/ martes 17 de julio de 2018

Gobierno veracruzano, el nuevo proyecto

Pasada la euforia del resultado electoral, el Movimiento de Regeneración Nacional, particularmente el gobernador electo de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, deben enfocarse en el diseño del programa de gobierno y en la integración del equipo de trabajo.

En el círculo cercano del próximo gobernador veracruzano se comenta que el partido estaba preparado, antes de la jornada electoral, para enfrentar una dura batalla en tribunales en el caso de que el resultado de la elección les fuera adverso.

Ningún escenario interno de Morena apuntaba hacia una contundente victoria. Los de dicho partido habrían estado preparados para un resultado muy cerrado, pero no para una ventaja tan clara y holgada como la que finalmente consiguieron.

Es momento, entonces, de pasar de la euforia a la reflexión y al diseño de las estrategias y las acciones de gobierno para enfrentar los problemas de Veracruz.

La pobreza, por ejemplo, se mantiene como uno de los grandes pendientes en una entidad donde más de la mitad de la población carece del ingreso necesario para sobrevivir. Las zonas indígenas siguen tan marginadas como hace 50 años. De forma oficial no se han dado a conocer los índices de pobreza que se registran en Veracruz; sin embargo, en esta casilla difícilmente habrá un avance importante durante los últimos dos años, a pesar de los millonarios recursos que se destinaron a los programas sociales, como el denominado Veracruz Comienza Contigo.

Algo similar ocurre con la inseguridad, rubro que aunque registra avances, está lejos de resolverse.

Durante los últimos tres gobiernos estatales se han destinado miles de millones de pesos para el combate a la delincuencia; a pesar de ello, el problema se mantiene como un pendiente dentro de la agenda veracruzana; la percepción social no ha cambiado de un gobierno a otro, porque los levantones, extorsiones, ejecuciones, secuestros y robos siguen con niveles altos.

Por otro lado, una de las principales banderas que enarboló en 2016 el entonces candidato de PAN-PRD al gobierno estatal fue el combate a la corrupción; algunos exfuncionarios del duartismo fueron puestos tras las rejas y algunos otros devolvieron bienes que presuntamente habrían comprado con recursos públicos.

El problema es que la presente administración no ha estado exenta de escándalos de este tipo; uno de los casos recientes fue el protagonizado por el dirigente panista en la entidad, José de Jesús Mancha Alarcón, quien habría sido beneficiario de contratos gubernamentales.

Probablemente Pepe Mancha tenga razón en cuanto a que no existe nada que le impida, en términos legales, tener contratos con el gobierno; el problema es que ante la opinión pública el caso fue tomado como un ejemplo de probable tráfico de influencias.

En términos generales, el gobierno que encabezará Cuitláhuac García Jiménez tendrá que redefinir las estrategias para resolver esos y otros pendientes, por ejemplo, corregir los problemas en el sector salud, cuyos hospitales y clínicas no están a la altura de la demanda de la población; buscar recursos para invertir en una red carretera que por años ha estado abandonada; y llamar a cuentas a los exfuncionarios duartistas que enfrentan señalamientos por presunta malversación de fondos.

De igual manera, cualquiera pensaría que es imprescindible que el nuevo gobierno veracruzano ponga énfasis en el tema de la gobernabilidad, a efecto de tener una mejor interacción con los actores estratégicos, sociales y productivos de Veracruz.

Esos son, en síntesis, algunos de los grandes pendientes a que se enfrentará el gobierno de Cuitláhuac García en Veracruz; y a ello se debe la importancia de integrar el proyecto de trabajo; y conformar un equipo con experiencia en el manejo político y en el desarrollo económico, a efecto de generar entre la población confianza sobre el rumbo de la nueva administración estatal.

@luisromero85





Pasada la euforia del resultado electoral, el Movimiento de Regeneración Nacional, particularmente el gobernador electo de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, deben enfocarse en el diseño del programa de gobierno y en la integración del equipo de trabajo.

En el círculo cercano del próximo gobernador veracruzano se comenta que el partido estaba preparado, antes de la jornada electoral, para enfrentar una dura batalla en tribunales en el caso de que el resultado de la elección les fuera adverso.

Ningún escenario interno de Morena apuntaba hacia una contundente victoria. Los de dicho partido habrían estado preparados para un resultado muy cerrado, pero no para una ventaja tan clara y holgada como la que finalmente consiguieron.

Es momento, entonces, de pasar de la euforia a la reflexión y al diseño de las estrategias y las acciones de gobierno para enfrentar los problemas de Veracruz.

La pobreza, por ejemplo, se mantiene como uno de los grandes pendientes en una entidad donde más de la mitad de la población carece del ingreso necesario para sobrevivir. Las zonas indígenas siguen tan marginadas como hace 50 años. De forma oficial no se han dado a conocer los índices de pobreza que se registran en Veracruz; sin embargo, en esta casilla difícilmente habrá un avance importante durante los últimos dos años, a pesar de los millonarios recursos que se destinaron a los programas sociales, como el denominado Veracruz Comienza Contigo.

Algo similar ocurre con la inseguridad, rubro que aunque registra avances, está lejos de resolverse.

Durante los últimos tres gobiernos estatales se han destinado miles de millones de pesos para el combate a la delincuencia; a pesar de ello, el problema se mantiene como un pendiente dentro de la agenda veracruzana; la percepción social no ha cambiado de un gobierno a otro, porque los levantones, extorsiones, ejecuciones, secuestros y robos siguen con niveles altos.

Por otro lado, una de las principales banderas que enarboló en 2016 el entonces candidato de PAN-PRD al gobierno estatal fue el combate a la corrupción; algunos exfuncionarios del duartismo fueron puestos tras las rejas y algunos otros devolvieron bienes que presuntamente habrían comprado con recursos públicos.

El problema es que la presente administración no ha estado exenta de escándalos de este tipo; uno de los casos recientes fue el protagonizado por el dirigente panista en la entidad, José de Jesús Mancha Alarcón, quien habría sido beneficiario de contratos gubernamentales.

Probablemente Pepe Mancha tenga razón en cuanto a que no existe nada que le impida, en términos legales, tener contratos con el gobierno; el problema es que ante la opinión pública el caso fue tomado como un ejemplo de probable tráfico de influencias.

En términos generales, el gobierno que encabezará Cuitláhuac García Jiménez tendrá que redefinir las estrategias para resolver esos y otros pendientes, por ejemplo, corregir los problemas en el sector salud, cuyos hospitales y clínicas no están a la altura de la demanda de la población; buscar recursos para invertir en una red carretera que por años ha estado abandonada; y llamar a cuentas a los exfuncionarios duartistas que enfrentan señalamientos por presunta malversación de fondos.

De igual manera, cualquiera pensaría que es imprescindible que el nuevo gobierno veracruzano ponga énfasis en el tema de la gobernabilidad, a efecto de tener una mejor interacción con los actores estratégicos, sociales y productivos de Veracruz.

Esos son, en síntesis, algunos de los grandes pendientes a que se enfrentará el gobierno de Cuitláhuac García en Veracruz; y a ello se debe la importancia de integrar el proyecto de trabajo; y conformar un equipo con experiencia en el manejo político y en el desarrollo económico, a efecto de generar entre la población confianza sobre el rumbo de la nueva administración estatal.

@luisromero85