/ viernes 26 de abril de 2019

Gran crecimiento

Debemos reconocer que sabíamos que la ciudad estaba creciendo, mas no teníamos idea de qué tanto había crecido ni cuántos y cuáles eran los problemas que había en las colonias que no conocíamos.

En alguna ocasión regresando de un viaje más allá de Perote, en las curvas de la carretera que comunica a la ciudad con aquella región, nos llamó la atención ver el cerro totalmente rodeado por el caserío. Cuando nosotros sabíamos que la ciudad se podía comparar con un manchón que bajaba del cerro hasta Los Lagos, pasando por lo que ahora se conoce como centro histórico.

Bien a bien desconocemos la razón por la que, mucha gente, ha decidido venirse a vivir a nuestra ciudad, suponemos que fue por su buen clima; sin saber que lo único que iban a conseguir con ello, al acabar con las áreas verdes, era cambiarlo; pues ahora se sienten unos calores insoportables, por la falta de la lloviznita que llamábamos chipi, chipi.

Por ser la capital, en el centro histórico tiene dos palacios de gobierno: el del gobierno estatal y el del gobierno municipal; dos templos: La Catedral y El Beaterio. Varios cafés y los principales bancos, comercios de ropa, de muebles y de alimentos, además de los lugares dedicados al esparcimiento.

Varias librerías y bibliotecas, entre ellas la conocida como Biblioteca de la ciudad, hoy casi en desuso debido a que ya es poca, por diferentes razones, la gente que la utiliza: mas esto es sólo producto de una mala interpretación donde cabe mencionar la sentencia que reza: “Las apariencias engañan”, porque cada vez que andamos por ahí vemos la puerta abierta, pero aparentemente nadie entra.

La biblioteca “Carlos Fuentes”, ubicada en la calle J.J. Herrera esquina con Úrsulo Galván, frente al parque Juárez.

Otra razón por la que puede ser que las personas han decidido vivir en la ciudad es porque aquí hay cultura, como lo demuestra la existencia del Casino Jalapeño, sede de la primera fundación social del estado. Donde mensualmente se celebra una sesión de música clásica, poesía y otras también dedicadas a la cultura.

Una vez más insistiremos en la necesidad de señalar las bases para obtener una buena educación: debemos empezar en el hogar, siendo obligación de los padres de familia de manera tal que no manden a los niños con los ojos cerrados, es decir, sin saber nada, para que los maestros en la escuela se encarguen de enseñarles lo que viene en los programas de trabajo, lo habrá de ser la segunda parte de la educación para los niños.

Estamos seguros que siguiendo estos sencillos pasos, habremos de poner nuestro granito de arena para el bienestar de nuestros hijos en el mañana, cuando nosotros dejemos de existir. Una buena educación será la mejor herencia que les podamos dejar. ¿No lo cree usted así, apreciable y paciente lector/a. ¡Salud!

Debemos reconocer que sabíamos que la ciudad estaba creciendo, mas no teníamos idea de qué tanto había crecido ni cuántos y cuáles eran los problemas que había en las colonias que no conocíamos.

En alguna ocasión regresando de un viaje más allá de Perote, en las curvas de la carretera que comunica a la ciudad con aquella región, nos llamó la atención ver el cerro totalmente rodeado por el caserío. Cuando nosotros sabíamos que la ciudad se podía comparar con un manchón que bajaba del cerro hasta Los Lagos, pasando por lo que ahora se conoce como centro histórico.

Bien a bien desconocemos la razón por la que, mucha gente, ha decidido venirse a vivir a nuestra ciudad, suponemos que fue por su buen clima; sin saber que lo único que iban a conseguir con ello, al acabar con las áreas verdes, era cambiarlo; pues ahora se sienten unos calores insoportables, por la falta de la lloviznita que llamábamos chipi, chipi.

Por ser la capital, en el centro histórico tiene dos palacios de gobierno: el del gobierno estatal y el del gobierno municipal; dos templos: La Catedral y El Beaterio. Varios cafés y los principales bancos, comercios de ropa, de muebles y de alimentos, además de los lugares dedicados al esparcimiento.

Varias librerías y bibliotecas, entre ellas la conocida como Biblioteca de la ciudad, hoy casi en desuso debido a que ya es poca, por diferentes razones, la gente que la utiliza: mas esto es sólo producto de una mala interpretación donde cabe mencionar la sentencia que reza: “Las apariencias engañan”, porque cada vez que andamos por ahí vemos la puerta abierta, pero aparentemente nadie entra.

La biblioteca “Carlos Fuentes”, ubicada en la calle J.J. Herrera esquina con Úrsulo Galván, frente al parque Juárez.

Otra razón por la que puede ser que las personas han decidido vivir en la ciudad es porque aquí hay cultura, como lo demuestra la existencia del Casino Jalapeño, sede de la primera fundación social del estado. Donde mensualmente se celebra una sesión de música clásica, poesía y otras también dedicadas a la cultura.

Una vez más insistiremos en la necesidad de señalar las bases para obtener una buena educación: debemos empezar en el hogar, siendo obligación de los padres de familia de manera tal que no manden a los niños con los ojos cerrados, es decir, sin saber nada, para que los maestros en la escuela se encarguen de enseñarles lo que viene en los programas de trabajo, lo habrá de ser la segunda parte de la educación para los niños.

Estamos seguros que siguiendo estos sencillos pasos, habremos de poner nuestro granito de arena para el bienestar de nuestros hijos en el mañana, cuando nosotros dejemos de existir. Una buena educación será la mejor herencia que les podamos dejar. ¿No lo cree usted así, apreciable y paciente lector/a. ¡Salud!