro de los trabajos rumbo a la XXII Asamblea Nacional del PRI. Estoy seguro que todo esfuerzo por renovar nuestro partido y cambiar la forma de entender la política en México nunca será un esfuerzo menor.

Desde aquí la demanda es por un involucramiento mucho mayor de nuestros líderes políticos. Creo firmemente que dicho involucramiento directo con la militancia es la única vía de renovación verdadera que tiene nuestro partido. El éxito de esta XXII asamblea residirá en la capacidad de interacción entre las figuras políticas del PRI y cada uno de los simpatizantes del partido.

No podemos seguir relacionándonos de forma arcaica, utilizando el estrado o la tarima como barrera para diferenciar a militantes de primera y de segunda, apareciendo únicamente para la foto del acto protocolario sin convivir y escuchar las ideas y demandas de la gente. Los líderes, senadores, diputados locales y federales, alcaldes y regidores de extracción priista deben participar activamente durante todas y cada una de las asambleas regionales hasta llegar a la asamblea nacional; de lo contrario ésta y todas las participaciones de la militancia caerán en el terreno de la simulación.

Aquí mi participación:

La aspiración de todo sistema democrático debe ser la evolución misma a formas más legítimas y pacíficas de representación. Hoy dentro de los trabajos rumbo a la XXII Asamblea Nacional del Revolucionario Institucional debemos propiciar un acuerdo plural hacia dentro y hacia afuera de nuestro partido por reestructurar al Estado mexicano y a su régimen político. La grandeza de nuestra institución reside en la capacidad histórica del PRI para absorber las tensiones provocadas por las demandas de cambio y avanzar hacia un proyecto social de nación.

Para lograr esta reestructura es fundamental definir el Proyecto de Nación que necesita nuestro país y que impulsará el partido en el futuro. Ese proyecto debe ser uno que busque democratizar al Estado, que elimine la sumisión histórica de la sociedad ante las viejas estructuras de gobierno y que fomente la movilización y participación social. En otras palabras, el PRI debe aspirar a ser el encargado de abanderar al conjunto de ideas que darán sentido histórico a nuestro país; el PRI debe aspirar desde hoy a reformar la manera en que se ejerce el poder en México.

Es por lo anterior que los trabajos de esta XII asamblea deben estar enfocados en la búsqueda de un ejercicio de gobierno más justo e igualitario, un gobierno con sentido social que se encargue de redistribuir el poder y ponga como centro de la vida política al bienestar general por encima de los intereses de grupo. El objetivo debe ser alcanzar un nivel de democracia social que propicie crecimiento económico, seguridad, justicia, educación y un correcto ejercicio público.

La tarea no es sencilla y por ello es importante decir que es la militancia priista la que hoy debe funcionar como catalizadora del cambio institucional que requiere nuestro partido. Debemos desde la base popular del Revolucionario Institucional generar esa demanda ideológica que destierre las prácticas jerárquicas y vuelva a nuestro partido el garante de las causas populares que un día fue.