/ jueves 14 de octubre de 2021

Golondrina en verano

El secretario de Seguridad Pública (SSP), Hugo Maldonado Gutiérrez, se llevó las palmas esta semana luego de que una rápida movilización policiaca obligó a un grupo de secuestradores a liberar a una mujer que momentos antes había sido privada de su libertad sobre el bulevar de la zona hotelera de Boca del Río.

En videos y fotos que circularon por redes sociales, pudo observarse cómo bajan hombres de tres vehículos para cometer este ilícito, y con la víctima en segundos huyen del lugar de los hechos. ¿Qué pasó en este caso? ¿Cómo lograron tal proeza? Hicieron bien su trabajo, cosa que no han hecho en otros casos que se han presentado. Pudieron hacerlo apoyándose en la información obtenida de las videocámaras de vigilancia para ubicar la ruta de escape que tomaron los plagiarios, persiguiéndolos, y al sentirse acorralados, los delincuentes decidieron liberar a su rehén. Un extitular de la SSP alguna vez expresó que combatir a los criminales siempre es complejo, y de alto riesgo, pero ayuda el tomar decisiones acertadas. En ese tiempo, se instalaron filtros con destacamentos policiales en las vías más transitadas y las entradas y salidas de las principales ciudades del estado, de manera que cuando sucedía un caso como éste, que era poco frecuente, o asaltos o balaceras que ya los había, ese cerco servía para enfrentarlos con efectividad. Lo realizado esta vez por elementos de la policía estatal y la Fuerza Civil es lo que siempre tendría que hacerse para poner fin a este flagelo. La exitosa intervención la reconoció hasta la dura activista y presidenta de la Asociación Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, con una felicitación a la institución. Bien merecido. Hubo, además, el rescate de otra persona y un menor de edad, en casos aparte en Rafael Delgado y Papantla, donde también intervinieron elementos de la dependencia. Maldonado carga un paquete muy pesado. Al mes, en el estado se cometen entre tres y cuatro secuestros, según los últimos datos oficiales que dio a conocer en el puerto de Veracruz el secretario de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán, aunque la señora Miranda afirma que son al menos el doble de privaciones ilegales de la libertad, pues un número igual o mayor de personas no denuncian este tipo de delitos por temor a represalias o porque no confían en las autoridades, debido a la impunidad en que quedan la mayoría de estos hechos. Los datos indican que hasta septiembre pasado se registraron 36 secuestros en Veracruz, la mayoría de ellos en Coatzacoalcos, y aunque el número ha disminuido significativamente a partir de 2019 cuando se tuvo una cantidad espeluznante de 298 plagios y otra reducción en 2020 con 122, no deja de ser una cifra inquietante, que genera miedo. Veracruz tiene el nada honroso segundo lugar nacional en este delito, y hay otros más que no son para presumir, como el segundo lugar en feminicidios, séptimo en extorsiones, décimo en robo a transportistas, i¡onceavo en robo a negocios y treceavo a robo a transeúntes. De cualquier forma, debe reconocerse este logro, por más que haya quienes afirmen que “una golondrina no hace verano”. Bien por la SSP.

correo:

opedro2006@gmail.com

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El secretario de Seguridad Pública (SSP), Hugo Maldonado Gutiérrez, se llevó las palmas esta semana luego de que una rápida movilización policiaca obligó a un grupo de secuestradores a liberar a una mujer que momentos antes había sido privada de su libertad sobre el bulevar de la zona hotelera de Boca del Río.

En videos y fotos que circularon por redes sociales, pudo observarse cómo bajan hombres de tres vehículos para cometer este ilícito, y con la víctima en segundos huyen del lugar de los hechos. ¿Qué pasó en este caso? ¿Cómo lograron tal proeza? Hicieron bien su trabajo, cosa que no han hecho en otros casos que se han presentado. Pudieron hacerlo apoyándose en la información obtenida de las videocámaras de vigilancia para ubicar la ruta de escape que tomaron los plagiarios, persiguiéndolos, y al sentirse acorralados, los delincuentes decidieron liberar a su rehén. Un extitular de la SSP alguna vez expresó que combatir a los criminales siempre es complejo, y de alto riesgo, pero ayuda el tomar decisiones acertadas. En ese tiempo, se instalaron filtros con destacamentos policiales en las vías más transitadas y las entradas y salidas de las principales ciudades del estado, de manera que cuando sucedía un caso como éste, que era poco frecuente, o asaltos o balaceras que ya los había, ese cerco servía para enfrentarlos con efectividad. Lo realizado esta vez por elementos de la policía estatal y la Fuerza Civil es lo que siempre tendría que hacerse para poner fin a este flagelo. La exitosa intervención la reconoció hasta la dura activista y presidenta de la Asociación Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, con una felicitación a la institución. Bien merecido. Hubo, además, el rescate de otra persona y un menor de edad, en casos aparte en Rafael Delgado y Papantla, donde también intervinieron elementos de la dependencia. Maldonado carga un paquete muy pesado. Al mes, en el estado se cometen entre tres y cuatro secuestros, según los últimos datos oficiales que dio a conocer en el puerto de Veracruz el secretario de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán, aunque la señora Miranda afirma que son al menos el doble de privaciones ilegales de la libertad, pues un número igual o mayor de personas no denuncian este tipo de delitos por temor a represalias o porque no confían en las autoridades, debido a la impunidad en que quedan la mayoría de estos hechos. Los datos indican que hasta septiembre pasado se registraron 36 secuestros en Veracruz, la mayoría de ellos en Coatzacoalcos, y aunque el número ha disminuido significativamente a partir de 2019 cuando se tuvo una cantidad espeluznante de 298 plagios y otra reducción en 2020 con 122, no deja de ser una cifra inquietante, que genera miedo. Veracruz tiene el nada honroso segundo lugar nacional en este delito, y hay otros más que no son para presumir, como el segundo lugar en feminicidios, séptimo en extorsiones, décimo en robo a transportistas, i¡onceavo en robo a negocios y treceavo a robo a transeúntes. De cualquier forma, debe reconocerse este logro, por más que haya quienes afirmen que “una golondrina no hace verano”. Bien por la SSP.

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opedro2006@gmail.com

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